Agnes es una omega de baja calidad, algo que le ha facilitado el drama de estar en un mundo de Alphas y Omegas, pero desde que conoce a Jarek su Alpha destinado sus ferononas comienzan a atraerse el uno al otro llevandolos de un enrredo tras otro.
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Estare a tu lado
Toda la casa estaba hecha un completo desastre y lo que era peor impregnada de las feromonas de Agnes, algo que sin duda era muy peligroso para Jarek, la mujer lo tenía totalmente rodeado frotando su cuerpo sobre él, sin duda estaba totalmente perdida por el celo, sudada de la cabeza a los pies, su cara roja y sus piernas temblando mientras hacían todo lo posible por mantenerla en pie.
- Cálmate, en este momento no está cuerda – Jarek trato de dialogar con la mujer mientras ella colgaba de su cuello
- Hueles delicioso – Agnes olfateaba el cuello del hombre como un gato a su comida
- Creo que el olor de mis feromonas es lo que menos necesitas en este momento, por favor suéltame para que me pueda marchar y tú puedas solucionar tu problema – Jarek trataba de quitar los brazos de la mujer de su cuello, pero era casi imposible, además de que las feromonas lo estaban volviendo loco y no sabía cuánto tiempo podría resistir.
- Ayúdame por favor – la mujer comenzó a llorar.
- Créeme, no quieres mi ayuda – seco un poco sus lágrimas – cuando estés en tus cinco sentidos te arrepentirás de estar conmigo, te lo aseguro – logra quitarla de su cuello y la toma fuertemente de las manos para evitar que se le vuelva a colgar. – entiende, debes pasar por esto tu sola, no es bueno que yo me quede.
- NO, no, por favor, no te vayas – sigue llorando – te necesito, siento que necesito estar contigo – el verla en ese estado y diciendo esas palabras, solo pudieron traerle a Jarek el recuerdo de su madre.
- Sin duda los Omegas son un problema, incluso un peligro para ustedes mismos – la jala hacia él y la abraza fuerte entre sus brazos – tranquila, no llores más, yo te ayudare, estaré contigo hasta que vuelvas a ser tu misma – la carga en brazos y la lleva a la habitación, en el piso se podían ver muchos blísteres de supresores de celo, Jarek pensó que tal vez la mujer trato de controlar el celo con eso, pero es demasiado fuerte.
Después de dejarla en la cama la besa para calmarla, sus labios eran húmedos, su lengua sabia dulce, le quita la camisa dejando a la vista su pecho, dos bultos hermosos y provocativos suaves, comienza a lamer la punta de ellos, mientras deslizaba su mano por los muslos, apretándolo y acariciándolos, pudo notar que le gustaba por cómo se retorcía bajo el. Jarek debía mantener la situación bajo control, porque no sería nada bueno si ambos perdían la razón, así que para eso libero sus feromonas para poder dominar a la mujer y que sus feromonas no lo afecten tanto. Subió hasta sus bragas, ya estaban totalmente empapadas, las bajo para luego introducir sus dedos en el interior de Agnes consiguiendo rápidamente el punto donde le gustaba, mientras Agnes gritaba y gemía de placer, Jarek luchaba por mantener el buen juicio.
- Dentro – Agnes toma al hombre y lo besa, saboreándolo con su lengua – quiero que estés dentro de mí, te necesito, no soporto el dolor – su cuerpo temblaba
- Está bien, te daré lo que pides – Jarek se posó en sima de Agnes y dejo a la vita su hombría, Agnes se abrió para él, con solo rozarla en su abertura sintió su calor, luego entro en ella y la mujer dejo escapar un grito de satisfacción, Jarek podía sentir todo su interior, lo caliente que estaba, su palpitar y como lo envolvía por dentro, era una sensación adictiva, muy difícil de controlar, luego comenzó a moverse dentro de ella, mientras la besaba y la sostenía entre sus brazos, las estocadas fueron aumentando regular mente hasta que podía entrar por completo y sentirla hasta lo más profundo, sin duda era como una droga. Estuvieron envueltos uno con el otro durante el resto del día y toda la noche hasta llegar la mañana.
