NovelToon NovelToon
Stalker

Stalker

Status: En proceso
Genre:Escena del crimen / Casos sin resolver
Popularitas:3.9k
Nilai: 5
nombre de autor: Sr. Corbatas

¿Qué sentirías al mirar los ojos de un asesino? Vacíos, fríos, sin alma. ¿Qué harías al tenerle frente a tí? ¿Huirías? ¿Esperarías la muerte? ¿Le enfrentarías?

Entonces...

¿Qué sentirías al tener al asesino tras de tí?

Esta es la historia de Levi.

NovelToon tiene autorización de Sr. Corbatas para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

8.

...Hay una canción que dice:...

...Pero el invierno es algo frío, y mis inviernos son muy largos....

Me encontraba conduciendo nuevamente. Ya las cosas no parecían tan mal para nosotros. Estábamos en la carretera, pero la chica en el asiento trasero, ya no estaba agonizando.

— Realmente descansar era lo que necesitaba — Se escuchaba mucho más repuesta.

— Si, admito que yo también me siento mucho mejor.

Realmente decir que estaba mejor, sólo era decir que me encontraba menos mal.

4:03 A.M

Observé aterrorizado los pies bajo la puerta. Estaban manchados, con la sangre de aquel charco.

Lo que sea que me había dado Erica, me hizo perder hasta las funciones motoras, pero no tenía escapatoria, el espacio bajo la puerta era amplio y cualquiera que estuviera afuera sabía que yo estaba ahí.

Me levanté como pude y mis ojos querían salir de mis órbitas al sentir esa presencia fuera del cubículo.

Tragué saliva y mis sentidos se recuperaron.

— Oye... Sal de ahí... — Empezaron a tocar la puerta.

Claro que sí, no podía ser de otro modo, era Erica.

Le quité el seguro a la puerta y esta se abrió despacio. Aquello era una visión terrorífica.

Su vestido blanco estaba lleno de sangre seca. Tenía los tacones en una mano, uno de los tacones estaba roto. Hubiera vomitado, pero no tenía nada que eliminar en mi estómago.

Erica me veía con esa sonrisa espeluznante como siempre y su cabello liso empezaba a perder la forma por toda la sangre en él. Su mandíbula estaba manchada con sangre, tenía marcas de manos en el vestido y jadeaba, como exhausta.

— ¿Nos vamos? — Extendió su mano que ya tenía un par de uñas despegadas.

Su apariencia de pulcritud estaba completamente manchada con la sangre de alguien. Entré en pánico.

— N-no. ¡No! ¿¡Qué carajos pasa contigo!? ¿¡Por qué estás llena de sangre!? — Contrario a lo que pensé, sí que podía vomitar. Y eso hice. Me abracé al inodoro, vomitando lo que sea que mi cuerpo podía devolver.

Erica se puso de rodillas a mi lado y me daba palmadas en la espalda.

— Oye, cara bonita, tenías razón, quizás yo estaba vestida muy guapa para esta ocasión. Pero tampoco veníamos a un funeral, sólo hubo un ligero cambio de planes — Explicó con toda la normalidad del mundo.

Me recosté del inodoro. Todo estaba volviendo a ocurrir, y aún peor.

— ¿Qué hiciste Erica?

— Pues... Yo sólo quería divertirme, pero hay gente que no entiende mucho eso.

— Erica... Estás loca.

Suspiré y traté de levantarme.

— Pues, tengo un certificado médico que dice que mi cabeza está bien. ¿Seguro no eres tú el loco? — Empezó a reírse, esto era divertido para ella.

Me levanté y apoyado de la pared, salí del cubículo.

Había un hombre sentado contra la pared del baño. Un hombre muerto.

Partes de la piel de su cara habían sido arrancadas por mordidas. Se veían las marcas de dientes. Esto concordaba con la mandíbula manchada de sangre de Erica.

