Después de que el Rey Evans se llevara a la fuerza a Liliam, la vida de su hermana Sandra cambió bruscamente, su padre le ha dejado a cargo de las obligaciones de la hacienda, su vida deja de tener sentido para ella, pero comienza a tener un poco de luz cuando el General Itans llega a la hacienda para cumplir con la misión que el encomendó el rey, pero sin esperar lo que le tenía deparado el destino. Segundo libro de Corazón de Piedra.
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PRETENDIENTE DEVUELTA
...SANDRA:...
El General Itans no respondió a mi abrazo, se mantuvo quieto y con los brazos a los lados así que me aparté después de ocho segundos de incomodidad, su cuerpo estaba firme como la roca y cálido a pesar de la ropa mojada. Me alejé y lo observé, mi rostro se calentó ante esa mirada, aunque no mostró nada en ella.
— Eso fue por salvarme la vida — Dije para aligerar la situación y sonrió débilmente, ese hoyuelo de nuevo apreció en su mejilla, no pinté ese hoyuelo en el retrato porque hice a un general serio, el general que era la mayoría del tiempo.
El cabello mojado le caía sobre la frente, la camisa mojada se le pegó a la piel y no pude evitar notar los músculos que se marcaban abajo, tenía los pectorales marcados al igual que el abdomen y ni contar los brazos trabajados.
— A su servicio Señorita Sandra — Dijo y empecé a caminar por el bosque, me siguió en silencio, tuvo que estar cerca para escucharme pedir auxilio, estábamos lejos de la hacienda, cualquier grito sería devorado por el sonido de la cascada y por el bosque, evité pensar en la idea de que me hubiese seguido para observarme nadar, no, él se había mostrado muy respetuoso cuando me encontré desnuda ante su merced, evitó en todo momento observarme, me sentí avergonzada de nuevo al pensar en eso.
Tuvo que ver todo mi cuerpo cuando estaba inconsciente, era inevitable, yo estaba desnuda. Por primera vez un hombre me había visto desnuda ¿ Qué pensaría de mi cuerpo? ¿ Le habrá gustado? Esas preguntas indebidas se colaron en mis pensamientos y los descarté rápidamente, nada, no pensó en nada, estaba en una situación de vida o muerte, obviamente no se iba fijar en mi cuerpo, eso no era lo importante.
Recordé cuando abrí mis ojos, expulsando el agua de mis pulmones, me encontré con el General Itans observando mi rostro con alivio, me había salvado y siempre estaría en deuda con él.
— ¿ Cómo hizo para traerme a la consciencia? — Pregunté curiosa cuando llegamos al muro, nos detuvimos por un momento, él apoyó sus manos de la piedra y me observó seriamente.
— Le dí respiración boca a boca.
— ¿ Respiración boca a boca? — Repetí tensa y asintió con la cabeza, saltó hacia el otro lado con gran agilidad.
Boca a boca, o sea que su boca estaba en la mía y yo inconsciente.
Me sonrojé de nuevo, el General Itans me tendió su mano, ignorando mi nerviosismo, la tomé, cubría la mía completamente. Me subí al muro y salté, me soltó la mano rápidamente.
— Es lo que se debe hacer cuando una persona se ahoga con agua — Dijo, tratando de explicar que era un método para salvar vidas.
— Entiendo.
Seguimos caminando por los sembradíos, él tomó la delantera y no pude evitar llevarme los dedos a los labios, intentando imaginar como debió ser sentir la boca del general en la mía. Santo cielo¿ Qué me ocurría con ese hombre? No era un juego, lo hizo para salvarme y yo pensando indebidamente.
Llegamos a la casa, el General Itans se detuvo frente a su cuarto.
— Voy a cambiarme Señorita Sandra, nos vemos en la cena.
Asentí con la cabeza — Está bien, muchas gracias por lo que hizo... No olvide ir a la casa a almorzar.
Sonrió de nuevo y abrió la puerta.
Caminé hacia la casa y llegué al patio pero me detuve en seco, había un hombre afuera, tomaba a su cabello de las riendas mientras esperaba de pie en el patio. Seguramente tenía rato llamando a la puerta pero sabiendo que Clara era la única que estaba adentro ella jamás abriría.
Me acerqué con precaución pero me sorprendí cuando pude distinguir su rostro, me observó con sorpresa también.
— Derek — Dije y sonrió.
