Destino O Casualidad

Tres meses después

Desde los últimos meses las cosas cambiaron, Eduardo y yo no estamos muy bien del todo y hoy quiero llegar temprano para preparle algo de comer y que hablemos sobre los problemas que tenemos.

Compro todo lo que necesito para la cena, al llegar encuentro su auto estacionado donde lo deja siempre, a un así me anime y entre a la casa, dejo todo en la cocina, pero un ruido que viene de la habitación me llamo la atención, es la voz de Eduardo y no está solo, la voz de una mujer muy familiar estaba con él, al subir se escuchaba con más claridad, son gemidos y besos, al abrir la puerta me encuentro con la escena más dolorosa de mi vida, mi prometido y mi mejor amiga teniendo sexo en mi cama, se me escapó un sollozo qué llamó su atención deteniéndolos.

No pude seguír hay y miraralos como me en gana en mi propia casa y en mi cama.

- Jennifer...... espera - me separó de Doris y me visto lo más rápido que pude y la seguí.

La detuve en la entrada de la casa.

- Quita tú sucias manos de mí - me aparto de él.

- No es lo que piensas, es un error.......

- Me estás diciendo que acostarte con mi mejor amiga fue un error - suspiro y dejo caer mis lágrimas - qué poco hombre eres, dejen mi casa ya mismo o llamare a la policía.

- Por favor arreglemos esto - me intento acercar a ella y recibo una bofetada.

- Le pegué tan fuerte como pude - no tenemos nada que arreglar Terminamos - miro a Doris - los dos están muertos para mí.

- Qué esperabas, llevamos casi dos años acostando os juntos - la mire fría - el es mio nunca fue tuyo.

-Cállate maldita perra, eres una cualquiera siempre lo ha sido - me acerco a Doris y le pego una bofetada.

- Tenía mucho cuidado con lo que dices, estúpida - le devolví la bofetada a Jennifer.

Comenzamos una pelea, deje a Doris en el frío piso de la sala y me coloco sobre ella pegándole y arañando su cara, Eduardo me quito de encima de ella.

- Parece ustedes dos - me pongo en medio - Paren las dos, son amigas.

- Fuimos amigas, no quiero saber nada de usted ustedes dos, todo el mundo me lo decía, que ustedes son un aprovechado y que solo se acercaron a mí por el dinero, tenían razón, no son más que unos pobretones, basura con otra basura les va bien por eso son compatibles, de mí ya no esperen nada más, dejan mi casa ya mismo o los echaré como perros - le escribo a Franqui, el llego minutos después con mis hombres.

- No puedes hacerme esto.

-Si puedo, yo la compre está a mi nombre y tú no eres más que una plaga en ella - llamo a mis hombres - saquen las cosas de estas dos personas, Franqui ddejaréque te dé ese gusto, lo dejo en tus manos, ah y quítales las llaves a un que no importa cambiaremos las cerraduras

-Si señorita Jennifer así se ara yo me encargo - la veo salir de la casa mientas los hombres comienzan a sacar toda las pertenencias de Eduardo y Doris.

Salí tan rápido como pude de eso casa, mientras daba un paso mis lágrimas, las cuales llevo reprimido comenzaron a salir, sin poder evitarlo, no voy a llorar aquí, no frente a ellos, no les voy a dar ese gusto.

 Pongo el carro en marcha y conduzco a casa de mis padres, al llegar subo a mi habitación y me dejo caer sobre la cama mientras lloro, dejando salir todo el dolor que siento en este momento.