NovelToon NovelToon
La Problemática Llegada Del Amor

La Problemática Llegada Del Amor

Status: En proceso
Genre:Romance / Amor tras matrimonio / Embarazo no planeado / Malentendidos / Triángulo amoroso / Melodrama
Popularitas:4.3k
Nilai: 5
nombre de autor: Beikaoficial

Al descubrir a su pareja en plena infidelidad, Ein Morlyng se sumerge en un torbellino de desesperación y alcohol, esperando que el dolor se disuelva con cada copa. Pero mientras la embriaguez la aleja de la realidad, una serie de eventos imprevistos la arrastra hacia una nueva vida. Entre una boda inesperada, un embarazo sorpresivo y una convivencia forzosa, Ein se encuentra atrapada en un destino que no había imaginado. Ahora, mientras enfrenta un cambio radical en su vida, una pregunta persiste en su mente: ¿Cómo llega el amor?

NovelToon tiene autorización de Beikaoficial para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 9

Eso era demasiado serio como para quedarme sin hacer nada. Puse cada cosa en su lugar, tomé una cartera junto con mi teléfono, dejando este último con la tarjeta en el interior del bolso. Salí de la habitación, caminé hacia el sofá y tomé mis llaves. Después, salí de casa, cerrando la puerta detrás de mí. Me tomó un buen rato llegar a la tienda por la larga distancia que tuve que recorrer a pie, pero finalmente llegué, sudada y cansada, sin sentir las piernas por la prisa.

— Buenas tardes, Natali. — Saludé a la muchacha detrás del mostrador. — ¿Dónde está Esteisi?

— ¿Qué haces aquí? Pensé que hoy era tu día libre. — Contestó la rubia, apresurándose a apagar su móvil al verme llegar. Parecía que había llegado en un mal momento.

Aunque sentía una curiosidad por saber qué estaba ocultando, no tenía ganas de investigar. Debía centrarme en lo mas importante. Sonreí. — Sí, estoy libre, pero necesito hablar de algo muy importante con Esteisi. — Contesté, desviando mi mirada hacia algunos clientes que se paseaban por el lugar.

— No lo sé. Esteisi salió hace unas horas. Dijo que se iba a encontrar con alguien, pero no me dijo dónde ni con quién, tampoco me dijo cuándo regresaría.

— ¡Joder! — Estaba ansiosa y empecé a moverme de un lado a otro, mordiéndome las uñas en cada movimiento.

Aunque me frustraba la idea de que mi mejor amiga estuviera saliendo con alguien sin decirme nada, no era el problema más relevante en ese momento. Necesitaba encontrar una solución para liberar tanta tensión y mala suerte. Un respiro. Necesitaba huir lejos, muy lejos.

— Ay niña, para ya, te vas a marear. — Le hice caso a Natali y dejé de dar vueltas. Me detuve, repasando el lugar con la mirada, tratando de encontrar a mi amiga entre los trabajadores y clientes. Por un momento se me había olvidado que no estaba allí. Eso era frustrante.

Miré a Natali y luego detuve la mirada en su teléfono. — ¿Me prestas tu teléfono? — Pedí. — Solo será por unos segundos.

— ¿Para qué quieres mi celular? — Entrecerró los ojos, apuntándome con el aparato. — Esto es algo privado. Significa que es para una sola persona, no para dos.

— No tengo idea de lo que estás diciendo. — Bufé. — Solo necesito hacer una llamada, pero me quedé sin saldo y no dispongo de internet. — Pareció entender. Renunció a su antigua postura y asumió una más relajada.

Asintió lentamente y rebuscó en su móvil antes de entregármelo con una pizca de desconfianza. Se lo arrebaté, con un leve desdén por su comportamiento innecesario. Abrí mi cartera, saqué la tarjeta, presioné el icono de llamada y empecé a marcar el número que aparecía en la tarjeta. Luego presioné llamar y llevé el teléfono al oído, esperando que alguien contestara del otro lado.

— Buenas tardes, se ha comunicado con...

— Buenas tardes. ¿Puedo hablar con el señor Collins? William Collins. — Interrumpí al personaje. William Collins era el nombre que aparecía en la tarjeta. Esperaba que decirlo fuera de ayuda.

— ¿Quién habla? — ¿Quién era? ¿Sería inteligente decir mi nombre? No lo creo; si lo hiciera, quizás me colgarían o empezarían a hacerme preguntas que no podría contestar.

Solté aire. — Soy la señora Edwards. — Inteligente o no, era la única opción que tenía.

— Un momento, por favor. — Caminé hacia un sillón cercano y me senté. Me di cuenta de cuánto necesitaba reposar, ya que justo empezaron a dolerme las piernas. Creo que si mis piernas hablaran, me lo habrían pedido antes. — ¿Buenas? ¿Hablo con el señor Edwards?

— No. Soy su esposa.

Por todos los cielos.

— Señora Edwards, ¿cómo se encuentra? ¿Cómo está Dewin? — Tuve que alejar el teléfono de mi oído para no gritarle. Esto se me estaba yendo de las manos.

— Eh, bueno, señor Collins, mi esposo se encuentra muy bien. — Era sarcasmo. Esperaba que mi oyente no lo percibiera. — En cambio, yo necesito de su ayuda. Verá, señor Collins, tengo una enfermedad y pienso que esta enfermedad está poniendo en peligro mi matrimonio.

No sabía ni lo que decía.

— Vaya, Dewin no me comentó nada al respecto, pero eso no es algo de lo que deberíamos hablar en esta línea telefónica. Le llamaré por mi número privado.

— ¡No! Digo, no es necesario, Collins. — Negué.

— ¿Por qué?

¡Joder! ¡Joder! ¡Joder! ¿En qué me había metido?

— Este... Yo... Bueno, mi esposo es muy... ¿celoso? — Se me estaban agotando las mentiras. — Sí, él es muy celoso y necesito evitar más peleas en la relación, ya sabe. — Me ganaré un trofeo con esto. — Por eso decidí llamarlo a este número. Por favor, hablemos aquí.

Se hizo un silencio incómodo. Alejé el teléfono de mi oreja para ver si había colgado, pero no era así; seguía ahí, en silencio. Tal vez me había descubierto.

— Entonces hablemos. — Se escuchó finalmente después de una eternidad. — ¿En qué puedo ayudarla?

— ¿Puede darme la dirección de mi esposo? — Pregunté. Y una vez más, volvimos a sumergirnos en otro silencio, pero esta vez no fue tan largo.

— No entiendo. — Confuso.

— Bueno... En realidad estoy loca. Es cierto, tengo serios problemas mentales e incluso me olvido de las cosas casi al instante, y por esa misma desgracia olvidé la dirección de mi esposo, de nuestra casa, y no sé cómo regresar. Debe ayudarme, señor... Perdona, olvidé su nombre, ¿cómo es que se llamaba?

— Le enviaré la dirección. — Y sin más, colgó.

1
Stlouis Mardi
Que grosero/Shame/
cøøkie
¡Continúa, me encanta!
Beikaoficial: Hola! Claro, a su orden mi señoría. 💓
total 1 replies
DreamHaunter
Me encantó lo que escribiste
Beikaoficial: Muchas gracias por leer mi historia, espero que te siga gustando personita hermosa. 💕
total 1 replies
Himura Kenshin
Me has dejado en suspenso, necesito saber lo que va a pasar, ¡actualiza pronto por favor!
Beikaoficial: Holaa! Gracias por leer mi historia. A su orden, mi señoría. 💕
total 1 replies
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play