La Herencia Del Copiango 2: La Aldea

Iván Moreno, había pasado la noche más extraña de su vida… así que se metió bajo la ducha y dejó que el agua corriera por su cabeza y por su espalda. No podía seguir observándola porque al principio pensó que podía compartir la cama con ella, pero sin embargo su permanente acoso le hacía muy difícil ese objetivo.

Ni bien había cerrado su puerta ella se había abalanzado sobre él… hasta ahí era todo compatible con la idea de una acompañante pagada, pero la manera de besar infantil y la manera de temblar cuando él la tocaba se alejaba mucho de una joven experimentada.

Cuando ella comenzó a quitarse la ropa y él trataba de detenerla o por lo menos refrenarla un poco, se dio cuenta de su respiración agitada y de su copiosa transpiración… sin dudas había sido drogada y tenía dos opciones: o era la misma agencia quienes las drogaban para que sean más complacientes con los clientes, o ese tipo que la había abordado le había puesto algo a la bebida. Esa forma de captar victimas era muy común, o se iban con ellos por “motus propia”, o bien esperaban y cuando ellas comenzaban a sentirse mal y salían al exterior en busca de un poco de aire fresco, era cuando las captaban y las llevaban con ellos.

Se puso a recordar que cuando había golpeado a ese hombre, no había estado fingiendo porque el daño era completamente real, sin embargo desde que la había tocado no podía pensar cuando ella se arrebujaba en su cuello, como si lo estuviera oliendo y mientras eso ocurría era imposible no sentirla a ella también.

Era sin dudas la mujer más bella que había visto en su vida y mientras que ella seguía sudando excesivamente y seguía tocándolo todo el tiempo, no pudo suprimir sus valores, los había tenido toda su vida, por eso no había aceptado esas familias falsas a las que lo habían querido enviar, siempre se escapaba, armaba algún escandalo o simplemente se dirigía al orfanato para demostrar que él no le interesaba a nadie. Doña Clotilde, la cocinera del lugar era la única que tenía algún gesto maternal y de cariño con él.

La comenzó a llevar hacia el baño y como ella ya estaba desnuda, ingresó directamente a la ducha con ella… buscaba que el agua fresca comenzara a reanimarla, pero se le hacía muy difícil porque ella no paraba de besarlo... Definitivamente no tendría sexo con una mujer drogada, pero no hacía nada malo si la besaba… tenía una boca suave, de labios sensuales y su cuello parecía terciopelo mientras la besaba.

-          ¿Te parezco una mojigata? – dijo en un susurro, mientras él besaba suavemente la línea de su mandíbula…

-          ¿Cuál es tu problema con esa palabra? – reía en el hueco de su cuello – te lo dijo ese hombre y le rompiste la nariz además de noquearlo…

-          Me lo dijeron mi novio y mi mejor amiga… - se arqueaba suavemente hacia atrás y el agua le caía directamente en los senos - cuando los encontré en la cama haciendo jueguitos…

-          ¿Cuándo fue eso…? – contestó Iván con voz ronca, mientras que detenía sus besos completamente

-          Hoy… - comenzó a llorar – me pidió que me casara con él… - se escuchaba su llanto acongojado entre frase y frase – me dio un anillo… fui a ver a mi familia… y volví decidida a decirle que si… - como Iván la abrazó contra su pecho continuó con voz más ahogada – estaba desnudo… tenia vendado los ojos y estaba atado a la cama… - Iván no pudo evitar una sonrisa pero ella continuó – en la casa de mi amiga… y me dijeron que lo hicieron porque yo era una mojigata… - seguía llorando –

-          Escúchame bien – le hablaba suavemente mientras la volvía a colocar bajo la ducha para que el agua cayera sobre su hombro y su espalda – te han mentido… eres tremendamente sexy… además de bella… si eres mojigata con él, es porque no ha sabido acariciarte como debe…

-          Me gusta como hueles… - le tomaba la camisa mojada y le abría para olerlo mejor – me duele la cabeza… y la panza….- se arrebujo nuevamente contra ese pecho – quiero dormir…

-          Ten cuidado la próxima vez que salgas a un bar… - no pudo evitar el reclamo – podrías cruzarte con mala gente… y estas muy indefensa…

-          No lo estoy… - dijo nuevamente mientras lo abrazaba por la cintura – podría dejarte como ese hombre si quisiera…

-          ¿Y por qué no lo haces…? – no podía evitar reír ronco –

-          Porque hueles rico… - dijo bostezando – nadie que huele así… puede ser malo.

-          Bien princesa… - no podía dejar de reír por las cosas que decía – te voy a secar y vas a dormir… mañana vamos a conocernos mejor…

-          Soy Pocahontas… - dijo antes de dormirse completamente en su pecho

Iván la alzó cubierta por el toallón y la llevó hasta la cama, la recostó suavemente, no la desnudó porque seguramente eso no le gustaría al despertar.

Ya su temperatura había bajado, así que la cubrió con la sabana y luego se quitó la ropa mojada y se recostó en bóxer del otro lado de la cama.

No supo cuánto tiempo pasó en realidad, se había dormido mirándola y de pronto al despertar, estaba recostado sobre la misma almohada que ella, tenía la cabeza de ella recostada contra su frente y sentía su aliento caliente cada vez que inspiraba… nuevamente estaba desnuda, el toallón estaba a los pies de la cama.

Los cabellos lacios y negros estaban desparramados y le daban a su rostro un marco fluido, estaba tan serena, parecía otra persona completamente… no la que le rompió la nariz a su acosador… tampoco era la pasional chica que lo besó con desesperación…La tapó suavemente con la sabana, era demasiado hermosa para verla desnuda, sin tener la posibilidad de saber lo que sentiría al tenerla solo para él. Era extraña esa sensación que tenia de no querer compartirla… sus manos debajo de su rostro como si estuviera en plena oración le dio ternura. ¿Cuántos años tendría…? estaba tan relajada como si confiara en él completamente. Decidió poner distancia entre ellos e ir a bañarse y tratar de poner en claro sus pensamientos y sus sensaciones.

Se relajó luego de un buen rato bajo la ducha, se bañó meticulosamente, se puso inconscientemente más perfume de lo habitual… ella había dicho muchas veces que le gustaba su olor… a pesar de haber estado trabajando todo el día… se vistió pulcramente y salió del baño con miles de ideas en la cabeza.

No estaba por ningún lado… vio la cama deshecha y vacía, no estaba ni su ropa ni su bolso… en un abrir y cerrar de ojos había desaparecido… se dio cuenta que no había ni siquiera un rastro de su Pocahontas.

Salió del departamento en un inútil intento de ver si estaba por la calle, pero solo encontró los mismos rostros de siempre.

-          ¿Vieron a una chica alta de cabello largo negro y ojos marrones…? – preguntaba a la gente – estaba de jean azul y una camisa blanca…

Era inútil… absolutamente nadie la había visto al parecer… Miró hacia el Bar, había cámaras de seguridad que estaban enfocadas en dirección a la puerta de su departamento. Podría saber si se fue sola o si alguien de la agencia la buscó…