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Corazón De Hielo.

Corazón De Hielo.

Status: En proceso
Genre:Malentendidos / Traiciones y engaños
Popularitas:64.2k
Nilai: 4.7
nombre de autor: yeimy mora

Diana Quintana, una mujer con el Corazón De Hielo. su historia inicia cuando descubre que su prometido le es infiel, tenían un hijo, pero el pequeño muere en un accidente, en el cual estuvo involucrado el padre del niño, y Dante Linares. hecho que la marcó y le cambió la vida.
Dante, es influenciado para que acabe con Diana. Para lograrlo, es obligado a casarse con ella, ahí comienza una lucha de poderes, con sombras del pasado que los atormenta. ¿Será qué algún día esas sombras desaparezcan?

NovelToon tiene autorización de yeimy mora para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Rechazó las flores.

No había noche en la que ella no soñara con su pequeño hijo. Se había aferrado a mantener vivo su recuerdo, sin saber que, a la larga, eso la iba consumiendo. Sin embargo, siempre se despertaba activa, con la necesidad de mantener su mente ocupada. Ese día no fue la excepción: se levantó a primera hora y, antes de salir, visitó a su víctima.

—Últimamente me levanto por inercia, mi ánimo no es el mejor, así que no esperes los buenos días… Pero sí tu penitencia diaria.

Diana destapó una botella y se la dio a Cristóbal.

—¿Por qué no fuiste tú y no mi hijo? ¡Te odio, te odio tanto! Eras tú quien debería desaparecer de mi vida.

Ese día lo dijo con tal enojo que, sin querer, golpeó la boca de Cristóbal con la botella. Él reaccionó y estuvo a punto de apartarla con la mano.

No es el momento, se dijo, soportando el dolor.

Al parecer, ha mejorado, y por la mirada que le lanzó, se nota que tiene planes para ella.

Diana ni siquiera se sentó a la mesa esa mañana. Fingió estar apresurada y solo pasó de largo para tomar una de las tostadas.

—Mmm… No tengo tiempo, mi día será larguísimo. —Ni siquiera había comenzado y ya se sentía estresada.

Desde su asiento, Arturo frunció el ceño.

—Hija, no descuides tus comidas. Si veo que este trabajo te está estresando o llevando al límite, te voy a remover del puesto. No quiero que te suceda nada.

Evidentemente, el hombre se preocupaba por su hija. Y es por ella que pronto tomará una decisión muy importante.

Ese día, Diana se sentó tras su escritorio y, al abrir la computadora, se llevó una de las peores sorpresas.

—¿Qué es esto? ¡Debe ser un error! Ayer todavía éramos importantes en el mercado. Hoy… hoy no valemos ni la mitad.

Su mirada era una mezcla de decepción y frustración.

No puedo llevar a la familia a la bancarrota. Eso jamás.

En ese momento, la secretaria llamó a la puerta. Al recibir la aprobación, entró con un enorme ramo de rosas.

—Si son para mí, no las quiero. Ya sabes que siempre pido que las tires a la basura. —El ramo no la impresionó; como ella misma decía, cerró su corazón el día que murió su hijo.

—Es que… las envía el señor Linares. Solo las traje para que vea la invitación. Quiere que lo acompañe a un almuerzo.

Diana seguía revisando los números en la pantalla, pero la invitación la hizo girar.

—Déjame ver la nota.

La sostuvo, la leyó dos veces, sonrió con ironía y escribió algo al dorso.

—Envíalas de vuelta.

Una hora después, Dante estaba tumbado en el sofá. A pesar de su mente brillante, sus modales aún dejaban mucho que desear. Todavía le faltaba bastante para ser un caballero pulido.

Toc, toc.

El golpe en la puerta lo hizo incorporarse de un salto.

—Adelante…

El joven dio la orden, y, de repente, vio las flores de vuelta.

—La señorita Quintana las rechazó… pero escribió algo al dorso de la nota.

—Déjame ver —dijo Dante, curioso.

Leyó la contestación:

"¡Ni en tus sueños! No me compres con flores, porque esas son para los muertos. No me invites a un almuerzo, porque esos los rechazo a diario. No tienes nada que pueda impresionarme, porque lo que deseo… nadie me lo daría."

Diana había rechazado la invitación, y Dante oscureció la mirada, lleno de enojo.

—¡Nadie me rechaza! Tengo que ir y ponerla en su lugar —se dijo, saliendo hecho una fiera.