Sus ojos habían sido arrancados. El tacón roto estaba clavado en uno de ellos. Mi piel se erizó al ver la sangre que se mezclaba con la saliva escurriendo de su boca. Su camisa estaba rasgada y su cabeza reventada. Era su cabeza la que estaba siendo golpeada contra la pared una y otra vez, hasta que la sangre salpicó, manchando todo, como si hubieran reventado un globo.

— Que... ¿Por qué...?

— Ah... ¿Él? Tranquilo cariñito, sólo quiso hacer el trabajo que deberías estar haciendo tú, es todo. — Me guiñó el ojo.

Tragué saliva. Había presenciado otro asesinato. Lo que es aún peor, esta discoteca estaba repleta de personas, era sólo cuestión de tiempo antes de que alguien más entrara.

— Debemos irnos de aquí — Dije tomando a Erica del brazo.

Hice un intento por voltearme, pero un sonido de burbujeo me detuvo.

Aquel hombre no estaba muerto. Giré mi cabeza hacia él y observé cómo se estaba ahogando con su propia sangre.

Erica se soltó de mi agarre y se acercó rápidamente hacia el hombre agonizante.

— Oye, aguantas mucho. Bien, te dejaré vivir sólo por eso. — Dijo y le dió la espalda.

Caminó dos pasos hacia mí, pero se detuvo a pensar, y luego se arrepintió de sus palabras.

— ¿Sabes algo? — Dijo — Mejor, no.

Se devolvió y se puso el tacón que aún le quedaba "bueno", y empezó a patear al hombre, clavando el tacón en la cuenca de su otro ojo.

Mi corazón se aceleró, corrí y detuve a Erica quien no se detenía, estampando la cabeza del hombre contra la pared.

Me manché con sangre. Cargué a Erica, quien pataleando, refunfuñaba, gruñía, como si fuera un animal.

Tuve que sacarla de ahí a empujones.

— Levi, te juro que voy a matarte si no me dejas volver a verificar que esté bien muerto.

— Erica, mataste a esa persona, lo mataste, estaba agonizando y lo mataste, ¿¡No entiendes nada!? Tenemos que irnos de aquí, ¡Acabas de volverme cómplice en un maldito asesinato, Erica!

Me llevé las manos a la cabeza, las lágrimas brotaron de mis ojos y Erica se acercó.

— Está bien, Levi. Vámonos. Sígueme y mantente callado.

Asentí con la cabeza y sequé mis lágrimas.

Caminamos por un pasillo que era el que daba al baño.

4:27 A.M

Caminamos en silencio, la discoteca estaba más vacía.

Nos escondimos entre los puntos oscuros por los que la luz no pasaba. El vestido blanco sangriento de Erica era demasiado llamativo.

A cada paso la gente la pisaba, ella descalza, tragaba saliva para ignorar el dolor.

Yo no conocía ese sitio, tuve que limitarme a seguirla. La música reventando mis oídos nuevamente hacía de ese lugar un infierno.

Nos metimos tras el escenario designado para el DJ, tras una cortina.

Había una pequeña puerta, parecida a la misma por la cual habíamos entrado, esta tenía un pasador metálico y al abrirla hizo un gran ruido, ruido claramente aplacado por la música.

Nos encontramos fuera de ahí. Pero todavía no estábamos a salvo. Todo el lugar parecía un estacionamiento, aunque no había ningún vehículo, sólo unas grandes cercas metálicas. Sobre el borde tenían alambre de púas.

— Bien, eso quizás sea un problema — Dijo Erica observando la cerca.

— ¿No sabes cómo sacarnos de aquí?

— Cállate, necesito pensar.

— ¿¡Ahora te detienes a pensar!?

— Cállate Levi.

— ¿¡Acaso te la pasas por las noches haciendo esto cada vez!? ¡Mira mi suéter! ¡Mira tu vestido! ¿¡De verdad para qué me quieres aquí!?

— Hmmm... De hecho... Tienes toda la razón. Dame tu suéter.

— ¿¡Qué!?

— Dame tu suéter, ya sé cómo nos vamos de aquí.

— No, ¿Qué dices? No voy a darte nada.

Erica me vió, se metió las manos entre el cabello y rascó su cabeza en frustración.

