Trabajar como bailarina en un club nocturno parecía ser mi única oportunidad de salir adelante y llevar una vida medianamente decente, hasta que llegó Dominic a mi vida.
Este hombre que con solo mirarlo traía caos, misterio y sombras, muchas sombras.
Está historia está llena de amor, traiciones, crímenes y violencia.
HISTORIA PARA +18
NovelToon tiene autorización de KTB para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
8. FLORES Y CENA
MARATON 1/3
MELODY
Cuando la camioneta estacionó frente a mi edificio baje rápidamente despidiéndome del hombre tan amable que era el chófer de Dom.
Subí las escaleras y me encontré con que mi mamá no estaba en casa pero está vez las cosas estaban en su lugar y no había destrozos, supongo que fue a comprar drogas.
Mi estómago rugía de hambre por lo que fui a mi habitación para tomar dinero e ir a comprar algo a la tienda que estaba a unas calles de mi casa, normalmente tenía dos escondites de dinero el cual estaba ahorrando para poder alquilar una casa o arreglar el departamento que ya teníamos, el primero era en mi armario y el segundo en la cajonera que estaba frente a mi cama. Fui al segundo y cuando lo abrí no podía creerlo.
—¿Qué...? —Murmure viendo el cajón vacío.
Me robó, de nuevo me robó.
Cerré el cajón de golpe y me tiré en la cama sin poder creer que hubiera hecho eso de nuevo. Me prometió que jamás lo haría otra vez y veo que hasta en eso fallo. Ella sabía que solamente tenía que pedírmelo, pero prefería que fuera por las malas.
Realmente hablar con ella y enfrentarla era un caso perdido, ya lo había hecho las veces anteriores y se victimizaba, se hacía el problema mucho más grande de lo que era. Cuando escuché la puerta abrirse y luego cerrarse, supe que estaba en casa.
El enojo me corría por el cuerpo, quería salir y decirle sus verdades pero me contuve, hasta el momento en el que me llamó.
—¡Melody, traje de comer!
¿Cómo...? La última vez que me dió algo de comer era una niña, ¿y ahora lo hacía? ¡Claaaaaaro, si fue con mi dinero!
Suspiré pesadamente preparándome para salir, realmente tenía hambre y el que hubiera tomado tanto dinero para comprar una simple comida me ponía de los nervios.
Salí de la habitación encontrando dos bolsas de McDonald's, ella sonreía.
—Estoy haciendo la paz contigo, hija. —Dijo como si nada.
—¿Ahora sí soy tu hija? —Dije viéndola, ella rodó los ojos.
—¡Estaba enojada Melody, no había consumido en un tiempo! —Se excusó. —Pero ahora ya estoy mejor, así que come.
Me senté en el sofá -porque no tenemos sillas en el comedor- y comencé a devorar mi hamburguesa, estaba deliciosa, mire a mi madre y ella hacía lo mismo, cuando terminamos de comer ella me miró.
—¿Y dónde estabas?
—Con un amigo. —Murmure.
—¿Un amigo? ¡Cuéntame!
—Es un amigo, Cristina. —Dije bruscamente. —No necesitas saber más.
—¡Ay, como quieras! —Dijo. —No es como que me importe tu vida.
Déjalo pasar, respira y déjalo pasar.
—¿Y dónde estuviste tú? —Pregunté. —Y sigues llevando vendaje en la mano.
—Saldando unas cuentas. —Dijo.
—¿Qué te paso en la mano?
—¡Ay ya, te comportas como si la madre fueras tú!
Y de nuevo iba a comenzar a gritar, que bien.
Me levanté del sofá y el resto del día me puse a hacer lo que hago cuando no trabajo, limpie un poco la casa, lave ropa y me recosté en mi cama a descansar. Había comprado un televisor hacía un tiempo así que puse una película y la acompañe de palomitas. La película no era muy buena, por lo que la quite a la mitad, me senté sobre la cama y en ese momento tocaron la puerta. Escuché los pasos de mi madre hasta que la puerta se abrió.
—¡Melody, es para ti!
Me levanté de la cama y me dirigí hacía la sala de estar, en dónde me encontré al hombre que me trajo esta mañana con un ramo de flores, ¡eran muchísimas! Abrí mi boca ligeramente sin poder creer lo que veía.
Jamás me habían regalado flores.
Me acerqué a ellas y las tomé sin dejar de mirarlas, mire un segundo al hombre y agradecí.
—Están divinas, muchas gracias. —Dije.
