la sirena del hospital sonó dando a entender que un paciente en estado crítico había llegado. Ana siendo la jefa de Traumatismos fue requerida en la sala de emergencias, su mundo se desmorona al ver en la camilla al padre de sus mellizos quien la abandono hace poco más de 5 años. ¿podrán volver a estar juntos? ¿que pasa cuando el lobo hace más fuerte aquellos sentimientos que debían estar guardados?
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capitulo 4
mamiiiiii- el grito de mi pequeña me recibe ni bien paso la puerta de mi casa.
Me agacho a recibirla y la alzó dejándole muchos besos en sus mejillas y en su cabeza. Mi pequeño Leo me mira con una sonrisa hermosa desde el sillón, al parecer estaban mirando películas. Cuando termino de saludarla la dejo sentada de nuevo y levanto a mi niño para repetir con el mi ritual de saludos.
Bienvenida a casa- me dice Luna quien llega de la cocina secándose las manos con el repasador -niños, es hora de dormir, el trato era hasta que llegara mamá y mañana tienen jardín- le dice suavemente y mis retoños sin hacer un solo puchero se dirigen escaleras arriba a sus cuartos.
Gracias por cuidarlos, Orión se encuentra estable y recuperándose, tengo entendido que Theo iba a ir con él y luego Nico- le digo antes de que me pregunte algo, aunque por mi cara se debe haber dado cuenta de que había algo más.
Me alegro, sé que si te hiciste cargo entonces todo saldrá bien, pero también sé que algo está mal por tu cara ¿qué ocurre?- me pregunto mientras me traía de la cocina un té.
Supongo que no esperaba que me recibiera con los brazos abiertos, pero tampoco que me hablara como lo hizo- le dije suspirando mientras agarraba la taza que ella me ofrecía.
Es un idiota, arrepentido, pero idiota al fin- dijo encogiéndose de hombros.
De igual manera lo dejé a cargo de un compañero, demasiado que me quede después de hora a pedido de Nico. Por cierto ¿cómo te fue con la sesión de fotos de hoy?- ella esbozó una enorme sonrisa y con magia verbal hizo flotar hasta mí un fajo con varias fotos de mis mellis y sus distintos atuendos.
Por Merlín que preciosos, más allá de que son mis hijos, estas son mías ¿verdad?- le dije mientras me babeaba con todas las fotos.
Claro que si, las de los catálogos ya están listas y deje la ropa en sus armarios a los que por cierto tuve que expandir- dijo con cara de inocente mientras yo ponía los ojos en blanco.
Luna extendía una vez a la semana los armarios de los nenes, al día de hoy estoy segura de que eran más grandes que su habitación.
Bueno ya me voy, de seguro paso por el hospital a ver a Orión y a theo- me dijo mientras me daba un beso en la mejilla.
Tomo su collar y desapareció, lo cierto es que los magos normalmente usamos piedras preciosas para teletransportarnos a donde queramos, pero a pesar de tener una siempre colgada en mi cuello por cualquier emergencia, prefiero manejarme con el auto qué me compre hace dos años.
Me senté en el sillón a terminar mi de mientras seguía viendo las fotos que Luna me había dado. El reloj marcaba casi las 6 de la mañana cuando unos golpes fuertes en la puerta me despertaron, mierda me había quedado dormida en una postura que me hacía doler el cuello, mire mi reloj de pulsera y por las dudas levante mi varita, no era normal que alguien viniese a estas horas y menos un día de semana.
¿Quién es?- pregunte obviando el temblor de mis cuerdas vocales.
Abre la puerta por favor, no quiero tener que tumbarla- conocía esa voz, a pesar de que sonaba más grave de lo normal sabía que había un solo hombre que hablaba de esa manera.
Abrí con cautela la puerta dejando la cadena aún puesta, si bien con una patada podría derribarla, con un hechizo yo lo tiraría lejos a él, pero si bien el cuerpo era de él, esos ojos rojos me hacían temblar toda la columna vertebral.
Deberías estar haciendo reposo- le dije mientras miraba todos sus movimientos y calculaba el tiempo que tardaría en llegar a la habitación de mis hijos.
Necesito calmarme y te necesito para eso- una media sonrisa se formó en boca y el terror se apoderó de mí. Contemplé el hechizarlo y salir corriendo, pero él pareció leer mi mente -no te voy a hacer nada, este idiota no entiende que necesito tu olor para calmarme, pero sé que eres más inteligente y comprenderás lo que te digo, por favor déjame entrar-
No sé porque le hice caso, quizás el miedo termiNo por apoderarse de mí o quizás sentí la sinceridad de su voz, pero abrí la puerta y deje que pasara. Ingreso con cautela y una vez que cerró suavemente la puerta me abrazo y me puso contra la pared, olía mi cabello como si fuese un perro, sentía las cosquillas en mi cuello. Estuvimos así un largo rato, en donde él me olfateaba y yo intentaba no temblar demasiado.
Los niños están durmiendo, por favor, tienes que irte, pueden asustarse- le dije con una hilo de voz.
No les haré daño y lo sabes, son nuestros hijos y lo que este no se anime yo lo obligaré, eres mía- la voz ronca me causaba más miedo del normal, pero el escucharlo decir eso prendió una llama de ira en mí.
No soy un maldito objeto para que puedas considerarte mi dueño, dejaste de ser parte de mi vida cuando tomaste la decisión de separarte- le grité mientras intentaba empujarlo.
Te daré lo que este tonto debió darte por derecho, créeme cuando te digo que te amamos y te pertenecemos, eres nuestra pareja predestinada- empezaba a calmarse, levante mi mirada y note que esos ojos rojos ya se estaba apagando y volviendo a su color natural.
¿Orión?- mi voz era suave, note que él me miró fijamente, como si no entendiera lo que estaba haciendo o donde estaba.
¿Qué ocurrió? Lo lamento ¿te lastime?- notaba que estaba perdido, pero aun así no me soltaba.
Tienes un lobo, dentro de ti. Debes aprender a controlarlo, vino a querer reclamarme como suya, si hubiesen estado los niños despiertos- le dije empujándolo, ya que se ve que él por si solo no me soltaría.
Estaba desesperado, se pasaba las manos por el pelo y fue ahí cuando volteó a verme de nuevo que note las manchas de sangre en su ropa.
Debes volver al hospital, estás sangrando. De seguro abriste nuevamente tus heridas- le dije señalando su ropa.
Manche tu ropa también, lo lamento. Me iré ahora mismo, esto no volverá a pasar- su máscara de frialdad volvió a su rostro.
"Habla por ti, ella es nuestra"
"idiota la asustaste, esto podría haber terminado muy mal"
"Ella aún te ama"
" cierra el maldito pico"
lo vi tener una discusión de seguro con su bestia y luego dirigirse a la puerta, no termino de abrirla cuando del otro lado lo recibieron Theo y Nico y lo durmieron con un hechizo. Por suerte yo estaba atrás y lo pude sostener hasta que ellos lo agarraron, no me dijeron nada solamente se transportaron hasta el hospital supongo y me quedé ahí confundida y con miles de pensamientos dando vueltas en mi cabeza.