¿Cómo inició? como para terminar de este modo. Frente al Archiduque Maximilian yacía la mujer que creyó muerta.
Aquella dama que todo el mundo creyó muerta. Pero ante la conmoción de todos en aquel banquete Imperial, la voz del principe heredero que no ocultaba su molestia frente a la situación resonó en todo el salón.
«¡¿Cómo te atreves?!»
Él era un hombre que estuvo en la guerra desde hace 15 años, pero lo que los sorprendía no era la cara del principe heredero lleno de un aura asesina, sino el niño pequeño que traía en sus brazos, uno que tenía su mismo cabello blanco.
Y para Maximilian la cara de la dama no era lo que él conocía.
Ella no podía ser Jadella, ella no podría ser su difunta esposa, ella no podía serlo, por qué la Jadella que él conocía... jamás lo miraría con tanto desprecio.
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EL INICIO DEL DOLOR
Jadella sintió dolor en su muñeca derecha mientras más era arrastrada por su esposo a la habitación que ambos compartían. Al principio lo soportó, pero frente a la puerta se cansó y por primera vez gritó:
«¡Me lástimas!»
«¡!»
Maximilian la soltó enseguida y volteó a verla.
«l-lo siento»
Jadella se sentía triste, ¿Cuál era su problema?, jamás la había agarrado de esa manera, al verse sola, como en un intento de apoyo apretó más fuerte su regalo, destrozando más el pastel de arándanos.
Tan triste por este comportamiento que lágrimas empezaban a formarse mientras le preguntaba:
«¿Qué te pasa?»
Verla de ese modo hirió su corazón, no quería verla así, esto era lo que más trataba de evitar. Trató de tomar su mano está vez con más delicadeza, pero Jadella se alejó mostrando la marca roja que había en su muñeca.
«yo..., lo siento, en verdad, lo que menos quiero hacer es lastimarte»
Jadella evitó su mirada y él se desesperó mucho más.
«estaba preocupado, simplemente desapareciste y no sabía por dónde empezar a buscarte»
«¡!» [¿Preocupado?]
Para Jadella esto era exagerado, no es como si tuviera enemigos mortales, al menos no que ella supiera. Apreciaba profundamente que el amor de su vida estuviera dispuesto a hacer este tipo de cosas por ella, sin embargo, esto era demasiado.
«¿De qué estabas preocupado?, ¿Acaso enviaron asesinos para mi?»
«...no...» [pero podrían]
Jadella no lo entendía, no podía comprender aquella expresión en el rostro de su esposo. Por primera vez sentía que no lo conocía del todo, como si conociera a una nueva persona. Le dolía en cierta manera.
Abrió la puerta de su habitación.
«estoy cansada, voy a descansar»
«espera Jadella-»
«señor»
Maximilian fue interrumpido por uno de sus caballeros que susurro a su oído para informar, a pesar de eso Jadella escuchó el principio "esa mujer está...".
Cuando el caballero terminó de susurrar al oído del Archiduque, los esposos se miraron por un par de segundos que parecieron ser el primer momento en el que se sintieron tan lejanos. Ajenos.
Jadella estaba esperando que haría su amado esposo, entrar con ella o dar la vuelta por aquella extraña que aún no podía ver cara a cara.
Fue su momento más tenso cuando su marido abrió la boca para expulsar su respuesta...
«lo siento Jadella, ocurrió un asunto urgente»
Algo no se sintió bien para ella, era un nuevo sentimiento, ¿Decepción?, lo más probable era eso, una terrible decepción hacia su esposo. Ella quería hablar pacíficamente sobre este tema, pero el momento fue arruinado.
«enviaré al médico en un momento para que te revise-»
«no hace falta, no quiero molestar al Archiduque Reiban con mis asuntos triviales»
«pero-»
«estoy cansada, iré a prepararme para dormir. Buenas noches»
Jadella cerró la puerta con frialdad haciendo oscurecer el semblante de Maximilian, se sentía también muy dolido.
«mi señor, la señorita Aisha de verdad solicita de su presencia»
«tsk» [maldición]
***
Jadella cayó al suelo de su puerta con tristeza.
«...esto no está yendo bien»
Escondió su rostro.
«nada bien»
Al aplastar por completo el pastel se acordó de el y lo abrió asustada.
«oh no»
Sacó el totalmente deformado pastel y la colocó sobre una mesa, viendo como sus manos nerviosas lo habían vuelto así. De todas formas agarró un pequeño pedazo y lo saboreó.
«...sigue siendo dulce, pero también es agrio»
La ansiedad se apoderó de ella y de poco a poco fue cada vez más rápida al tragar el pastel hasta comerlo sola, reconociendo lo dulce y lo agrio.
Su vestido terminó sucio y sin ya fuerzas se tumbó en su cama y durmió para ya no pensar en sus conflictos.