Llevaba una chaqueta negra con pantalones grises, camisa blanca y chaleco negro también, su cabello estaba recogido con una coleta pero su rostro era el mismo, moreno de ojos grises y sin barba, un chico de mi edad. Derek fue el único pretendiente con el que quería tener algo serio en el pasado pero desapareció después de que quedáramos en la miseria, fué el único al que le permití tomar mi mano y abrazarme en ocasiones.
Era muy querido por mi padre.
— Sandra, hacía tanto tiempo que no te veía, desde hace más de un año — Se acercó a la sombra después de amarrar el caballo a una de las columnas.
— ¿ Qué haces aquí? — Pregunté mientras me cruzaba de brazos — Mi padre no está en casa, es inapropiado que estés aquí sin su consentimiento.
— Vine a visitarte, me encontré con tu padre cuando venía de camino para acá y me dijo que estabas aquí, me dió su permiso de darte una visita — Dijo mientras me observaba detenidamente, le dió una mirada a mi cabello mojado — Estás mojada.
— Estaba nadando — Corté, tratando de comprender su aparición — ¿ Qué pasó contigo todo éste tiempo? ¿ Por qué vienes aquí tan repentinamente?
Se tensó y me observó apenado.
— Lo siento Sandra pero cuando se conoció de la situación de tu familia, mis padres me prohibieron acercarme a ti, ellos ya no querían que yo te pretendiera, decían que tú familia no era digna, que tú mal prestigio nos afectaría, no sabes cuánto lo siento — Intentó acercarse pero retrocedí.
— Si te interesara no te fuera importado lo que dijeran, la pasé muy mal en ese tiempo, te necesité y no estabas — Le dí una mirada de indignación.
— Lo sé, lo siento tanto Sandra pero me amenazaron con sacarme de la herencia y correrme de la casa si seguía frecuentando la tuya, sabes que mi familia no es como la tuya, son muy tradicionales y quieren que la mujer con quién me case sea de buena familia y costumbres.
— ¿ Entonces por qué te dejaron volver? — Pregunté indignada.
— Porque escucharon los rumores, rumores que al parecer son ciertos — Observó las tierras a su alrededor sorprendido — La noticia de que tú hermana mayor se comprometió con el Rey Evans llegaron a sus oídos, eso fue suficiente para que mis padres aceptaran que volviera a pretenderte.
Me tomó la mano y depositó un beso en mi dorso, me zafe.
— Tu familia es una interesada, ya no quiero ser parte de eso.
— Sandra, por favor dame una oportunidad... Se que mis padres son unos interesados pero yo no, mi único interés es estar a tu lado y lo sabes, no sabes cuánto te extrañé — Suplicó con mirada dolida, no sabía que decir, mis sentimientos habían cambiado.
El General Itans vino a mis pensamientos, ese hombre no tenía ningún interés en mí y Derek, en el pasado fue muy bueno aunque su abandono había hecho que lo descartara de mi Interés pero ahora había vuelto.
— Debes demostrarme que tú interés por mí es genuino y que no es porque Liliam sea la prometida del rey — Dije y asintió con la cabeza.
— Te demostraré que sí soy digno.
— Debo preparar el almuerzo.
Sonrió aliviado — ¿ Me dejas pasar ?
— Está bien.
Yo jamás pinté a Derek que si se interesaba en mí, en cambio conocí al General Itans y lo pinté al instante sin ser nada para él.
Entramos en la casa y Derek me siguió hasta la cocina. Clara estaba allí, al ver que entraba con él, no preguntó por mi cabello mojado si no que dirigió una mirada fulminante a mi pretendiente.
— ¿ Qué hace éste sujeto aquí?
Derek se sobresaltó ante la ofensa, me interpuse entre Clara y él.
— Ha venido a visitarme — Dije y frunció el ceño.
— Desapareció y ahora vuelve ¿ Con qué intenciones ?
— Sigo interesado en tu hermana, la voy a conquistar de nuevo — Dijo Derek y Clara soltó una carcajada irónica.
— ¿ Y los demás meses anteriores ? Ella te necesitó y tú huiste como cobarde, eres un poco hombre — Lo señaló, Derek palideció, le tenía miedo a Clara.
— Lo sé, no fue al propósito, mis padres me prohibieron acercarme a ella — Trató de explicar y Clara resopló.
