Lucia es una escritora en ascenso que debe presentarse a la boda de su ex amor platónico que se casara nada más y nada menos que con su hermana Amanda.
viviendo separada de su familia y los caprichos de su madre es obligada a asistir a la reunión familiar para la organización y reencuentro familiar.
el destino le mando un impresionante ejemplar masculino que no solo enciende su creatividad como escritora, sino que otras partes que creía dormidas.
Naguel un motero alto con fuertes músculos que hace suspirar a muchas mujeres se obsesiona con su momentánea pasajera. su cabello rojo como el fuego no solo despierta en deseo en él, sino que también su instinto protector.
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explorando limites
La primera tienda que visitamos es de ropa de cama. Hacemos el recorrido dejando mi elección para cada cosa que pueda llegar a necesitar mi hermana.
Luego de eso fuimos a una de electrodomésticos y así, mientras cubríamos cada cosa de la extensa lista.
Naguel me lleva sin rechistar mientras me espera en su motocicleta estacionado en la calle. Cada tanto lo espió y si
no está mirando su celular está mirando la nada. Es tan sexy que me llena de ideas en mi mente pervertida.
Creo que mi hermana acertó en haberme mandado semejante inspiración. La chica de la tienda no deja de mirarlo y creo que quiere llamar su atención, pero no sabe cómo, internamente me rio porque es obvio que desde afuera no se ve nada.
Termino en este lugar y antes de salir mi estomago ruje. Miro la hora y me doy cuenta de que es demasiado tarde y
supongo que mi conductor asignado debe estar igual de hambriento que yo.
ꟷNo me pidas que te lleve a otro lugar sí primero no comemos algo, creo que me convertiré en caníbal y te masticare gustoso si no paramas a por algo de comida ꟷpide ni bien pongo un pie fuera de la tienda.
ꟷJusto pesaba lo mismo, lo siento te tengo de acá para allá y me olvido de que nuestros cuerpos se mueven con
calorías.
ꟷ¿Por eso estas tan flaca? ꟷpregunta y no sé si sentirme ofendida.
ꟷMmm… no sé cómo responder a eso ꟷmurmuro casi a la defensivaꟷ, pero muchas veces me olvido de mi comida cuando estoy inmersa en mi trabajo.
ꟷYo me encargare de que comas como se debe ꟷdice de pronto y se sube a la moto tendiéndome el casco.
Me coloco el casco que estoy empezando a odiar, hace que mi cabello luzca horrible.
Enciende la máquina que hace vibrar mi cuerpo y luego de un par de cuadras para en un local de comida rápida.
ꟷNo sé qué me excita más, si las papas fritas de aquí o el vibrar de tu motocicleta ꟷdigo bajando de su máquina,
tendiéndole el casco con una sonrisa en mi rostro.
Este lugar fue testigo de muchas aventuras en mi adolescencia.
ꟷSolo que menciones eso me pone a pensar cuál es tu limite ꟷmurmura abriendo la puerta para mí con una sonrisa que esconde algo escandaloso.
ꟷ¿Te refieres a la comida? ¿Verdad? ꟷpregunto tratando de adivinar.
ꟷSi, comida… ꟷla forma en que lo dijo me dejo muy en claro que la comida no tiene nada que ver.
Nos acercamos a la barra para hacer nuestro pedido. Yo pedí una hamburguesa doble sin lechuga, porque la odio y
papas fritas. De beber pedí una botella de agua.
Él se pidió dos hamburguesas completas con extra de todo y papas fritas como para un regimiento, de beber también pidió agua, pero la botella más grande. Es de suponer que con toda esa comida el líquido le será poco.
Creo que come según el tamaño de su cuerpo y anoto mentalmente que si algún día cocino para él debe ser una
cantidad que supere mis expectativas.
¿Por qué cocinaría yo para él? Borro ese pensamiento y volteo para ver el local y las mesas que quedan disponibles.
Tomando de mi mano, tira de mi hacia la zona menos concurrida.
ꟷHasta ahora nadie te ha reconocido, pero no quiero tentar mi suerte ꟷdice cuando nos ubicamos en una mesa que me mantiene prácticamente oculta.
Nos sentamos y mientras esperamos a
que nos traigan la comida, saco la lista de mi madre y miro que solo me falta
un lugar por visitar.
ꟷSolo queda un lugar por visitar ꟷdigo levantando la mirada de la enorme lista, conectando con su mirada verdosa que me mira con interés.
Se acerca la mesera con nuestro pedido y por un momento solo nos concentramos en comer.
Es como si de pronto un animal hambriento nos hubiera poseído porque comemos con fruición sin decir ni una
palabra. No me siento incomoda, al contrario, me siento relajada en su compañía.
No me quiero acostumbrar a sentirme así.
Cuando tomo de la botella de mi agua veo que el ya termino su comida y me sonríe mientras también toma de su botella de agua.
La deja a un lado y se mueve de su lugar para estar más pegado a mí. Una de sus manos está en el respaldo de mi
silla y la otra toma el papel que anteriormente tenía con la escandalosa lista de mi madre.
ꟷ¿Cuál es nuestro siguiente destino? ꟷpregunta casi pegando su cara a la mía, su mano que sostenía la nota la suelta y se desliza debajo de la mesa.
Paso saliva cuando la siento en mi rodilla y de allí acariciando mi pierna. Que lleve pantalones cortos no es un
impedimento para que sus dedos traviesos se pierdan por el dobladillo y se hagan con mi ropa interior.
Corriendo a un lado de forma magistral, sus dedos llegan a la zona húmeda de mi cuerpo y reprimo un gemido
cuando el roce me hace temblar.
Muerdo mis labios reprimiendo las ganas de volverme una Amazonas y cabalgar esos dedos magistrales, pero estamos en una cafetería muy concurrida.
Siento como el sudor perla mi frente a medida que sus dedos invasores se hacen con mi piel. Una lagrima toca mi
mejilla y lo miro con ganas de insultarlo a la vez que besarlo.
Su sonrisa pícara no hace más que aumentar el frenesí de mi necesidad queriendo mover para acompañar sus
delicados roces, pero me controlo y aprieto la mesa cuando un gemido quiere escapar de las comisuras de mis labios al sentir que el fin de todo está cerca.
Justo en el momento en el que mi cuerpo convulsiona se aparece la mesera para preguntarnos si queremos algo más. Con la garganta agrietada por tanto reprimir mis lamentos niegos sin levantar la mirada, mientras que mi conductor asignado solo le dice que estamos bien.
Mas que bien diría yo.
La chica se va dejándonos solos, el descarado que está a mi lado retira sus dedos lentamente para llevarlos a su
boca sin apartar la mirada de la mía.
ꟷEl mejor postre que he probado ꟷdice relamiendo sus dedos.