En "Prisionera del Sultán", seguimos la vida de Aziza Rai'f, obligada a casarse con Akram Hassan como su segunda esposa. De esta unión nace nuestra protagonista, quien junto a su madre escapa hacia Occidente, donde es criada lejos de las tradiciones de Jaddara. Sin embargo, su destino cambia cuando Akram reclama a su hija de regreso, desatando una lucha de poderes entre el heredero de Burhan Sharif Bakhur y Akram por el control de la desafiante princesa.
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Enojo
Akram dirigió una mirada hacia su esposa, regresaban de su viaje de bodas, Aziza estaba con los ojos clavados en él.
Le resultó imposible controlar la oleada de calor que la asaltó. Aziza desvío la mirada mientras se le aceleraba el pulso. Akram sonrió adoraba ver el efecto que tenía sobre ella, había sido bendecido con una esposa tan apasionada como él y eso le fascinaba. La haría llevar esa preciosa melena suelta para su propio placer, ordenaría a los criados que desaparecieran todos los broches de pelo del palacio.
La idea de llevarla a la cama y enloquecerla de deseo lo llenó de impaciencia.
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A su regreso del viaje de Bodas Akram se separó de Aziza la primera noche la pasó con su padre, a la mañana siguiente desayuno con sus hijos y esa noche se quedó con Dalia, pero no durmio con ella, ya que Dalia era muy tradicional y preferia tener su lugar.
Aziza debió reconocer que eso le molestaba, sería tal vez porque su padre no había tenido dos esposas. Ella creció con el ejemplo de un matrimonio occidental y hubiera querido eso para ella, al día siguiente de pasar la noche en los aposentos de Dalia, Akram salió de viaje se dirigió al desierto a reunirse con lideres de las tribus.
Decir que no estaba resentida por su ausencia era mentira.
— Su Alteza le llegó una carta de su hermana le anunció Bahiya.
Aziza sonrió, Nazira no tenía esos problemas ella no tenía que compartir a su marido, al menos no conscientemente. Los hombres siempre serían hombres, Aziza estrujó carta contra su pecho su hermana estaba embarazada. Estaba tan feliz por ella.
Pasaron dos días y Akram regreso del desierto, Aziza estaba muy molesta.
Akram se dirigió a sus aposentos y al cruzar la puerta se encontró con que ella no estaba durmiendo ahí, Aziza había regresado a su habitación.
Akram se dirigió a los aposentos de ella y abrió la puerta muy enfadado.
Aziza lo miró — Espero que su viaje haya sido satisfactorio dijo ella.
Akram entorno los ojos inspiró profundamente —¿Qué es esa manera de recibir a tu esposo?, dijo mirándola con expresión adusta. -Veo que has estado durmiendo aquí también, No escuchaste nada de lo que te dije.
— Sí lo escuche dijo Aziza— Sí no está conforme siempre puede regresarme con mi padre.
— Tienes la lengua demasiado floja, que no se te olvide con quien estas hablando.
— Como ordene mi señor dijo Aziza haciendo una reverencia encarandose hacia la puerta para salir de la habitación.
— Detente, no te di permiso de retirarte exclamó Akram.Aziza obedeció, Akram se acercó a ella que miraba sus manos.— Mírame ordenó.
Aziza levantó la vista. Akram sonrió ella lo miró y su sonrisa la cegó, como si él hubiese de repente encendido un fuego en su interior. Temblando y confundida, sintió el calor de su mano cerrarse sobre la suya y se le cortó la respiración. Akram le recorrio el cuerpo con tal intensidad que la hizo temblar.
Estiró su mano y le quitó el broche del cabello con delicadeza dejándolo caer con gesto arrogante. — ¿Estás molesta porque me he ausentado?.
— No estoy molesta dijo Aziza esquivando la mirada penetrante de Akram.
Akram volvio a sonreír, aunque el Rey Rai'f era muy severo era claro para él que Aziza había sido muy mimada por su padre — ¡Me has extrañado!, exclamó él muy seguro. Deslizó sus manos por los brazos de ella.—Ahora te llevaré a la cama y te daré placer. Tengo intención de disfrutar de ti. Los ojos de Aziza se abrieron como platos.
Akram levantó la mano y la enredó en la rubia cabellera, sin separar su mirada de la de ella. Inclinó la oscura cabeza para deslizar su lengua por los de ella, que cerró los ojos, y se dijo que se pondria rígida como una estatua. Con carcajada, Akram le rozó otra vez la boca con la punta de la lengua y descendió por su barbilla y ella se estremeció,
Su perfume, una mezcla de suave loción y otro aroma que era suyo propio, la embriagó por completo. Akram la tomó en brazos y la llevó a la cama depositándola en ella suavemente...
Aziza aún estaba en los brazos de Akram cuando él comenzó a hablar.
— Mañana ire a Marambit anunció Akram.
— ¿Piensas devolverme con mi padre?, pregunto ella sorprendida.
— Bien merecido te lo tendrías, tu padre es un hombre mayor y necesita de mi consejo y apoyo. Al menos estaré tres días ahí y te llevaré conmigo exclamó.
— Me llevará a ver a mi padre, me hace muy feliz tanto que lo quiero dijo Aziza.
— Me alegra saber que me quieres, el amor hace felices a las mujeres y las vuelve obedientes exclamó Akram.
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Dalia escuchaba las noticias de lo que estaba ocurriendo, sabía que Akram había regresado del desierto, también sabía que Akram no había visitado el harén, desde que se había casado aunque conocía a su esposo seguramente ya estaría buscando una nueva concubina...