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El Susurro Del Olvido

El Susurro Del Olvido

Status: Terminada
Genre:Completas / Traiciones y engaños / Amor-odio / Escena del crimen / Tú no me amas / Secuestro y encarcelamiento / Enfermizo
Popularitas:4.5k
Nilai: 5
nombre de autor: Ankhe

En un mundo donde la realidad se desvanece en las sombras, una única verdad permanece: el destino siempre tiene la última palabra...


Después de conocer a Carlos en la biblioteca, Laura se enamora locamente de él, pero su amor pronto se convierte en una obsesión peligrosa. A medida que su comportamiento se vuelve cada vez más extremo, Carlos se ve obligado a alejarse y obtener una orden de alejamiento. Pero cuando Laura no puede aceptar el rechazo, lleva su obsesión al límite, desencadenando una cadena de eventos que cambiarán sus vidas para siempre.

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Capítulo 6: El desenlace mortal

Una noche mientras repasaba sus próximos planes, las voces le dijeron a Laura para que fuera a la casa de Carlos.

Laura se metió a la casa de Carlos, mientras todos dormían, subió hasta su habitación y lo vio en su cama, se acercó a él, acarició dulcemente su rostro con una sonrisa siniestra.

— Buenas noches, mi bello durmiente. Muy pronto nos volveremos a encontrar y serás solo mío — le dijo mientras le daba un beso en la frente, dió media vuelta y se fue por donde vino.

Laura sabía que debía ser paciente ese día estaba por llegar.

Luego de su visita nocturna a la casa de Carlos, Laura esperó con impaciencia el día que tanto ansiaba.

Sabía que su plan se estaba gestando lentamente, por eso estaba dispuesta a esperar el momento adecuado para actuar.

Mientras tanto, continuaba con sus actividades cotidianas, manteniendo las apariencias ante los demás. Los días pasaron y finalmente llegó el momento crucial.

Mientras Laura se preparaba para llevar a cabo su despiadado plan, no

lo hacía sola, había reclutado a un cómplice que estaba dispuesto a ayudarla en su oscuro propósito.

Juntos, se aseguraron de que todo estuviera listo para el momento crucial. Una vez dentro de la casa de Carlos, Laura y su cómplice actuaron con precisión y rapidez, tenían un trapo impregnado de cloroformo en mano, se acercaron sigilosamente a la cama donde Carlos dormía ajeno a su destino.

Con movimientos coordinados, cubrieron su rostro con el trapo, asegurándose de que inhalara el letal químico que lo sumiría en un sueño profundo. Con Carlos inconsciente, Laura y su cómplice lo cargaron con cuidado y lo sacaron de la casa sin hacer ruido y sin dejar rastro alguno.

Con determinación llevaron a cabo su oscura misión, llevando a Carlos a un lugar escondido en donde permanecerá a merced de sus crueles raptores.

Una vez en el lugar seguro, Laura y su cómplice comenzaron a ejecutar el siguiente paso de su macabro plan. Sabían que no podían permitirse errores, sin importar las consecuencias.

Con el destino de Carlos sellado, esperaron con anticipación el momento en que su desenlace mortal se hiciera realidad.

Después de asegurarse de que Carlos estuviera bajo su control en el lugar secreto, Laura y su cómplice comenzaron a poner en marcha el siguiente paso del plan. Con meticulosidad, prepararon todo lo necesario para mantener a Carlos cautivo mientras esperaban el momento adecuado.

Instalaron medidas de seguridad para evitar que Carlos escapara y se aseguraron que estuviera cómodo pero completamente inmovilizado.

Además, se encargaron de mantenerlo sedado para evitar que despertara y pudiera oponer resistencia. Ya con Carlos en sus manos Laura le pagó al cómplice y la otra persona se fue prometiendo no decir nada.

Mientras tanto, Laura continuó con la fachada de su vida cotidiana, asegurándose de no levantar sospechas sobre su participación en la desaparición de Carlos. Actuó con normalidad, ocultando sus verdaderas intenciones detrás de una máscara de inocencia.

Con cada día que pasaba, la tensión aumentaba mientras esperaban el momento perfecto para mostrarse ante Carlos y así revelarle que ella lo había secuestrado para que pudieran estar juntos sin que nadie los separe ni siquiera la ley.

Sabía que debía actuar con precisión y rapidez antes de que sus acciones fueran descubiertas. La paciencia se convirtió en su aliada mientras planeaban el desenlace mortal que cambiaría sus vidas para siempre.

A medida que pasaban los días, Laura mantenía a Carlos bajo estricta vigilancia, asegurándose de que no hubiera oportunidad de escape.

