Se Mi Esposa Por Favor

Elizabeth

-Ha pasado una semana desde que se enfermó Andrés y por suerte se recuperó rápido, hoy tengo examen y pase toda la noche estudiando me quedé dormida más o menos a las 3:30 AM y desperté alas 6:30, hice desayuno para Andrés y para mí, pero no estaba en casa, me vine a clase muy triste, quería que él fuera el primero en felicitarme.

Me encuentro en la entrada del colegio, veo a Rosa que está llegando.

-Feliz cumpleaños- me grito mientras corría a darme un abrazo que correspondo con mucho gusto.

-Elizabeth, feliz cumpleaños- gritan María y Margarita que vienen llegando y se montaron encima de mí, literal.

-Gracias chicas- les regalé una sonrisa enorme.

-Aquí tienes mi regalo- dice Margarita dándome una bolsa muy linda.

-El mío- dice María dándome una caja forrada.

-Y el mío- dice Rosa y me da una bolsa

Le agradecí a cada una con un abrazo y un beso. Entramos al clase, tenemos examen así que no perdimos el tiempo en entrar.

Salimos de clase y las chicas me invitaron a comer cosa que acepte con mucho gusto, en el camino mientras hablamos de cosas del colegio, un chico se atraviesa en mi camino.

-Simón...- dije algo nerviosa.

-Hola Elizabeth- dice algo coqueto o al menos eso puedo notar -Feliz cumpleaños- me sorprendí hasta me sonroje

¿Cómo sabe de nuestro cumpleaños?

-Gracias...- pude articular esa palabra.

-TE LO DIJE!!- grito Margarita causando la risa de todas menos Simón que no entendió nada.

-Las chicas y yo vamos a ir a comer, te gustaría ir?.

-Si, me encantaría- me regaló una sonrisa muy linda. Nos fuimos todos a la cafetería donde siempre comemos, pedidos hamburguesas con papas fritas. Al terminar de comer me trajeron una torta de chocolate y me cantaron cumpleaños, me sentía feliz con mis amigos aunque deseaba que Andrés estuviera aquí conmigo.

Aún seguimos en la cafetería junto con Simón que no para de echar chistes y hacernos reír, veo que las chicas se miran en complicidad.

-Vamos al baño- les dice María a las chicas

-Tú te quedas- dice Margarita, Rosa solo me echa una sonrisa tierna y se va con las chicas.

-Elizabeth... Quería darte esto- dice Simón un poco sonrojado aunque no más que yo cuando veo una caja con una nota pegada, la tomo y leo la nota.

Feliz cumpleaños a la niña más linda.

Con todo cariño: Simón

Para: Elizabeth

Me sonrojé aún más cuando leí esa nota y abrí la caja era un collar con forma de estrella y unos aretes que hacían juego.

¿Quiere decir que le gustó?

-Muchas gracias- me lancé abrazarlo y darle un beso por ese gesto, él me correspondió.

Llegue a casa con un pedazo de torta que guarde en la nevera, revise la casa, pero estaba Andrés, me fui a dar una ducha y me puse ropa más cómoda, sonó el teléfono y fui corriendo a la sala, conteste, era mis padres y mi abuelo felicitándome por mi cumpleaños, hable un buen rato con ellos y mes despedí, les dije que iría a visitarlos el fin de semana para celebrar y ellos con mucho gusto aceptaron.

No quise cocinar, hoy no, es un día especial para mí, en mi cuarto dejo todos los regalos encima de mi cama. Abro el primero y es de Margarita.

La belleza de la mujer es más hermosa al natural, pero una buena blusa y un pantalón a la moda no está de más para que hagas suspirar a los hombres. Feliz cumpleaños Elizabeth con todo cariño tu amiga Margarita.

No pude evitar reír por su nota, reviso lo que me regaló y si efectivamente es una blusa roja y un pantalón de vestir negro, es bellísimo, debo admitir el bien gusto que tienen mis amigas, veo la nota que está pegada en la caja que me dio María.

Para que pisotees a todos los hombres que quieras, pero con elegancia. Feliz cumpleaños Lizzy, te quiero mucho.

Vi dentro de la caja y eran unos hermosos zapatos con tacón de color negro, hacen juego con la blusa y el pantalón, los junté todos para ver cómo se verían y si es perfecto, el último es de rosa y veo su nota antes.

