El Padre De Mi Esposo

Julieta...

Un problema, me he metido en un gran problema.

Como se me ocurre darle una oportunidad a Benjamín, cuando aún estoy casada.

Y lo peor que el no lo sabe.

Cuando se entere, no se como me ira, de seguro me odiara por engañarlo.

Yo solo ruego que no sea conocido de mi "esposo" y que no se me junte el ganado porque ahí si me da un infarto.

Después de un día muy intenso en el local, ya que estábamos trabajando en un nuevo perfume regrese a casa

Normalmente, llegaba a las caballerizas, dejaba a mi caballo y de ahí entraba por la cocina.

Y hoy no fue la excepción a diferencia que el mayordomo me informó que el padre de mi esposo se encontraba en casa y deseaba conocerme.

Le dije que estaba bien pero después que, estaba cansada, horas después me aviso que me espera en el comedor para cenar y acepté.

En la historia el padre de Dionisio fue bueno con Julieta y siempre la trato con mucho cariño y le dio protección.

Así que no veía problemas en reunirme con él.

Me puse un vestido cómodo, nada exagerado y sin joyas. Pues tampoco es que tenga muchas.

Así me dirigí al comedor, por alguna razón sentía que no debía entrar, que era un error.

Pero me animé y el mayordomo ya esperaba en la entrada al comedor.

En la cabecera de la mesa se encontraba un hombre muy bien arreglado, leyendo unos documentos, los cuales cubrían su rostro.

La verdad es que yo lo recordaba como el vizconde Silva, así lo nombran en la novela y por alguna razón nunca dijeron su nombre.

El mayordomo me anunció y al bajar el documento pude ver su rostro.

Palidecí, no podía creer que el hombre con el cual había pasado una magnífica noche era precisamente mi suegro.

No podía articular palabras, sentía mis piernas flaquear, sentía desmayarme.

Es un hombre extremadamente guapo, las veces que lo había visto estaba vestido más informal, ahora está más...(sexy, varonil, me encanta)

Apenas pude hacer una pequeña reverencia y hacer de cuenta que no lo conocía.

Todos los empleados nos quedaron viendo, se sentía pesado el ambiente, debía disimular lo más que podía, rogaba terminará pronto esta tortura.

Logre sentarme a su lado en silencio, tenía miedo que me delatara y quedara como una mujer fácil.

Sin embargo, el cómo un caballero se controló e intentó tener una conversación normal.

- Mi lady es un gusto conocer a la "esposa de mi hijo"- dijo irónicamente.

- el gusto es mío, mi lord- respondí tímida.

- lady Julieta, cuál es su apellido, de qué familia viene-empezó el interrogatorio.

- mi familia son los barones de Clint. Mi apellido es Hall.

- Valla, no sabía que ellos tenían una hija de su edad.

- ellos no querían que me mostrará mucho en público.

- ya veo, es hermosa y sin duda llamaría la "atención de muchos jóvenes" -apretando las manos en un puño.

- No, ese no era el problema la verdad ellos no toleraban mi presencia.

- me está diciendo que ellos no la querían-algo asombrado.

- así es, mi padre al casarse con su nueva esposa, olvidó por completo que yo era su hija y merecía amor y protección.

-lamento lo que pasó, imagino que casarse ha sido muy bueno para usted-mientras hacía gestos de disgusto.

- así es, ahora estoy haciendo un negocio con mi mensualidad como esposa de su hijo. Me gusta ganarme mi propio dinero y no depender de nadie-se fuerte me decía a mi misma.

- es bueno que piense así, muchas mujeres estarían felices de gastar el dinero de sus maridos sin hacer nada a cambio.

- pues yo no soy así, si yo tuviera mi propio dinero no hubiera usado ni un centavo de la mensualidad que recibo aquí.

El mayordomo pudo ver que el ambiente en el comedor era tenso desde el principio, por eso no se marchó.

Decidió intervenir un poco, para evitar un enfrentamiento entre ellos, se veía que no se cayeron bien

Por el contrario, la molestia del vizconde era por descubrir que su amor, la mujer que tanto interés le genera, es la esposa de su hijo.

Mientras que la molestia de Julieta es el miedo que tiene de que este la deje al descubierto y le corten su cabeza por infiel.

La cena terminó en poco tiempo, pero que les pareció una eternidad y Julieta prácticamente huyó del comedor a su cuarto.

Se encerró en él, tenía miedo y era lógico, ese hombre le gustaba demasiado y temía que este la odiara por mentirle.

Benjamín, por otro lado, no entendía de dónde sacó tanta paciencia para no tomarla en sus brazos y darle unas nalgadas por mentirle.

Este fue a su habitación, y dio varias vueltas en ella, esperando que las horas pasen y así ir a buscar a su escurridiza "nuera".

Las horas pasaban lento para Julieta, sabía que en cualquier momento tocarían su puerta y no podría evitar una charla entre ella y Benjamín.

Julieta estaba tan concentrada en la puerta que no se fijó que entraron por su ventana.

Benjamín, la abrazo por la espalda y tapo su boca para que no grite mientras le decía al oído.

- usted y yo tenemos una conversación pendiente, no es así Valeria o debo decir Julieta.

Julieta palideció nuevamente, no tenía escapatoria y luego cuando la tomó así, alboroto su cuerpo en deseo.

Benjamín la giro y retiro su mano, ahora te daré una oportunidad para explicarme todo, si me doy cuenta que mientes una vez más, todos nos iremos al infierno.

Julieta asiento, haciendo señas para que se siente.

- lo siento mucho, no quería mentirte, pero entiende mi situación.

- te estoy escuchando quiero toda la verdad.

- el día de mi boda, fue el fin de mi pesadilla en la casa de mi familia, me tenían encerrada en un pequeño cuarto y me golpeaban constantemente.

Para ellos no era más que un estorbo. Querían casarme pero a cambio recibir algo a cambio.

Como mi padre estaba casi en ruinas, nadie quería aceptar un matrimonio con una mujer que no le ayude a aumentar sus negocios.