—No hay de qué, señorita. —Me sonrió. —También envía esta caja, tómela por favor.
Me dirigí hasta la mesa en dónde deposite las flores para después volver a tomar la caja, le sonreí apenada.
—Todo se lo envía mi jefe, disfrútelo. —Dijo el hombre, agradecí, el hombre respondió y se retiró.
Cerré la puerta y dirigí mi mirada hacia la mesa en dónde descansaban las flores, sentí la mirada de mi madre quien me observaba como si tuviera tres cabezas y sin importarme algo me dirigí a la cocina por algún florero o algo más en dónde pudiera ponerlas.
—¿El jefe? ¡Andas metida en algo serio, seguro! —Dijo siguiéndome
—Es un amigo, Cristina. —Dije restándole importancia.
—¡A nadie le llaman el jefe por nada!
—¡Pues a él si!
—Lo que faltaba, que ahora andes de noviecilla con no sé quién. —Se lamentó. Rodé los ojos.
Realmente no quería ni tenía ánimos de seguir respondiendole por lo que opte por centrarme en ese lindo ramo de flores y esa caja con contenido aún desconocido para mí. Inconscientemente sonreí.
—¡Me vas a matar de la angustia! —Se volvió a quejar.
Bueno, tengo que responderle.
—No es un "no sé quién" y tampoco lo mal pienses, tiene sus negocios, es lo único que sé.
—¡No puedes meterte con esas personas, es peligroso!
—¿Por qué siempre que hablamos es para discutir? —Dije cansada.
—¡Haces todo mal, todo!
—Bien, entonces déjame tranquila por favor.
—¡No digas que no te lo adverti!
Dijo y salió de la casa dando un portazo, suspiré mirando las flores y sin darme cuenta una sonrisa se dibujó en mis labios. Había una nota, por lo que me apresure a acomodar las flores en mi habitación y la tomé.
..."Te regalaré una rosa por cada vez que te piense....
...¡Prepárate, serán muchas!...
...Dom."...
No puede ser, son bellísimas.
Y el texto... Vaya, es muy inspirador y extrañamente me hizo suspirar.
Mire la caja blanca que descansaba sobre la mesa y divise una nota pegada debajo del moño.
¿Otra nota? Dom, eres demasiado misterioso.
Quite el sobre ansiosa y comencé a leer.
"Hola Melly,
...Dame el honor de verte utilizar este preciado obsequio....
...Te invito a cenar en mi terraza, paso por tí a las ocho....
...Dom."...
Abrí los ojos de golpe.
¿Una cena, hooooy? ¿es formal? ¿Informal? ¡Solo es mi amigo, ¿por qué me preocupa?!
Conforme pasaban las horas daba vueltas en mi pequeña habitación como una loca, daba gracias al cielo de tener maquillaje -por el trabajo que tengo- y lo hice con toda la calma, mi cabello castaño era realmente lacio así que no tuve que hacer mucho, solo lo peine un poco.
Para finalizar y dadas las siete con veinte minutos, abrí la caja por fin. Mi boca se abrió ligeramente por el asombro... Es el vestido más hermoso que había visto en mi vida.
¿De verdad esto es para mí?
El vestido es color lila con una sola manga que recorría todo el brazo, tiene una breve abertura en la pierna y una cinta en la cintura.
¿Me quedará? Se ve muy pequeño.
Me lo probé y justo es mi medida, me encantó.
Lo acompañé de unos tacones pequeños que tenía en mi armario, me veía muy bien.
Tome mi bolso y me dirigí al sofá dónde espere pacientemente a que fueran las ocho, Cristina aún no llegaba a casa y deseaba que no me viefa salir, no queria que montara un teatro de esto. Ni un minuto más la puerta comenzó a sonar. Me levanté nerviosa, no sabía por qué. Abrí la puerta y ahí está él, con la misma sonrisa que me había mostrado anteriormente.
Es guapísimo.
—Wow, hola Melly. —Saludo mientras me daba un repaso con la mirada. —Te ves tan preciosa cómo siempre.
LE REGALA A SU HIJA SIN IMPORTARLE
LO QUE LE HAGAN ( Y SEGURO ES LA MADRE DE LA CHICA) CON FAMILIA ASI
QUIEN NECESITA ENEMIGOS.
POR LO VISTO LA NIÑA KITTY. VA A TENER
SUERTE POR UN LADO Y PROBLEMAS
POR OTROS. ESE DOMINIC. NO ES UN SANTO, Y TODOS BAILAN A SU ALREDEDOR