***
Al día siguiente, Jadella despertó y no le prestó atención al hecho que su cara y ropa estaban limpias a diferencia de anoche.
Sólo notó como su esposo no había amanecido a su lado. Estaba sola.
Con un desánimo como nunca lo tuvo salió y caminó por el pasillo llegando a pararse delante del cuadro de su boda.
Tocó el lienzo notando que los colores vivos habían perdido un poco de su brillo inicial.
«¿Huh?,... ¿Siempre tuvo ese color?»
Era una pregunta tal vez innecesaria con respecto a un cuadro, pero ella lo sentía diferente aunque no tuviera pruebas de su suposición.
«¿Cuánto tiempo pasó?» [¿Cuánto llevamos casados?]
Por alguna razón se sintió pesado en sus hombros. Ellos llevaban cinco meses casados, menos dos meses teniendo en cuenta que Maximilian se había ido de viaje luego de la noche de bodas.
Ella fue paciente, fue tolerante. Lo esperó y no lo presionó para que le dijera lo que hizo en ese viaje que hasta el día de hoy no sabía a dónde se fue o que hizo exactamente.
Hace poco descubrió que había una mujer pelirroja escondida en su propia mansión, no podía entenderlo, cuando lo supo tampoco armó algún escándalo, estaba esperando a que su esposo le dijera.
Sin embargo no recibió nada de él, quería hablarlo, pero ahora tampoco lo veía. Sólo entonces Yair apareció en aquel pasillo con una bandeja de comida.
«mi señora, ¿Está bien?, ¿Por qué salió con pijama?»
Jadella suspiró para calmarse al ver el cuadro la sonrisa de ambos, se dió ánimos ignorando a un preocupado Yair.
[No, no, ayer no pudimos hablar por lo caótico que fue, hoy definitivamente podremos tener todo claro]
Con esperanzas, está vez miró fijamente a Yair.
«¿Donde esta mi esposo?, creo que debo disculparme por no decirle nada ayer»
Yair agachó la mirada un segundo y con nerviosismo que trataba de ocultar con buen humor contestó a la Archiduquesa.
«lo que sucede mi señora..., verá, el Archiduque tuvo un asunto urgente y se marchó en la noche»
«¿Huh?»
«pero no debe preocuparse, el señor volverá tan pronto pueda, se lo aseguro»
«¿Tan... pronto... pueda?, ¿Quieres decir que no dijo cuanto tardaría?»
«d-debido a la delicada situación me temo que si»
«ya veo, ¿Y cuál es esa "delicada situación" que hace que el Archiduque no se despida de su esposa»
Yair notó algo de hostilidad en las palabras de su señora, pero eso jamás había ocurrido, tal vez escuchó mal.
«no se me informó de ello mi señora»
«¿Así?» [... así que estar cubriendo a Maximilian]
«si, sólo se me ordenó cuidarla»
«ya veo» [¿Vas a cuidarme o vigilarme?]
«entonces dile a Cristal que venga a mi habitación»
«...creo... creo que eso no será posible mi señora»
«¿Huh?»
«el Archiduque, a despedido a la señorita Cristal por poner en peligro su vida»
En estos momentos Jadella no sólo estaba triste, ahora estaba enojada. Mientras más hablaba con Yair, más solitaria se volvía su existencia.
«¿Como que la despidió?, ¿No sólo era un castigo de no paga?»
«el señor considera que esto podría volver a ocurrir, sólo quiere protegerla»
«¿Protegerme?, ¿Protegerme de que?, casi siento que me está pidiendo estar encerrada en esta mansión»
«...eso... sería muy bueno señora, que se quedara en su habitación por el momento»
Jadella sentía impotencia por primera vez en su vida.
«Yair, es una orden de la Archiduquesa, alista el carruaje iré a ver a mi madre al Ducado Horteira»
«...eso, no es posible, el señor prohibió que vaya al Ducado»
«¿Qué?, ¿Siquiera puedo ir a hablar con mis amigas?»
«...el señor-»
«¿También lo prohibió?»
«...»
«¿De verdad?»
«lo siento»
«¿Qué cosas y no, se me permite hacer?»
«Es preferible que no salga de la mansión»
Jadella no podía comprenderlo, no entendía a su esposo, tantos años juntos, creciendo y sabiendo uno del otro con cada día.
Jamás hubiera esperado esto, quería preguntarle a Yair sobre aquella mujer, quería exigirle que le dijera todo, pero tenía miedo de saber.
Quizás su esposo tenía una amante, se creía incapaz de aceptar aquella respuesta si es que se la daban. Después de todo, siempre habían sido dichosos por su matrimonio y su vida juntos.
¿Cómo llegó a esto?, ¿Por qué Maximilian la estaba encerrando en su propia mansión negandole cualquier contacto humano?
¿De que servía ser la esposa perfecta si iba a ser tratada de esta manera?
Este resultado, este final feliz, no lo quería para nada.
Sigue adelante 💪