¡Promesas! Promesas que se vuelven tristezas... El amor no se basa de un día..
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Capitulo 6
Claro que su estupidez no le dejo pensar en que más hablar, "investigar, ¿a quién? A ¿mi? Por favor y peor aún a ese tipo"
Haciendo a un lado ese tonto pensamiento, voy a comprarme algo de ropa decente para mi nuevo trabajo, debo estar presentable ante el señor Gamier, "o que vergüenza no sé ni su nombre, bueno mañana se lo preguntaré"
Mi tarde transcurrió de una tienda a otra, pero aún no he podido encontrar ropa adecuada para el cargo que voy a ocupar y los pocos ahorros que tengo no me dan para mucho, así que la mejor opción es alquilar cada prenda.
"Así lo hice, ahora podre presentarme a trabajar con estilo, aunque lo mío no es este tipo de vestuario."
De regreso a mi hogar donde soy sumamente feliz, lo mejor de todo es que no tuve que ver a Felo, si no fuera tan prepotente quizá fuéramos amigos, pero no.
Al siguiente día.
Como de costumbre, prepare el desayuno, me vestí adecuadamente y voy en dirección a la escuela y después al trabajo, siendo mi primer día no quiero llegar tarde.
CORPORATION TECNOLOGIC FLEXX
- Vaya, esa una empresa muy grande.
- Buenos días, soy Akira Lahos y tengo cita con el señor Gamier.
Recepcionista - ¿Tiene cita? Sin cita no puede pasar.
- No, pero él me está esperando.
Recepcionista - Permítame de nuevo su nombre y lo confirmó.
Eloy - No hace falta, el señor ya la está esperando.
Recepcionista - En ese caso, déjeme darle una tarjeta de pase. - Sonriendo amablemente.
Eloy - No hace falta - acercándose hasta su oído.... - "Es la futura esposa de nuestro CEO, no creo que sirva de nada una tarjeta, además será su asistente."
Recepcionista - Oh lo siento mucho, por favor reciba mis disculpas, sea bienvenida.
Akira - Gracias - Algo confundida.
Eloy - Señorita Akira sígame por aquí por favor. - Caminando hacia adelante.
Subimos al elevador y presiono el piso 25, ¿En serio debe ser tan alto este edificio? Me da algo de fobia las alturas, pero creo que debería acostumbrarme, ya que desde ahora en adelante subiré y bajaré por aquí.
El bip del ascensor sonó, indicando que habíamos llegado, las puertas se abrieron y una enorme sala preciosa con un solo escritorio y dos puertas, una enorme donde se supone que es la oficina del CEO y la otra la oficina dónde estará el asistente.
Eloy - El señor te espera, si estás preparada, puedes entrar.
Akira - Si, gracias.
Nadie puede negar la atracción que hay en ellos, pues el sentimiento es mutuo y los nervios se apoderan de cada ser.
Todo lo que vivirán será un amor maravilloso, pero como dice el dicho, (no todo lo que brilla es oro) y los obstáculos deberán superar.
Volviendo a la realidad.
Toc, toc
- Adelante, se escuchó una voz grave que te hace erizar la piel de tan solo escucharla.
Akira - Buenos días, señor. - Algo nerviosa.
Sebastián - Toma asiento.
Akira - Señor, estoy aquí por que......
Sebastián - No hace falta de formalidades, así que toma asiento.
- hablando en un tono suave indicándole el sillón.
Tomando asiento nerviosamente se sonroja por tal acción.
Sebastián - Para empezar quiero saber más de ti, dime como te llamas, cuantos años tienes, estás soltera o no, todos esos puntos son importantes para nuestra empresa... "Y para mí" hablando en sus pensamientos.
Akira - Bueno, para empezar no estoy casada, eso no será un problema en mi área laboral, tengo 23 años y me llamo Akira Lahos, vivo con mi abuela y mis dos hermanos.
Sebastián - Y tus padres?
Akira - Mi madre falleció hace algunos años y de mi padre no quisiera hablar, espero que lo entienda.
Sebastián - lo siento mucho, no se topará ese tema.
- Entonces dime, eres Akira Lahos ¿verdad?
Akira - Si señor, pero puede decirme Kira, así me dicen mis amigos.
Sebastián - Me consideras tu amigo?
Akira - Oh lo siento señor, es que....... no me vaya a malinterpretar.
Sebastián - No te preocupes, entonces Kira dime, tú sabes quien soy?
Akira - Si, usted es el CEO, dueño de esta empresa. - Algo sonrojada.
Sebastián - "¿Acaso ni siquiera sabe quien soy?" - Bueno, es mi turno de presentarme.
- Hola mucho gusto soy Sebastián Gamier y tú?
Akira - "¿Sebastián Gamier? Porque ese nombre se me hace muy familiar y ¿por qué se presentó así de esa manera?" - mucho gusto señor Sebastián.- Lo dice algo sonrojada.
Sebastián - Creo que te he dado una valiosa información sobre mi identidad. ¿No es así?
Akira - No señor, no me malinterprete, es solo que..... no, no me haga caso.
Sebastián - Bien, será mejor que te enseñe tu oficina.
Salimos de la oficina del CEO y nos dirigimos a la oficina contigua que está a nada más que dos pasos de su oficina, lo más increíble es que los ventanales son transparente y seré vigilada por él todo el tiempo.
Después de haberme presentado la oficina se dispone a salir, pero no so antes decirme algo que me dejó sin habla.
Sebastián - Espero que nuestra colaboración sea muy positiva.
Akira - Así será señor. - Sonriendo
Sebastián - Una cosa más, ¿Aún te encanta cortar flores?
Akira - ¿Qué? - Sorprendida.
Con esas palabras y una sonrisa salió de la oficina, sin mirar atrás.
- Como...... No puede ser posible....
- Volviendo su vista al brazalete en su mano..... "Volvió después de todo".....
-- Si mi corazón pudiera salirse de mi pecho, hace mucho lo hubiese hecho, este sentimiento de alegría por haberlo encontrado, aunque literalmente él lo hizo, en fin, creo que es mejor ir y hacer que cumpla su promesa.
Salí casi corriendo a su oficina y sin esperar a tocar entre.
Aquel niño ahora es un hombre muy apuesto, su ancha espalda lo hace ver que está bien tallado por el Dios griego.
Aun con mi corazón a mil lo abrace por la espalda.
- ¿Sabes cuantas veces fui a ese lugar?
- Eres un gran mentiroso, no cumpliste con tu promesa.
- Debes pagar por todos estos años- Dándole un golpe en su espalda.
Sebastián - Ouchs, duele ¿no crees? - dándose la vuelta y abrazándola.
- Te extrañé demasiado.... sé que te debo muchas explicaciones, pero considero que es otra la que me debe mucho más que una explicación.
Akira - Nos vimos una vez e hicimos una promesa y ahora parecemos como si fuéramos dos enamorados pidiéndonos explicaciones.
Sebastián - Ven toma asiento, creo que nos debemos mucho después de 15 años.
Sus manos unidas no se separaban, pues para Sebastián si lo hacía era como si la dejaría ir para siempre.