Si vas a hacer una buena esposa, debes serlo de la mejor forma. Te quiero mucho Elizabeth.

De tu mejor amiga Rosa.

No puedo creerlo es ropa interior sexy, sé que Rosa tiene un muy buen gusto, pero esto es algo que no me lo creo, es un mini shorts que es muy transparente y una blusa de tirantes del mismo color e igual de transparente, no pude evitar sonrojarme de solo pensar si me lo llega a ver puesto Andrés, ¿le gustará?.

Cómo no gustarle, de hierro no pienso que sea.

-Hola Liz - volteo pegando un pequeño grito del susto.

-Me asustaste- dije lo obvio.

-Que es todo esto?- pregunta viendo la ropa sexy que me regaló Rosa, lo agarre de mi cama y lo guarde en mi cómoda lo más rápido que pude.

-Regalos- dije un poco decepcionada.

-Tu cumpleaños... Liz perdón lo olvidé- dice apenado.

-No pasa nada- dije mientras volteo para guardar mis regalos, pero me detuvo agarrándome por el brazo y girando me hacía él para darte un abrazo.

-Te prometo que te lo compensaré- siento un beso en mi cabeza.

-No prometas lo que no cumplirás- le dije en forma de juego intento hacerles cosquillas cosa que es muy débil en eso, cayó sobre mí y yo sobre la cama, nuestras miradas se encontraron por unos segundos, unos segundos que se sintieron una eternidad, al menos para mí, él me intenta hacer cosquillas como venganza y lo logra con mucha facilidad, si él es débil para las cosquillas yo soy peor, me revuelco en mi cama sin poder detenerlo aunque quisiera, patee sin querer los tacones y la caja donde estaba el collar.

-Para! Para por favor- le suplique, cosa que me lo concedió, me senté en la cama tomando un poco de fuerza, él se acostó y tomo una de las notas que deje en mi cama.

-Para que pisotees a todos los hombres que quieras, pero con elegancia...- levanta su ceja y su rostro se hace más sexy cuando hace eso.

- La que me regaló los tacones- subí mis hombros y solté una risa.

-Si vas a hacer una buena esposa debes serlo de la mejor forma- sus ojos se abrieron y sus mejillas se pusieron un poco rojas.

-Es una broma de Rosa- me excuse, y baje la mirada de la vergüenza.

-¿Rosa te regalo la lencería que vi?- si pregunta fue más que una afirmación, solo asentí aún verlo.

- Feliz cumpleaños, a la chica más linda, con todo cariño... Simón- sus cejas se juntaron, parece confundió. -¿Simón es?- me preguntó.

-Un amigo- terminé la frase, él aún seguía con sus cejas juntas y creo que algo molesto, no, no, no imposible.

-Prepararé la cena, tienes hambre?- me preguntó levantándose.

-Claro!- le regalé una sonrisa, los dos salimos del cuarto hasta la cocina.

-Hoy te prepararé la mejor comida que comerás en tu vida- me dice, poniéndose el delantal, me sorprendo ante su seguridad.

- Que me preparas?- me siento en el comedor que da vista a la cocina.

- Arepa!- lo dice como si no fuera obvio lo que iba a preparar, no pude evitar reír a carcajadas.

-Te ayudaré, no se te vaya a quemar- le dije en forma de burla, me acerque a él y agarre una taza para servir agua.

-Hoy te haré la cena yo- dice quitándome la taza.

-Y yo que haré?- le pregunté, se acercó a mí, me cargo hizo que mis manos rodearon su cuello, y sus manos bajaron hasta mi cintura tomo mis muslos e hizo que mis piernas lo rodearan, nuestras miradas volvieron a chocar, esta vez mi cuerpo reaccionó de una manera que jamás lo había hecho, un corrientazo paso por mi cuerpo, era algo que nunca me había pasado, quite la mirada de sus ojos y me llevo hasta la mesa que está junto a la cocina, me dejó ahí sentada, mis pies estaban en el aire.

-Te quedas ahí hasta que termine de cocinar- me ordeno en forma de juego, asentí con una risa.

Olvido mi cumpleaños y no la pasamos todo el día juntos, pero mi día especial termino con el hombre que amo, si, lo sé, él no me ama, pero estar con él me hace sentir bien.

¿*Y tu dignidad donde la dejas?

Lo se lo se*.