Más Que Un Juego

Brenda ha venido al restaurante a darme una visita sorpresa según ella, creo que se está tomando muchas atribuciones que no le corresponden. Nunca le he dicho o he hecho algo que la haga pensar que quiero algo más que pasar un buen rato y nada más.

La pelirroja trae nuestro pedido, sin querer deja caer un poco de la crema de calabazas sobre la mesa, sé que está nerviosa, he sido insistente con mi mirada. Cosa que nota Brenda y la hace hacer un gesto de mala gana.

- ¿Acaso eres tarada? - le dice Brenda

Siento rabia por como le está hablando a mi odiada pelirroja. La veo suspirar, se está conteniendo para no decirle más de una cosa.

- No tienes porqué hablarle así a mi empleada, Brenda - no quiero ser grosero - ella solo está haciendo su trabajo. Lourdes, dile a Michael que nos atienda él, puedes retirarte.

La veo irse al cuarto de lockers, me disculpo un momento con mi invitada indeseada, voy llegando al lugar cuando escucho otra voz que no es la de ella, mi enojo aumenta cuando escucho lo que le está diciendo esa otra persona.

- Veo que tu querido Malmcon solo te tiene como un juguete ¿te crees más que nosotros? - Lourdes no la mira, solo está arreglando sus cosas - pues déjame decirte que no eres nada, mira la mujer que está allá afuera, ella si está al nivel de él.

La pelirroja se levanta y la encara, es notoriamente más alta que la latina.

- No soy como tú, Matilde, yo no ando pendiente de cazar al jefe y si Malmcon pide que sea yo quien lo atienda, es porque me tiene confianza y me conoce porque soy una de las mejores amigas de su cuñada, no porque quiera saltarle encima.

- Ja... ¿crees que voy a creer eso? a leguas se te nota que eres una cualquiera

La cara de la mujer es volteada por una bofetada, ahora si probó lo que yo probé.

- Nunca en tu vida vuelvas a decir algo así de mí, no me conoces.

En ese momento decido entrar porque veo que la enana esa quiere agredir a mi pelirroja, y no voy a permitir que la toque siquiera.

- Yo que usted evito más problemas señorita Pérez, recoja sus cosas y pasé a mi oficina por su liquidación y sueldo de este mes, no pienso tolerar este tipo de comportamiento.

- Ella empezó señor, mire que hasta me abofeteó - trata de defenderse la mujer

- No insulte mi inteligencia señorita, sé perfectamente lo que oí de parte suya. Sus insultos en contra de Lourdes no tienen precedentes.

- No me eche por favor, mi familia depende de mí, Lourdes por favor, dile la verdad, dile que tú iniciaste.

El descaro de esta mujer no tiene límites, claro que hoy mismo se va de aquí.

- Matilde creo que el señor Lebreu pudo darse cuenta de toda la situación, si no, fuese yo la que estuviera siendo yo la despedida.

Entro a mi oficina y más atrás llega Brenda cuando estoy entregando los pagos a Matilde.

Si Brenda vuelve a insultar a Lourdes, también ella se irá de mi vida.