Al principio, tu presencia en mi vida era solo un pasatiempo, un mero entretenimiento que llenaba mis horas vacías. No te veía más que como un juguete, sin profundidad ni importancia; eras solo una distracción temporal. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos por liberarte de mis garras, siempre te sentías atrapado, como un pájaro que añora el cielo abierto y el vuelo libre. Esa lucha constante por tu libertad reflejaba un anhelo profundo en tu ser. A medida que pasaba el tiempo, comencé a darme cuenta de que tu valor iba más allá de mi entretenimiento, y que había una complejidad en ti que merecía ser explorada y entendida.
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Visita
Lo vi acercarse a mí y me sentía como un cervatillo al que dejan encandilado con una lampara, caminaba lentamente como un cazador que ha encontrado su presa y cuando estaba cerca lo veo moverse como en cámara lenta, levanta su brazo y enciende la cafetera.
-Si vas a preparar café debes encender la cafetera – me habló en el oído con esa voz tan sensual que sentí que mis pantis se humedecieron de inmediato
Le sonreí y me quité de su cercanía, tenerlo cerca es demasiado para mí y creo que él lo sabe, se sentó en la mesa de la cocina, sacó su teléfono vio algo y volvió su mirada a mí.
-¿No es muy temprano para que una niña como tu esté levantada? – me miraba fijamente y mi mente se ponía en blanco
-Me gusta correr por las mañanas, me ayuda a pensar – fue lo único que pude decirle
-Hay una maquina para correr en el gimnasio de la casa – siguió
-Nika me dijo que no te gustaban las personas que husmeaban en tu casa y prefiero correr afuera, no quiero generar más problemas – sonrió de lado
-No es husmear si te invito a que uses algo de mi casa, por otro lado, puedes correr en los alrededores de la casa, es un lugar seguro y de esa manera no te pierdes – yo asentí, no sabia que mas decirle
-No te preocupes, tengo buen sentido de orientación – le dije mientras servía dos tazas de café
Le entregué una a él y cuando la agarró sentí un ligero roce que encendió mi piel poniéndola al máximo, lo ignoré y tomé mi taza de café, se instaló entre los dos un silencio incomodo que quedó a un lado después de que comenzaran a llegar los empleados para realizar sus labores.
Terminé mi café, lave la taza a pesar de que hubo alguien que pidió hacerlo por mi y salí de la cocina dejándolo allí sentado, podía sentir su mirada sobre mí, pero no lo volví a ver, me puse mi audífonos y le tomé la palabra, corrí por los alrededores de la propiedad.
Corrí y corrí hasta que sentí que no podía más, que me faltaba la respiración, necesitaba llevar a cuerpo al limite para dejar de pensar en él, debía salir de esa casa lo antes posible o quien sabe que locura haría, no quería dejarme llevar por una aventura carnal y tampoco quería perder a mi mejor amiga, ya que si las cosas no salían bien me sería muy difícil volver a ver a Nika, sobretodo en su casa.
Luego de correr me fui a mi habitación, me di una ducha y me vestí con unos jeans y una franela, iría primero a mi casa y luego pasaría la tarde con mi abuela.
Así lo hice, cuando llegué a la casa vi que estaba deteriorada, le faltaba pintura, se habían metido algunos vándalos a robar y algunas ventanas estaba rotas, las paredes estaban llenas de grafitis, en resumen, no era posible vivir allí de inmediato y los arreglos llevarían tiempo y dinero.
Fui al garaje y pude ver que el antiguo auto de mi padre estaba allí, pude encenderlo, pero de carrocería estaba bastante deteriorado, no me interesó, me podría llevar a donde quisiera y eso era lo verdaderamente importante.
Me lo llevé, pedí que le hicieran un servicio rápido de aceite y esas cosas, por lo que pude ver la mala cara que pusieron cuando me atendieron y no me importó, yo necesitaba algo para transportarme y ese auto era todo lo que necesitaba.
Luego fui al centro donde estaba mi abuela y al entrar me encontré con Mark.
-Hola hermosa, ¿de verdad llegaste en eso? - pude ver como miraba mi auto como si fuera lo más horrible del mundo, aunque para mi fuera todo un tesoro
-Si, era de mi padre y ahora será mi medio de transporte, ya verás como poco a poco va mejorando su aspecto, en lo que empiece a trabajar le mandaré a dar una manito de pintura y así – yo sonreía mientras veía la cara de incredulidad de mi amigo
-Si tu lo dices yo te creo – fue su respuesta, un poco escueta antes de llevarme a la habitación donde estaba mi abuela
Hablamos unos minutos en donde me contó algunas cosas que no me había dicho por teléfono y me quedé con ella, pasé toda la tarde con ella, le leí un libro y hablamos un poco, ella pensaba que era parte del personal del centro, nunca tuvo idea de quien era realmente.
Cuando se terminó el tiempo de visita me despedí de ella y me fui, verla en ese estado me ponía muy triste y hoy no era la excepción.
Me subí al auto y cuando iba a arrancar vi a Mark correr hacia mí, pensé lo peor y sentí que mis lagrimas amenazaban con salir.
-Reny… aquí tienes esta dirección, vas a preguntar por esa persona que está anotada allí, tienes una entrevista mañana, no vayas a faltar – me emocioné, tendría mi primera entrevista
-Gracias Mark, no sé cómo pagártelo – respondí
-Pediría un beso, pero ya se tu respuesta, así que podrías invitarme a comer con tu primer sueldo – tenia una cara traviesa cuando dijo eso
-Que bien me conoces Mark, si todo sale bien te invitaré a comer
-Eso espero, porque sé que todo saldrá bien – respondió él y se despidió de mi con un beso en la mejilla
-Cuida bien de mi abuela – le dije y me fui de allí de inmediato, estaba sobre la hora para llegar a cenar
Fui lo más rápido que el auto podía y llegué puntual a la cena, pero esa noche él no llegó, solo estaba Nika esperando y para mi fue un alivio, podría comer tranquila hablando con mi amiga, esa noche me contó todo lo que había aprendido en su nuevo empleo y en lo feliz que estaba de estar allí.
Yo le comenté acerca de la entrevista que tendría al día siguiente y la vi alegrarse muchísimo por mí, esa noche hicimos pijamada y hasta me prestó algo de ropa para que usara.