Valien Daher, la heroína del imperio, rechaza firmemente el compromiso con el príncipe heredero. ¿Por qué? Porque ella es una reencarnada, ella sabe que su prometido la traicionará y eso la llevará a la muerte sin importar lo que ella hizo por su imperio.
Decidida a cambiar ese destino, Valien pide un compromiso, pero no con el príncipe heredero. Ella elige al archiduque Carl Pott, un hombre mayor y misterioso. ¿Podrá cambiar su destino siendo la esposa del archiduque?
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Un favor
—¿Podemos hablar a solas coronel?— con la voz un poco entrecortada y algo ronca, preguntó.
El hombre solo hizo una seña para que Valien lo siguiera y comenzó a caminar. Cuando ya estaban lo suficientemente alejados del lugar transitado por gente, él comenzó a hablar.
—¿Qué le ocurrió a mi pequeña flor?— su voz se había vuelto fría y seria
—Lo lamento— se arrodilló en el suelo. —Fui egoísta, me acerqué a las magas para saber un poco más de magia y la única persona en querer ayudarme, fue su hija. Ella dijo que estaría encantada de ayudarme y que cuando tuviera algo de tiempo libre nos reuniéramos. Para mi mala fortuna, hubo un general que no estaba dispuesto a qué yo aprendiera cosas nuevas, por eso intentó disuadir a Kiara para que no me ayudara, en el proceso ella murió y no pude hacer nada. Por eso lo lamento, aceptaré cualquier castigo que quiera darme— al escuchar como hablaba de su pequeña, no pudo sentir más que dolor y pena por la familia que quizás se había roto.
—¿Sufrió mucho?— aún serio, cuestionó
—No lo sé, pero sus heridas eran considerables, le rompieron la mayoría de sus huesos y tenía golpes por todo el cuerpo— sin levantarse, con amargura explicó
—¿Quién lo hizo?, ¿cuál de tus tres generales dio la orden?— sus ojos ardían en ira, necesitaba vengarse
—El general Donor, ese maldito bastardo lo hizo, aunque ahora ya está muerto, aún falta el que de verdad agredió a la pequeña Kiara— ahora su voz cambió a una de enojo y frustración, pues no sabía quién había hecho el daño.
—¿Sufrió al morir?— apretó los puños, tan fuerte que incluso comenzó a salir sangre de las palmas de sus manos.
—Lo hice sufrir, lo humillé frente a todos sus subordinados, lo dejé solo y tirado en el suelo para que se pudriera, como la basura humana que fue— al hablar de aquella muerte, solo pudo sentir satisfacción
—Gracias a ti mi hija ahora descansa en paz— soltó un suspiro y miró al cielo, un cielo estrellado, en el que esperaba su hija se encontrara.
—Aún falta acabar con su agresor directo, me disculpo por eso, pero no tengo ni la más mínima idea de quién pudo haber sido— aunque intentó averiguar de alguna forma quien pudo haber sido el causante, no podía distinguir entre los buenos y el malo.
—¿Hubo alguien que se opusiera en dejar a ese animal en soledad?— al parecer su experiencia, hacía que pudiera encontrar al culpable más fácilmente.
—Así es, hubo un soldado que me preguntó sobre el futuro del cuerpo de aquel general, no quería dejarlo en ese lugar— su mente comenzó a atar ideas y pronto supo lo que estaba pensando el coronel.
—Quiero saber quién es, seré yo el que castigue al maldito animal. Señorita Daher, soy muy cruel con mis enemigos, así que no puedo invitarla a ver— dijo esto y de nuevo inició el regreso a dónde estaban todos, pues a pesar de sentir pena y dolor, tenía órdenes y debía cumplirlas.
Valien solo pudo seguirlo, apretando los dientes y los puños por como se habían dado las cosas, en su momento pensó decirle todo sobre el espíritu de Kiara, al coronel, pero también imaginó lo que ella pensaría, asi que necesitaba consultarlo con ella primero.
—Ya que estamos de regreso, general Sigfrid, le presento oficialmente a la líder de FEK, la encargada de liderar el ejército en esta nueva guerra— serio y sin ganas de decir mucho, los presentó.
—Me disculpo capitana Daher, fui grosero con usted, puede acampar en la parte frontal del valle, a la derecha. Será el mejor lugar— ahora decía las cosas como debían ser dichas.
Después de esa presentación, se dedicaron a reunirse con los otros dos generales y comenzar con algunas estrategias que los diferenciaba de los otros generales.
¿Qué nadie hizo nada por el hecho de que Valien había matado a un general?, bueno, esto se debía a qué un decreto real, era lo más preciado en los imperios, si un emperador lo escribía, se debía seguir si o si, entonces nadie extrañaría a alguien que acusó a su emperador de loco, por eso nadie más mencionó el tema.
La noche se había alargado mucho y decidieron descansar un poco, para estar frescos y recibir al resto del ejército al otro día. Todo el campamento se había instalado de manera correcta y Valien no tuvo que hacer nada más.
—»¿Kiara me escuchas?«— Valien necesitaba informarle lo más pronto posible todo lo que estaba sucediendo con su padre.
—»La escucho mi señora, ¿sucedió algo?«— aquella luz brillante, detuvo su camino en un instante.
—»Hay una guerra inminente, el coronel Solt fue enviado por su majestad y ahora ya sabe lo que paso contigo«— sus palabras iban impregnadas de pena e impotencia
—»Se que puede ser muy egoísta de mi parte mi señora, pero ¿podría dejarme hablar con mi padre una última vez?. Solo fuimos nosotros dos desde que mamá murió, me temo que se deje morir fácilmente en batalla, por el dolor que le causó mi partida«— el sonido de aquella voz dulce y llena de vida, se había marchitado por aquel acontecimiento.
—»Vuelve ahora mismo, si puedo ayudar con esto, lo haré«— después de escuchar la confirmación de Kiara, se desconectó de su telepatía y por fin pudo descansar.
Al amanecer, afuera de su tienda, se encontraba el coronel, al parecer necesitaba tener un entrenamiento con la mejor del ejército. Debía corroborar que los rumores no se equivocaban.
—¿Puedo tener un entrenamiento contigo?— su pedido estaba lleno de súplica, por lo que Valien aceptó en un instante.
Los dos se dirigieron al campo que se destinó como área de entrenamiento. Mientras iban de camino, los soldados que los veían, siguieron sus pasos, esperando ver un gran espectáculo, pues todos sabían que el coronel era el mejor guardia que un emperador haya tenido. Por supuesto, Valien no sabía nada de esto, ya que en la novela nunca se habló de un coronel, aunque tampoco se habló de una Kiara, o de alguna forma de aprender magia siendo guerrera. Estás cosas habían sido las primeras en cambiar esta nueva historia.
Te felicito por tan placentera obra 😉
me encanta la novela
muy buena trama y los personajes muy buenos