Violeta, una famosa diseñadora, lo tenía todo... Incluyendo una mala reputación. Santiago, era todo lo contrario.
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# 6
SANTIAGO
Desde que entró al bar, no he podido quitarle los ojos de encima, cuando Gerardo intento acercarse, lo detuve diciendo.
- Ella es Violeta Cáceres, no te acerques-
- ¿Ella es la persona por la que están tan tenso? No te voy a culpar, hermano, está bellísima.- dijo lanzando un silbido. -¿ Por que no vas y hablas con ella?-
- Si no quiso escuchar en su oficina que te hace pensar que lo hará ahora en su tiempo mi libre.-
No podía acercarme así sin más y menos por qué llegó a una mesa en donde un tipo, la acaparó durante un buen rato.
Cuando ella se levantó al baño, Gerardo dijo. - acércate Ahora, tal vez en unas circunstancias diferentes, ella te escuche.-
Me le quede viendo a mi amigo, a veces podía tener buenas ideas.
- Me sorprendes algunas veces- le dije burlón y me levanté a esperar en la barra esperando que ella saliera del baño.
Estaba tomando un trago,cuando la vi salir, pero el tipo con el que estaba en la mesa la abordo inmediatamente, me levanté de la barra para volver a mi mesa, cuando escuché un golpe, volteé y resulta que ella había golpeado al tipo, comencé a caminar hacia ellos justo cuando el la tomaba del brazo con fuerza e intentaba llevársela.
Podía ser una mujer de reputación dudosa, pero si ella decía no, era no.
Cuando el hombre se fue, bastante molesto, por cierto, ella se me quedó viendo de manera bastante rara.
Dijo que no era fácil sacarse a ese tipo de hombres, a lo que yo susurré que si no los ilusionara no tendría esos problemas, levantó la mirada hacia mi, y sus ojos azules brillaban con furia, hasta enojada es bella, pero antes de que me atacará, se sujeto de mi y bajo la cabeza
- ¿Estás bien? ¿ Cuanto bebiste?- Le pregunté y contesto que solo algo,pero que ya era suficiente, intento soltarse de mi, pero no pudo. Al sostenerla en mis brazos, sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo, se sentía tan frágil, que no dude en decir.
- Te llevo a tu casa, es muy peligroso para ti- Y la saqué de ahí.
Al salir se sintió una brisa fresca y ella no llevaba abrigo, lamentablemente yo tampoco, pedí mi auto y el vallet, preguntó que hacía con el auto de ella.
- Mañana mandaré a alguien por el- Contesto con una sonrisa rara al vallet, el cual quedó prendado de ella, creo que todo mundo cae en sus encantos.
La hice subir a mi coche y le pregunté, hacia donde íbamos, cuando me dio la dirección, empezó a abanicarse con las manos y a ponerse inquieta en el asiento.
- Puedes abrir las ventanillas, tengo mucho calor, ¿ Por favor?- Esto último lo dijo en un suspiro que me imaginé algunas cosas no muy sanas.
- ¿Que fue lo que tomaste?- Le pregunté serio, ella no se veía muy bien, empezó a estirar los pies y con eso su minifalda dejaba ver sus hermosas piernas.
Intenté no verla, eso no es de caballeros, pero su cara, tenía una tensión que me preocupaba.
- Solo fueron algunos tragos, pero creo que hoy no estaba de humor para beber. - Contesto quitándose los zapatos.
Volteo hacia mí y se que me quedó viendo como si fuera a saltar hacia mí. ¿Que le pasa a esta mujer? Levantó su mano y empezó a recorrer con sus dedos mi brazo.
- ¿Que te pasa, estás loca? Estoy manejando- Y soltó una carcajada.
- Espero que no tardemos mucho, quiero tomar un baño- Me dijo con un ronroneo, que me erizo la piel.
- Tranquila, ya estamos llegando.- Le dije, ya quería deshacerme de ella.
Llegamos a su casa y salí para abrirle la puerta, pero ella no salió, me ofreció sus brazos para que la cargará. Suspire, esto ya me estaba molestando.
La levanté y era tan ligera que rápidamente llegué al umbral de su casa.
La baje y saco la llave, abrió ye dije
- Sera mejor que te tomes un café bien negro, no estás bien- Pero antes de que me diera vuelta para irme de ahí, se me lanzó y dio un brinco para alcanzar mi boca, me sorprendió tanto, que me quedé en shock y después intenté alejarla, pero no podía hacerla ceder sin lastimarla, así que la levanté y la metí en la casa, mi idea era meterla, quitármela de encima y escapar, lo más rápido posible.
Pero no contaba con un escalón adelante de mí, caímos los dos en la alfombra y ella se rió sobre mis labios, se separó un poco y me vio con sus bellos ojos, estaban cargados de deseo y ahí me perdí, la jale hacia mí y la bese desesperado, su aroma me embriagó por completo, le quite el top y el sostén para tocar sus senos, se levantó un poco y me los ofreció en la boca, eran deliciosos.
Mientras yo besaba y torturaba sus senos, ella me quitó la camisa, se levantó y me dio la mano para brincar nuevamente y poner sus piernas al rededor de mis caderas, seguíamos besándonos y ella susurro.
- Arriba- Subí las escaleras con ella en brazos y señaló con la mano una puerta, la de su habitación, entre y la depósite en la cama, se hincó en la cama, para besar mi pecho, mientras yo subía lentamente por sus piernas hasta subir su falda por completo, ella me desabrochó el pantalón y comenzó a bajarlo pero no pudo,la recosté en la cama y me quite el pantalón, ella se quitó la falda y lo que quedaba de ropa interior, era tan hermosa, subí mis besos por sus piernas hasta llegar a su boca, ella estaba ansiosa.
- Ya por favor, te necesito- Y yo le di lo que quería.
Pero cuando entre me lleve una tremenda sorpresa, y lo confirme al ver en su cara un gesto de dolor.
¡Es virgen! Quien en esta maldita ciudad, con su edad es virgen. Sobre todo con su reputación.
Intenté salir de ella, pero me abrazo con sus piernas y empezó a mover las caderas me vuelve loco, me moví despacio,para que se acostumbrara a mi, y cuando vi que su cara cambio de dolor a placer, me moví más rápido, ella jadeaba y me excitaba aún mas.
Cuando terminamos, estábamos tan cansados que nos quedamos dormidos inmediatamente, ya mañana averiguaría por qué se esconde bajo esa mala fama.