La Revancha De La Villana

Afortunadamente, pudo escapar de su madre, de ninguna manera piensa conocer de nuevo a esos hombres tan pervertidos, en el pasado, aun recuerda como su madre la obligó a asistir a una cita con uno de ellos y cuando lo arruino, la castigo dejándola sin comida por una semana, sin duda su madre, era una mujer que solo quería subir de estatus, aun si eso indicaba vender a su propia hija, después de la guerra, ella y su madre son quienes más disfrutaron ascender a Marqueses, derrochando la fortuna que se les había dado, por eso, cuando ella fue acusada, ninguno de ellos fue a verla en prisión o hizo algo para intentar ayudarla, por eso esta vez, tiene que cambiar las cosas y de paso, escapar de esa familia tan interesada que tiene.

Apenas acaba de bajar a desayunar y su madre la espera al pié de las escaleras, parece que esta muy enojada.

- Alice!!! Te saliste antes y me dejaste a en vergüenza frente al Conde Bronw. Estaba tan molesto porque le prometí que te conocería.

- no quiero conocer a ese viejo pervertido. Si tantas ganas tienes de ascender ¿por qué no te vendes, tú, madre?

- como te atreves a hablarme así, chiquilla mal agradecida.

Se acercó a Alice intentando darle una cachetada, pero Alice se hizo a un lado provocando que caiga, los sirvientes al ver eso, se acercaron a ayudar a la Baronesa.

- creo que me rompí la pierna, llamen un médico, encierren a esa niña! Tú padre sabrá de esto!

Antes bajaba la cabeza ante todo lo que su madre decía, pero ahora, entiende que nunca debió hacerlo.

- madre, te caíste al tropezar, yo no hice nada, además llevo prisa, debo regresar a la escuela.

Sin importar que dejará a su madre gritando, subió al carruaje para dirigirse de regreso a la escuela, por suerte puede permanecer ahí durante los estudios, así evita lo más posible a su madre y sus intentos de buscarle un esposo rico.

Después de clases, fue directo al comedor como siempre suele hacer, Merry la vio así que la llamó a sentarse con ella y otras chicas, todas hablaban del baile y de como conocieron a los hijos de diferentes familias.

- señorita Alembert, usted no se queda atrás, bailo con el Gran Duque del Sur.

- si, se veían tan hermosos, aunque el Duque Leblanc es de la raza de demonios, tiene un rostro atractivo y buena posición.

- esos son cosas que no importan, solo baile porque no quise hacerle el desaire.

- bueno, pero admítelo, te pidió bailar a ti y no a la señorita Wilson, seguro no vino hoy por la vergüenza que paso anoche.

- ¿verdad? Siempre sonriendo ante los hombres, pero el Duque, la ignoro.

- no es de extrañar, seguramente solo busca al mejor postor. Desde que llego, se la pasa siguiendo al príncipe Alán y finge que se encontraron por casualidad.

- si, si, luce como una chica inocente pero solo es una indecente que busca seducir hombres.

Todas rieron juntas; desde ese punto de vista, no lo había considerado, pues hasta donde ella alcanzó a conocerla, solo le pareció una chica demasiado tonta, pero tal parece que no era así; será mejor observar con detenimiento el comportamiento de Edith.

- tengan cuidado de lo que hablan, si la señorita Wilson tiene de su lado al príncipe podría ser peligroso para ustedes.

- lo sentimos señorita Alembert, sabemos que el príncipe te gusta, pero él no la merece.

- se deja engatusar por la señorita Wilson.

- no digo por eso, lo digo por ustedes, el príncipe, ya no es de mi interés.

Las chicas se sorprenden ya que antes no paraba de decir lo guapo y generoso que era y hasta buscaba la manera de hablar con él más seguido.

- que bueno que ha abierto los ojos.

- si, señorita Alembert, usted merece algo mejor.

Las chicas siguieron hablando, hasta que finalmente se acabo la hora del almuerzo, todas debían regresar a sus respectivas habitaciones, Merry y Alice se despidieron de las otras al llegar a su puerta, ya que Merry era su compañera de habitación.