Me Quedo Con El Harén

Cuando sentí que me llamó, que me gritó. Me giré, pero al verlo, tenía una espada en el cuello.

...- Grítale una vez más y tu cabeza sale rodando.

Esa voz, aún sentía emociones de este cuerpo, una lágrima se me escapó. Era uno de los hermanos de Antonia, ahora mi hermano. Y me estaba defendiendo. Pero no lograba verlo, tenía una capa que lo cubría hasta el rostro.

Marcos- ¿Quién eres?.

...- ¿Qué era lo que querías con la hermosa emperatriz?

Marcos- Eso no es de tu interés.

...- Claro que lo es. Me presento. Gustavo del Castillo segundo Hermano mayor de la bella Emperatriz.

Él se saca la capucha y todos los soldados que anteriormente le apuntaban con sus espadas, ahora cayeron al piso en una rodilla inclinando su cabeza, porque al que tenían enfrente también era el hermano del ministro de guerra.

General y mano derecha del ministro de Guerra mi otro hermano.

Soldado- Mis respetos mi general. No lo reconocimos, perdone nuestra imprudencia.

Gustavo- Por esta vez la dejó pasar. ¿Y mi pequeña hermana no me va a saludar?

Mis pies se movieron por si solos y corrí abrazarlo. Era tan cálido y hacía mucho nadie me abrazaba con ese cariño tan fraternal, en esta vida nadie me había abrazado y en la anterior ni lo recuerdo.

Gustavo- Pequeña yo también te extrañé. Pero papá y el resto ya vienen y si ven el lío de ahí afuera van a matar a cierto monigote. Que por cierto dime una cosa, ¿Siempre te grita?. Dime y le corto la lengua.

Yo seguía abrazada a él.

Marcos- Lo siento, no quise gritarle emperatriz. Si me permiten voy a solucionar ese alboroto.

Salgo de los brazos de mi hermano.

Antonia- Te acompaño. Hermano me esperas en mi despacho por favor.

Gustavo- Está bien, no demores o iré por ti.

Antonia- No segundo hermano. Ve, que en unos segundos ya estoy contigo. Aurora acompáñalo.

Me fui con Marcos, doblando un par de pasillo lo agarró del brazo y lo paró en seco.

Antonia- ¿Dónde te habías metido? A decir verdad no me interesa. Tus concubinas son desesperantes, les mandé a decir por entre medio de una nota que tenían que mudarse al palacio que les mandaste hacer, solo una de ellas sé fue. Las otras no, las mandé a sacar y ya viste lo que hicieron. Arréglalo, pero para ayer es tarde.

No lo deje responder, me giré y volví por donde habíamos venido. Quería informarle que antes de sacarlas, les había pedido amablemente que se fueran. Volví a mi despacho mi hermano estaba revisando todo lo que estaba a la vista. Me quedé en la puerta mirándolo, tenía el mismo cabello que yo, negro bien fuerte, ojos verdes iguales a los míos, pero él era alto no un minion como yo.

Gustavo- ¿Por qué me miras tanto? ¿Qué son estos lugares marcados en el mapa? Tengo entendido que en estos tres sitios son tierras vacías.

Antonia- Son para construir un orfanato, un complejo de pequeñas casa y un refugio.

Así le fui contando, varios proyectos, el feliz de escucharme. Hasta que Marcos vino por mí, golpeando la puerta muy respetuoso, no como siempre que se llega y se manda.

Marcos- Disculpen. Antonia, mi hermosa emperatriz, cuñado su familia está llegando. Vamos a recibirlos juntos.

Miro a Gustavo. Me levanto de mi asiento y el igual.

Gustavo- Vamos pequeña. Deben estar ansiosos por verte.

Me ofrece su brazo y salimos, Marcos nos sigue. ¿Estoy ansiosa, será que alguno se da cuenta de que no soy la verdadera Antonia?

Los nervios me están traicionando.

Gustavo- ¿Por qué tiemblas princesa?

Antonia- ¿Eh? ¿Qué?. ¿Quién tiembla?

Gustavo- Tu pequeña. ¿Pasa algo?.

Antonia- N… No. No. Es solo que estoy ansiosa por verlos.

Gustavo- No estés nerviosa pequeña.

Llegamos a la entrada principal, se veían cuatro carruajes a lo lejos con varios hombres a caballo. Mejor dicho eran muchísimos, una caravana grande.

Marcos pálido porque por más que ya había solucionado el caos seguro todo el imperio lo sabía, era cuestión de tiempo para que mi familia se enterara…

La caravana era liderada por mi hermano mayor, Franco se veía tan bien, tan serio y tan imponente, vi a toda mujer cercana suspirar por él. Llegando se bajó del caballo dio órdenes a sus soldados mientras del primer carruaje bajaban mi padre y mis mellizos. Sí, olvide contarles que Antonia era trilliza, siendo un milagro en esta época que en un embarazo sean tres, más que nazca una niña y dos niños. Cosa que en mi época no, ya que es normal que vengan bebés en distintas bolsas. Los mellizos corrieron abrazarme, también son altos pero no tanto como Gustavo. Ambos hablaban a la vez, en perfectas condiciones.