Reforzó las medidas de seguridad, mientras tanto Laura continuaba alimentando su locura con la idea de estar con Carlos para siempre.

Mientras tanto en el lugar donde se encontraba Carlos, él se despertó, cada momento que pasaba en su cautiverio para él se convertía en un recordatorio tangible de todo lo que había perdido.

Despertar en un lugar desconocido, con las manos atadas y la mente confusa, le recordaba brutalmente la traición de alguien en quien había confiado.

A medida que la neblina del cloroformo se desvanecía de su mente, la realidad de su situación se imponía con fuerza. Sentía el frío del suelo bajo su cuerpo y percibía el olor a humedad y moho que impregnaba el lugar.

Cada respiración se volvía un recordatorio de su vulnerabilidad y de la incertidumbre que lo rodeaba.

Las horas se convirtieron en días, y los días en semanas, mientras Carlos luchaba por mantener la cordura en medio de la oscuridad de su encierro. Cada segundo era una batalla contra el miedo y la desesperación, mientras se aferraba a la esperanza de ser liberado algún día.

Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, esa esperanza comenzaba a desvanecerse, sustituida por la resignación y la aceptación de su destino. Las preguntas sin respuesta y los temores se apoderaban de su mente, alimentando su sensación de impotencia y desamparo.

A pesar de todo, Carlos se aferraba a un hilo de esperanza, una pequeña luz en la oscuridad que lo mantenía en pie. Sabía que debía encontrar una manera de sobrevivir, de resistir a su captor y encontrar una salida de aquel laberinto de angustia y dolor en el que se encontraba atrapado.

Laura también comenzaba a experimentar sentimientos encontrados. A medida que pasaba el tiempo surgían recuerdos de su pasado juntos, momentos de amistad y complicidad que ahora se veían empañados por el dolor y la desesperación por parte de Laura.

Mientras tanto, el mundo exterior continuaba girando ajeno a la tragedia que se desarrollaba en secreto, solo los familiares de Carlos pusieron una denuncia de desaparecidos.

En cuanto a Laura ella se movía en las sombras, ocultando sus acciones detrás de una fachada de normalidad

A medida que la fecha del desenlace mortal se aproximaba, Laura se encontraba cada vez más dividida entre su deseo de estar con Carlos y su conciencia que comenzaba a despertar a ratos. Los recuerdos de su amistad con Carlos y las dudas sobre sus acciones la atormentaban, sembrando la semilla de la duda en su mente, pero las voces en su cabeza le decían que si ahora daba marcha atrás nunca más estaría con Carlos y otra persona ocuparía su lugar, en medio de esta tormenta emocional, Laura buscaba desesperadamente una salida.

Mientras tanto, en la oscuridad de su cautiverio, Carlos esperaba su destino con resignación y un atisbo de esperanza. A pesar del dolor y la confusión, aún conservaba la fe en que la policía lo encontraría.

El reloj seguía avanzando inexorablemente hacia el momento decisivo, mientras Laura llegó al lugar donde mantenía a Carlos cautivo, con el corazón latiendo con fuerza y la mente llena de dudas y temores. Al entrar en la habitación donde lo tenía retenido, se encontró con una escena inesperada: Carlos estaba desatado y luchando por escapar.

El pánico la invadió al verlo libre y determinado a huir de su alcance. Antes de que pudiera reaccionar, Carlos la vio, con un impulso de desesperación la empujó y salió corriendo, dejándola atrás en medio de la oscuridad.

Laura, sintiendo una mezcla de dolor y desesperación, lo persiguió, llamándolo en vano mientras intentaba alcanzarlo. Sin embargo, Carlos no le hizo caso, consumido por el miedo y la desconfianza hacia la persona que alguna vez consideró su amiga.

A pesar de sus intentos por detenerlo y explicarle, Carlos no escuchaba sus palabras. Para él, Laura representaba una amenaza, alguien a quien temer y de quien huir a toda costa.

Mientras corría tras él, Laura se enfrentaba a la cruda realidad de su situación: había perdido a Carlos para siempre, ahora él la veía como su captora y enemiga.

Pero a pesar de todo eso, la reacción de Carlos desencadenó una oleada de emociones en Laura, se sintió rechazada, humillada, y una ola de ira con desesperación se apoderó de ella.

Sin pensar claramente, sacó un arma que llevaba consigo y apuntó a Carlos, incapaz de aceptar que su amor por él había llegado a su fin.

— ¡Carlos, por favor, detente! — grito Laura, mientras seguía apuntando con el arma.

—¡Déjame en paz, Laura! No puedo confiar en ti después de lo que has hecho — dijo Carlos mientras se detenía y se daba la vuelta para mirar a Laura, entonces vió lo que Laura tenía en la mano, se asustó aún más e intentó huir de nuevo.

