Espíritus Olvidados

El terror que me agobiaba en esos momentos no era nada al terror que estaba por venir en el siguiente tiempo.

Ese día no pudieron encontrar el cuerpo y lo dieron nuevamente por perdido con el argumento de que era rara la situación.

Ese día no ocurrió nada nuevo, todos regresamos a nuestras casas, yo con muchas ganas de no hacerlo.

Al llegar la situación era la misma, mis padres en lo suyo y mis hermano pequeño haciendo un caos. La que me sorprendió fue mi hermana mayor quien estaba en la sala esperando por mi.

—¿Por qué llegas tan tarde? Este no es el horario habitual.—Me dijo con un tono que incluso percibí amable y atento.

—Amm, tuve un problema en la escuela. Una situación que me distrajo.—Le dije tratando de ocultar el llanto que salía en mis ojos.

—Lo de tu amigo ¿Verdad?—Me lo dijo y corrió a abrazarme. 

Eso me sorprendió mucho más que el hecho que supiera lo de mi amigo, nunca había tenido una muestra de cariño conmigo.

—Si, pero ¿Tú cómo sabes?—Le pregunté mientras aún me abrazaba. 

—Todos los rumores se saben pronto, tengo compañeros en mi escuela que conocen a los tuyos.—Me decía sin soltarme.—La información viaja más rápido que la luz, hermanito.

Usó otra muestra de cariño que era rara en ella. Nunca me había llamado así, en todos nuestros años de hermanos siempre eran ofensas y otras más ni nos hablábamos. Esta vez era muy diferente y la sentí muy sincera, me dió tanta ternura que la abracé ahora yo.

—¡Hay hermanito!—Se expresó así nuevamente con ese cariño.—Sé que debe doler mucho pero las cosas pasan por algo. Tu amigo ahora está en un lugar mejor.

—Es que tú no lo entiendes.—Repliqué a sus palabras intentando rechazar la idea que él se había ido.—Mi amigo no puede estar muerto, no debe ser así.

—Debes resignarte, mientras más rápido lo hagas menos va a doler.

—Eso no es todo, es un caso muy extraño… no me cuadran las cosas.

—¿Quieres conversar conmigo de eso? 

Nunca me habría imaginado que mi hermana tuviera tanto tacto para esas cosas y que fuera así de comprensiva. Cualquier otra persona intentaría sacarme información en modo chisme para llevar la exclusiva ante sus conocidos. Ella estaba comprendiéndome y apoyándome.

—Si, me gustaría conversar con alguien y sacar está incertidumbre que tengo.

—Muy bien, vamos a la mesa y conversemos.—Me dió una gran sonrisa.—Al fin nuestros padres no bajarán, están viendo esa serie otra vez 

Caminamos hasta nuestra cocina, la casa era grande aunque muy desordenada, quizá faltaba algo de atención por parte de todos los habitantes para hacerla lucir como en verdad merecía.

Al llegar al comedor mi hermana prendió la luz para iluminar mejor, a esas horas la luz del sol escaseaba.

Nos sentamos aunque yo ya estaba más calmado que antes, me sentía bien y esa actitud de mi hermana había ayudado mucho a calmar mi alma.

—Cuéntame ¿Qué es lo raro de la situación?

—No sé si me vas a creer, yo mismo no sé si aún me creo y cuando me lo dijeron no lo creí.—Le dije revolviendo un poco la situación y las palabras, creo que era el reflejo de mi mente, así de revuelta y confusa estaba. 

—Tú cuéntamelo, las verdades casi siempre son así de confusas y nadie las quiere hasta que no tienen opción.—Las frases que siempre decía eran muy buenas, esa característica era tan antigua hasta donde yo recordaba.

—Hace cuatro días se supone que él desapareció en la escuela, todos los alumnos lo sabían menos yo y eso que es mi mejor amigo, imagínate cómo me sentí.—Continúe mientras hablaba más rápido, creía que haciéndolo terminaría pronto pero olvidé que no se me entendía bien cuando hablaba de ese modo.

—Calma, tranquilo, estos temas deben conversarse bien si no parece chisme.

—Entiendo… perdón, es solo que quiero ser rápido para no aburrirte.

—No lo harás, tranquilo que tenemos tiempo de sobra.

—Muy bien, sucede que mi amigo desapareció y nadie puede dar razón de eso. Lo hizo hace cuatro días pero muy extrañamente se aparece su cuerpo en distintas partes de la escuela pero solo se puede ver a través de las cámaras. Cuando uno va a ese lugar es como si no estuviera.

—Y ¿Quién más ha notado eso de lo que me cuentas?—Preguntó bastante interesada en el tema y no dudando de mis palabras en ningún momento. Eso fue lo que me sorprendió más.

—Sus padres y la maestra, de ellos estoy seguro porque estaban conmigo pero no sé si lo entiendan bien o si alguien más lo sepa.—Le respondí sin levantar la mirada que estaba fija en la mesa como si fuera un niño regañado por los padres en ese momento.—Escuché muchas cosas en el grupo y prácticamente me enviaron a investigar a la dirección. Al enterarme de mi amigo corrí sin pensarlo dos veces y llegué hasta ahí.