Me Convertí En La Amante De Mi Esposo

A pesar de que ha pasado ya mucho tiempo, no sale de mi mente que Leonardo logre amarme, así con esa pienso con la que lo pienso, con ese deseo que brota de mis poros al sentirlo cerca, con ese amor tan bonito que guardo en mi corazón.

Mis salidas con Jeremías siguen siendo una aventura, Julián mi amigo del alma me guarda muy bien el secreto. Hace poco casi que pierdo el control de todo, salí del trabajo más temprano de lo normal y me escape, mi esposo nunca pregunta por mis cosas y justo cuando estaba en un momento muy acalorado pues me marco al celular, de pronto no sabía qué hacer, rápidamente le dije a mi amante apasionado que debíamos marcharnos y dejarme en mi sitio laboral.

Leo seguía llamando y fingí estar ocupada cuando atendí. Él me pregunto si ya había salido y le dije que no, que por qué tan interesado, él sonrió de manera irónica y solo me dijo es que pasaba cerca y aproveché para llevarte a la casa.

Yo emocionada al principio, dije. Cristina alístate que te llevarán de paseo, y así fue pero de paseo a la rutina. Mi corazón se arrugó pensando que tal vez él estaba cambiando, incluso me pregunta ¿qué hubiese pasado si me descubre con Jeremías? Acaso ¿le hubiese importado? ¿Lo lastimaría?.

Al llegar a casa él solo se lanzó a la cama a descansar y obvio con su celular, a ese sí que lo cuidaba más que a mí. Por mi parte me concentré en cocinar, atenderlo me encantaba aunque no lo notara.

Mi hermana me marca al celular, cunado le atiendo me pregunta sobre lo que hacía en ese instante, le respondí Nada interesante, ella soltó una carcajada Ja ja, que vida tan aburrida me dijo. Ella es hermosa; su nombre es Fernanda, es mi hermana menor y mi compinche.

Ella estaba al tanto de todo lo que sucedía a mi alrededor así que no era un secreto lo infeliz que me estaba haciendo a mi misma. Al seguir la conversación me hizo una invitación de la cual no podía mencionar nada delante de Leonardo.

Ella quería que saliéramos a divertirnos, pensaba que así evitaría pensar en el engaño del cual fui objeto, aunque pensándolo bien ya no pensaba en ello. Por lo que recurrir nuevamente a la mentira y fingí que iríamos al cumpleaños de una amiga. ¡Ya saben! Cosas de chicas.

Al principio mi esposo se quedó algo pensativo, sabía que Fernanda era de armas tomar, que no le importaba para nada su reputación y que al salir con ella pondría en tela de juicio mi propia moral. No obstante Él también sabía que a mí no me importaba en lo absoluto lo que pensaran de mí.

Así que solo me pidió cuidarme, que tuviese más cordura que mi hermana. Seguramente como la tuvo él. Ja ja, el día de la salida Fernanda me llama para reafirmar que no he desistido y para convencerme de arreglarme más que nunca, ya sé por donde venía.

Abrí mi closet y en él conseguí de todo, pero había un atuendo especial que quería ponerme para cerrar con broche de oro. Saque un pantalón de color azul intenso, una blusa quetallaba mi cintura y enmarcada mi silueta, unas sandalias maravillosas que hacían lucir mis pies como los de una reina, me alalisel cabello que me llegaba casi a las nalgas.

Me maquillé y pinté mis labios carnosos de color rojo. Al salir de la casa Leonardo volvió a mirarme como nunca lo había hecho. Por unos segundo tartamudeo y luego cuando su lengua se destrabó me dijo ¿Tú saldrás vestida así?, La verdad me sorprendió bastante su interés, hasta sentí emoción, pero fríamente le respondí Sí, así voy a salir.

Él sabe que yo no pido permiso, que jamás le. He permitido mandar sobre cómo debo hacer mis cosas. Así que no le quedó más que irse de nuevo a la cama en silencio.

¿Acaso ya no me importa o solo me da placer verlo así?