Lo cierto es que ella no había salido de su oficina hasta que sintió que su estómago no daba para más.

—Malditas necesidades del cuerpo humano… Por mí, no me detendría. Seguiría como un robot… pero soy una persona real —se recriminó mientras caminaba hacia la salida.

Allí se encontró de frente con Dante.

—¡Ay, no puede ser! ¿Qué hace ese hombre aquí? —se preguntó, sin mostrar su inquietud.

—Señorita, necesito que venga conmigo —dijo Dante, sin saludar. Su rostro era tan rígido como el de ella. En una guerra de orgullo, gana el más obstinado.

—¡No quiero! Te dije que no. No me dejaré someter por nadie.

Era un rotundo no. Un evidente rechazo en la cara de Dante. Sin embargo, Dante tenía que cumplir su promesa: vengarse de ella. Así que usó el único poder que maneja a su antojo: Su fuerza bruta, el hombre se inclinó hacia ella y en un arrebato la cargó en su hombro como si fuera un costal de papas.

—¿Qué haces? ¡Suéltame, maldito! ¡Braulio, ayúdame! Este desquiciado me secuestra…

Ella gritaba, se defendía con los puños, golpeaba su espalda y pataleaba. Pero Braulio había ido por el coche de la señorita Quintana, y quienes observaban no hicieron nada. Dante tenía a su servicio a varios hombres que actuaban como su sombra. Nadie se atrevió a interferir.

—Ya cállate. No te estoy secuestrando. Si lo hiciera, ni siquiera habrías visto mi rostro.

El hombre la arrojó al asiento del auto y se sentó junto a ella.

—Solo quiero hablar contigo… sobre algo que nos incumbe a los dos.

—¡No quiero! ¡Déjame ir, maldito desquiciado! —gritaba con desesperación.

Su voz era la misma de siempre. No obstante, Dante frunció el ceño.

Su voz… no es la misma. Aquella mujer que llegó y dio la orden… Ella dijo que era Diana Quintana. Pero ella…

Sus pensamientos lo ausentaron, hasta que la chica abrió la puerta, dispuesta a irse. Pero Dante fue más veloz, la sujetó del brazo y volvió a cerrar la puerta.

—Mi abuela se empeña en unirnos en matrimonio… No la conoces, siempre logra lo que se propone —le advirtió Dante.

1
Mary Ney
Más capítulos por favor
silvia
Ladtima q otro murio viejo condenado🤬🤬🤬
Milcaris
Necesita sacar la adrenalina que se poso en su cuerpo con la subasta.
Milcaris
🤣🤣 que traviesos están los pensamientos de Diana
Milcaris
Que belleza, me encanta 😍😍
por eso dicen que el perdón es más sanador para quien lo da que quien lo recibe
Susy Chris Niz 🇦🇷🇰🇷🇨🇳
Por que no existen unos Dantes así en el mundo Real 😅😢🥺
Marleni Avila Gomez
fue ese malvado de Alejandro que mandó a chocar el carro de Dante,le salió el tiro mal, Dante va tener más cuidado
Jess Cajar
solo espero ver la caída de Alejandro, Cristóbal y Camila Catalina o como se llamen 🤔🤫🫢🫣😛👍🇵🇦👋
Milcaris
Lo dijo y quizás luego no lo reconozca pero Dante lo escucho y es lo importante un motivo más para no dejar de insistir en el amor que ambos sienten.
Milcaris
Un dolor que no pasa. se aprende a vivir con el..
Milcaris
Que mujer tan tonta. Piensa que Alejandro será un verdugo más suave que Diana.
Milcaris
Diana actuó desde el dolor y la rabia pero debe hacer las cosas con cautela. Catalina no puede estar sobreaviso de que ya saben la verdad.
Milcaris
cuidado y el hijo no está empezando hacerle daño para que muera pronto.
Milcaris
Ilusa tu que estás subestimando a Diana. Acaso no te quedó claro lo que puede llegar hacer.
Teresa Gámez
que investigaría Dante 🤔🤔🤔
Guadalupe Aviles
el punto aquí es que ya están conscientes de la verdad a hora actuar de acuerdo juntos para sobre vivir de sus enemigos
María Teresa Ortega
genial excelente capítulos
Maria Mongelos
Gracias por los capitulos querida Yeimy Mora😊
Maria Mongelos
Alguien quuere muerto a Dante, seguro fue Alejandro o Cristobal
Maria Mongelos
Catalina, ahora vas a empezar a pagar y ni Alejandro te va a salvar
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