— Un hombre que deja que sus padre decidan por él no es un hombre, así que lárgate de aquí, no tienes pantalones — Clara señaló el pasillo en demanda.
— No me iré, tu hermana me aceptó de vuelta — Derek enseñó sus palmas.
Clara me dió una mirada voraz y luego me tomó del brazo, me alejó lo suficiente para que Derek no escuchara.
— A caso estás loca — Susurró — ¿ Por qué aceptaste a éste cobarde?
— Sabes que Derek es el único que pretendiente que me queda y le daré la oportunidad, su familia a aceptado que me corteje así que eso es suficiente para mí — Susurré de vuelta, negó con la cabeza con rostro de paciencia agotada.
— Seguramente lo dejaron volver porque saben nuestra familia está entrelazada con la realeza, es puro interés.
— Lo sé pero Derek no es así.
— Te dió la espalda — Puso los ojos en blanco.
— Quiere remediarlo.
— Eso es suficiente para que no lo aceptes de vueltas — Gruñó, apretando los dientes.
— Dijiste que debo buscar a un hombre que me saque de aquí y Derek es de buena familia...
— Ni se te ocurra marcharte con ese sujeto... Yo me refería al General Itans, acepto que es mucho más hombre que él — Lo señaló de nuevo sin importarle hacerle saber que estábamos hablando de él.
Derek estaba inmóvil, lo observé y luego le dí una mirada firme a Clara.
— El General Itans no está interesado en mí, esa es la gran diferencia, yo jamás en mi vida voy a forzar interés en un hombre al que no le gusto.
Soltó una larga respiración — Está bien hermana, pero te lo advertí, los padres de Derek no son personas de valores, te aceptaron por interés no porque le pareciste agradable de la noche a la mañana, siempre criticaron nuestras costumbres.
— Lo sé pero no hay más opciones.
Clara se alejó — Me voy, hice el almuerzo porque tenía hambre, desapareciste y no aguanté — Señaló las ollas y luego observó mi cabello — Espero que no te hayas ido a la cascada con ésta gallina.
Otra mirada a Derek y salió de la cocina.
Derek soltó una larga respiración.
— Tú hermana siempre ha sido una pesada pero ahora más, me odia por lo que hice — Dijo mientras se acercaba.
— Descuida, ya se le pasará ¿ Quieres almorzar ? — Pregunté y asintió con la cabeza.
Serví tres platos, me dirigí al comedor y coloqué los tres en la mesa. Hice pasar a Derek y se sentó pero observó el tercer plato frente a él.
— ¿ Tú hermana ya almorzó? No creo que le agrade compartir la mesa conmigo.
— No es para ella — Dije y me senté.
La puerta se afuera sonó y el General Itans entró en el comedor. Derek lo observó extrañado cuando se dirigió a su lugar y se sentó.
— Con permiso — Dijo él.
El General Itans notó a Derek después de sentarse.
— ¿ Quién es usted? — Preguntó Derek con mirada seria, apenas estaba llegando y ya estaba marcando territorio.
— Soy Itans Dely — Dijo él mientras se encogía de hombros.
— ¿ Es un amigo de las Cuper ?
— No... Él es el General del ejército real — Intervine, Derek se mostró tan sorprendido — Es socio de mi padre — Mentí y alzó las cejas.
— Guao, me da mucho gusto conocerlo — Dijo Derek mientras hacía una pequeña reverencia.
— Igualmente ¿ Con quién tengo el gusto de tratar ? — Preguntó el General Itans.
— General Itans, él es mi pretendiente — Me adelanté, sus hombros se tensaron, me dió una corta mirada antes de volver sus ojos hacia Derek.
— Soy Derek Stain... Futuro prometido de Sandra — Me tomó la mano aprovechando que la tenía sobre la mesa y me tensé, los ojos del general se fijaron en mi mano.
— Felicidades a los dos — El General Itans inclinó su cabeza en un gesto cortés, su expresión era extrañamente desconcertada.
— Gracias — Dijo Derek pero me aparté de su agarre.
Había mentido, apenas y le estaba dando una oportunidad de cortejarme.
El General Itans se enfrascó en su comida y luego se retiró de la mesa después de comer con su plato en la mano.
— Con su permiso, un gusto conocerlo Señor Derek, que pasen una felíz tarde — Dijo y Derek asintió.
El General Itans se marchó sin ni siquiera darme una mirada y me sentí extraña al respecto.