— Bien, inútil marica, lo haré yo.

Caminó hasta la cerca, sacó su teléfono del bolsillo, llevó las manos a su espalda y bajó el cierre de su vestido, dejándolo caer.

— ¿Erica?

— Que sepas que eres un idiota muy desconsiderado, Levi.

Toda su ropa interior era tan blanca como en algún momento su vestido también lo fué.

Tiró el vestido, haciéndolo caer sobre el alambre de púas, se llevó el teléfono a la boca y luego se trepó, agarrada del borde, y de un salto cayó sobre el vestido, amortiguando las púas en la cerca.

Pasó un pie y luego el otro, pero en el intento de bajar, rozó su pierna contra el alambre y se cortó, haciéndola caer.

Me acerqué al borde de la cerca y la ví del otro lado. Se levantó, se sacudió y me miró.

— ¿Sabes algo, Levi? No me caen bien los idiotas desconsiderados — Dió un salto y arrancó su vestido del alambre — Encuentra tú la manera de salir.

Maldije mentalmente. Pero yo era más alto, aunque no sabía si exactamente eso era un beneficio.

Erica se fué, pero yo no podía quedarme ahí. No tuve más remedio que quitarme el suéter y replicar lo que Erica había hecho antes.

Tenía miedo, podía lastimarme, pero no podía quedarme ahí.

Tiré el suéter por encima de la cerca, y para mi buena fortuna... Cayó del otro lado.

Quería gritar, Dios, ¿Por qué me estaba pasando esto?

Se cayó, se cayó lejos, donde no podía recogerlo. ¿Solución? Sólo tenía los jeans.

Respiré hondo y me quité la correa. Los jeans eran anchos, pero estaban rotos, no sabía qué tan bien iba a funcionar eso.

Los tiré por encima de la cerca, y, para mí buena fortuna... Esta vez sí cayeron sobre el alambre.

— Bien, ahora voy a poder salir de aquí — Me dije a mí mismo.

— ¡Oye, tú!

Giré mi cabeza y sentí mi presión bajar en picado. Era el hombre de la puerta de antes.

— ¡Párate ahí!

Empezó a correr hacia mí.

Salté rápido y como pude.

Caí sobre los jeans por suerte, y de inmediato me tiré al otro lado.

Salí ileso. Aquel hombre seguía corriendo hacia mí, dejé los jeans y huí. Lo escuché gritar cosas que no entendí a lo lejos.

El lado amable es que aún tenía mis zapatos, no podía decir lo mismo de Erica, quien por cierto, no sabía ni siquiera dónde estaba.

Corrí en medio de la madrugada hasta llegar al auto. Fuera del auto Erica me esperaba.

— Levi, ya pensé que iba a tener que robar tu auto e irme, me estoy cagando del frío aquí. — Dijo sin dirigirme la mirada.

— Tú, eres una mujer loca, si vas a matarme, hazlo de una vez, no pretendo seguir así.

— Podemos considerarlo luego de que no te veas así de ridículo.

Subí al auto y arranqué fuera de ahí. Luego de conducir un par de cuadras, Erica empezó a hablar.

— Vivimos en un mundo peligroso, Levi. Es muy fácil echarme la culpa como una asesina, cuando de no serlo, la que estaría echa pedacitos en algún contenedor de basura, sería yo. Ya déjame aquí.

Me hizo detenerme en una zona de edificios.

— Erica, tú...

— No quiero escucharte. Estamos en contacto.

Se bajó del auto y caminó entre los edificios, así como estaba, no parecía importarle estar en ropa interior. Siguió hasta que la perdí de vista.

5:12 A.M

¿Estamos... En contacto?

1
Ana Peña
me gusta
Ashley R
Muero por seguir leyendo esta historia.
Sr. Corbatas: ¡Muchas gracias por leer!
total 1 replies
Ashley R
Mi piel se erizo, nunca había leído algo así. 😦
Ashley R
es muy interesante 😯
ZoreKmm
y que pasó con la maniática?
Krisnay
Ojalá tener un perrito como Reno/Whimper/
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play