Agnes sintió un dulce aroma, era refrescante, sus papilas gustativas pudieron reconocer el sabor de las naranjas frescas recién exprimidas, también el olor del café y comida, la luz del sol penetraba por la ventana dando justo en su cara como siempre, provocando que se colara en su sueño obligándola a despertar. Abrir los ojos fue doloroso, mover su cuerpo casi imposible, luego de unos minutos logro sentarse en la cama, al instante se percató que todo estaba limpio y ordenado, incluso más de lo que ella había logrado nunca. Había alguien en la cocina, se escuchaban ruidos de ollas y pasos provenientes de allí, Agnes se levantó lo más rápido que su cuerpo le permitió, tropezando con cada pared y tambaleando hasta llegar a la cocina. De pie frente a la estufa se encontraba Jarek quien estaba moviendo una olla llena de carne guisada, el olor era magnifico.
- Estas despierta, genial – Jarek estaba vestido con ropa de pijama, el cabello desordenado y los pies descalzos, casi como en su ambiente – vamos siéntate, en un momento te sirvo la comida – mira fijamente a Agnes – ¿ya estás en tus sentidos?
- ¿Qué hace usted en mi casa y por qué está cocinando? – además de la habitación Agnes noto la casa impecable, ni una mota de polvo se podía observar, era impresionante, hasta se podía ver más iluminada y radiante.
- Creo que las palabras que deberías de decir en este momento son, gracias por cuidar tan bien de mí y disculpa por causarte tantas molestias - se acercó a ella y le coloco la mano en su frente – tu temperatura ya bajo, imagino que ya estás bien – se voltea nuevamente hacia la estufa y la apaga – tranquila, me iré luego de que hayas comido.
- Lo siento, no recuerdo mucho de lo sucedido – Agnes se sentaba a la mesa, su cuello picaba - ¿qué es esto, un collar?
- Es un collar para Omegas, estabas en tu celo así que era muy peligroso que tuvieras el cuello al descubierto- Jarek servía la comida en los platos
- ¿Tú me lo pusiste?
- ¿Quién más sino? – coloca el plato de comida frente a Agnes – tu celo fue muy fuerte y difícil de controlar incluso para mí, tuve que llamar a mi chofer y pedirle que me comprara algunas cosas para poder sobre llevar la carga- se sienta a la mesa – eres muy desprevenida con tu cuerpo, debería de comenzar a pensar más en tu seguridad
- Gra…gracias – Agnes se sentía apenada por tal situación, al tocar el collar con detalle se podía sentir las averías creadas por los colmillos de Jarek – podrías decirme ¿cuantas horas has estado aquí? Y ¿cuánto tiempo estuve inconsciente con mi celo?
- Tengo cinco días aquí cuidando de ti y esperando que pasara tu celo – Jarek comenzó a pensar – y sobre cuantos días tienes inconsciente con tu celo eso si no sabría decirte, cuando llegue ya estabas fuera de control – comenzó a comer
- ¡CINCO DIAS ¡- Agnes no pudo evitar el grito y la sorpresa, nunca había perdido el sentido de esa forma- has estado aquí por casi una semana.
- Si, ha sido un poco difícil ya que he tenido que lidiar con tu celo y en los momentos que me dejabas descansar me ponía a limpiar este chiquero, limpiar tu cuerpo, vestirte, alimentarte y velar porque estuvieras bien – el solo pensar en ello era un dolor de cabeza – eres muy problemática durante tu celo.
Tal acto hizo que el corazón de Agnes se agitara un poco, incluso logro ver como el hombre irradiaba una luz hermosa a su alrededor y también pensó que tal vez, solo tal vez, este hombre no sea tan malo en el fondo.