— ¡No entiendes! Te estoy diciendo la verdad, no quería lastimarte — dijo Laura desesperada

—Ya no me importa lo que digas. Tú me secuestraste, ¿cómo puedo creer en ti ahora?

—Lo siento, Carlos. Lo siento mucho. Pero no puedo dejarte ir.

—¡No me importa! Prefiero morir

—No... no digas eso. Por favor, yo te amo

—Adiós, Laura

Carlos se alejó, dejando a Laura con el arma temblando en su mano y lágrimas en los ojos, pero antes de que Laura pudiera decir o hacer algo más, el sonido de un disparo rompió el aire, y el destino de ambos quedó sellado para siempre.

Después del disparo, el caos se apoderó de la escena. Había personas que estaban pasando por ahí, horrorizados gritaban y corrían en todas direcciones buscando refugio, mientras gritaban que llamarán a la policía.

Momentos después la policía y ambulancia llegaron rápidamente al lugar y aseguraron la zona, mientras los paramédicos trataban de salvar la vida de Carlos.

En medio de la confusión, Laura quedó paralizada por lo que había hecho. El arma cayó de sus manos temblorosas mientras miraba el cuerpo herido de Carlos con incredulidad y remordimiento. Por un momento, el tiempo parecía detenerse mientras se enfrentaba a las consecuencias devastadoras de sus acciones, se agarró de la cabeza y mientras se estiraba del cabello empezó a gritar.

Carlos fue llevado de urgencia al hospital, donde los médicos lucharon por salvarlo, pero sus heridas resultan ser demasiado graves y fallece poco después de llegar. Su muerte sacudió a sus seres queridos y a la comunidad en general, dejando un vacío devastador en sus vidas y generando preguntas sobre cómo podría haberse evitado esta tragedia.

Mientras tanto, Laura que fue arrestada en el lugar, la llevaron a la comisaría para ser interrogada. Se sentía abrumada por la culpa y el horror de lo que había hecho.

Laura enfrentaba cargos graves por intento de asesinato. Se encontraba atrapada en un torbellino de emociones mientras esperaba el resultado del juicio, consciente de que su vida nunca volvería a ser la misma después de lo que había hecho. Aún no se había enterado de que Carlos había fallecido.

Mientras tanto, en la comunidad, el incidente dejó una profunda impresión en todos los que lo presenciaron. La tragedia sirvió como un recordatorio sombrío de los peligros del acoso y la obsesión desmedida, y dejó a muchos reflexionando sobre cómo prevenir futuras tragedias similares.

Días después estando en la cárcel le dijeron a Laura lo que le pasó a Carlos, al recibir la noticia de su muerte, Laura sintió como si el suelo se desvaneciera bajo sus pies.

Un torrente de emociones la invadió: culpa abrumadora por creer que su obsesión pudo haber contribuido al trágico desenlace, una angustia paralizante al imaginar los momentos finales de Carlos y una sensación abrumadora de pérdida que la dejó sin aliento.

Los recuerdos se agolpaban en su mente, reproducía cada interacción, cada palabra, cada gesto.Los días siguientes fueron un torbellino de emociones descontroladas, los flashbacks del evento la atormentaban día y noche, interrumpiendo su sueño con pesadillas vívidas.

La ansiedad se apoderaba de ella cada vez que se encontraba en una situación que le recordaba a Carlos, y comenzó a evitar cualquier cosa que pudiera evocar esos recuerdos dolorosos.

La muerte de Carlos no solo le arrebató su objeto de obsesión, sino también una parte fundamental de su identidad. ¿Quién era ella sin Carlos? ¿Qué significaba su vida ahora que él ya no estaba? Estas preguntas la atormentaban constantemente, sumiéndose en una profunda confusión y desesperación.

Con el tiempo, su comportamiento se volvió cada vez más autodestructivo. Se autolesionaba como una forma de castigarse por lo sucedido, tratando de aliviar el dolor emocional con el físico. El juez tomó la decisión de internarla en un hospital psiquiátrico, por el bienestar de ella y los demás presos.

“ Fin del Flashback ”

1
Edith Rocha
buena novela aunque bastante repetitiva en cuanto al relato
Beatriz Valiente
Excelente
Beatriz Valiente
pobre chica que locura su obsesión
Hualian
👏
Analia Vázquez
Me encantó!!❤️😘 pobre Laura 😔
kozumei
No puedo con solo esto 😍
cutesylvie160
Me mantuvo enganchada XD
Ankhe: Me alegro mucho que te haya enganchado, por si quieres seguir leyendo en unas horas público el siguiente capítulo
total 1 replies
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