L y L- Te extrañamos mucho, hermanita.

Raúl- Sabandijas, suelten a mi pequeña.

Luciano- Padre no nos diga así.

Lucas- Ya va a empezar padre.

Raúl- Eso son, unas sabandijas, siempre le quitaron todo a mi pequeño tesoro, por eso quedó pequeña y débil. Ven aquí mi pequeño tesoro.

Y paso como con Gustavo, mi cuerpo se movió solo, me envolvió en un abrazo gigante que parece que me estrujaba. Él era alto, piel blanca ojos marrones, su cabello gris. Su abrazo era tan cálido, ¿Así se sentía que un papá te abrace? Era tan hermoso, mis lágrimas corrían.

Raúl- Mi bebé te extrañé.

Antonia- Yo también papi…

Franco- Padre suelta a la pequeña que yo también quiero abrazarla.

Gustavo- Yo por eso vine antes.😊

Franco- A la próxima que te vengas sin avisar, voy a buscarte y azotarte hasta que me canse.

Gustavo- Soy general, no me puede pasar nada.

Franco- Me vale poco que seas general o no. No tenías necesidad de venirte antes, cuando veníamos todos juntos y para el mismo lugar.

Papi que aún me tenía abrazada, me habla al oído.

Raúl- Vas a tener que parar a esos dos mi pequeña porque cuando se agarran ni yo puedo pararlos.

Me separó de los cálidos brazos de papá, se siente tan bien tener uno.

Gustavo- No te olvides que soy el soldado más fuerte que tienes, lo tuyo es lo mental lo mío es la fuerza.

Ya estaban uno frente al otro mirándose con ganas de pelear, camino rápidamente y me gano en el medio.

Antonia- No pelen por favor. (Le pongo cara de 😇 y mis manitos juntas y hago puchero).

Franco- Perdón mi bebé.

Gustavo me dio un beso en la frente y se fue. Franco me agarró y empezó a dar vueltas conmigo, a mi mente llegó un recuerdo de Anto que él, a ser el mayor siempre hizo lo mismo con ella. Pues al tener 25 años, se notaba la diferencia y siempre fue serio y centrado.

Franco- Dime pequeña. ¿Cómo has estado?. ¿Te han hecho algo?.

Lo último lo dijo mirando fijamente a Marcos. Que antes de eso había sido ignorado olímpicamente. Nadie se acordó de él, ni siquiera yo 🤭.

Antonia- Estoy bien. 😊 Ahora mejor que nunca.

Marcos- Bienvenido tío Raúl y cuñados.

Raúl- ¿Cómo has estado Marcos?. Espero estés tratando bien a mi pequeña, sabes que los guardias la mayoría está acá para cuidar de ella hasta de ti.

Marcos- Si, Si lo sé tío.

Antonia- Ha sido difícil pues recién hace un mes y medio que convivimos. Pero vamos bien, pero pasemos a almorzar no nos quedemos afuera.

Raúl- Espero así sea, porque sería muy fácil dejarte viuda siendo la máxima autoridad en el imperio. (Marcos se puso más pálido de lo que ya estaba).

Franco- Princesa ¿En dónde se pueden acomodar mis hombres?.

Antonia- En el lado Este del jardín. Ahí pueden estar tranquilos. ¿Les ayudo en algo?.

Gustavo- No te preocupes. Ellos son capaces de acomodarse y tienen todo lo necesario.

Marcos- Si me disculpan. Tengo una reunión que no puedo aplazar. Con su permiso.

Todos- Propio.

Ninguno lo quería cerca yo tampoco tengo cierto recelo a él, pero tengo dudas no quiero correrlo mucho de mi lado, las novelas que le leí antes. En todas, la protagonista lo corre de su lado y más se encaprichan con ellas. Veré con el tiempo que pasa con él.

Una vez sentados todos en la mesa, comenzamos a comer yo en mi trono, Gustavo se sentó en el asiento de mi esposo. Es el más carismático de todos imitaba al antiguo emperador, y yo me reía a gusto. 🤣

Raúl- Pequeña te trajimos todo lo que pediste.

Antonia- Gracias papi. Dime cuánto es para devolvértelo.

Raúl- 🤨 Nada. Si no puedo consentir a mi hija siendo la única no sería un buen padre.

Hizo que me picaran los ojos. Es hermoso.

Lucas- No pues, la única. El resto no existimos.

Raúl- Ustedes son grandes sanguijuelas. Mi bebé es pequeña.

Lucas-Tenemos la misma edad, somos trillizos, papá.

Raúl- No me importa. Deberías ver que haces de bueno. Holgazán.

Lucas- Ya te dije papá. Voy a administrar tus minas.

Raúl- En tus sueños sanguijuela. Eso es de mi niña.

Yo me atragante 😳??

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