Ava es una joven a punto de graduarse de doctora el cual siempre ha sido su sueño, al conocer a maximiliano un hombre multimillonario quien queda hipnotizado por su belleza, su amor se basa en romance hasta que el tuvo un terrible accidente quedando en coma, ella se ve obligada a tomar decisiones si el, cuando el despierta el caos llega y ella descubre lo despiadado que es, ¿podrá Ava salir a tiempo de ese amor sin remedio?
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La Boda
Han pasado semanas y Maximiliano sigue en el mismo estado, sin reaccionar ni abrir sus ojos. Pero yo no me rindo. Sigo hablándole con amor y dedicación, día y noche, esperando a que algún día pueda escucharme y responder.
Mientras tanto, he estado trabajando en mi futuro. Mi madre me ayudó a hablar con la directora de la universidad y logramos un acuerdo para que pueda terminar mis estudios de medicina de manera virtual. Me pareció perfecto, ya que no quería estar fuera de casa todo el día y no podía dejar a Maximiliano solo.
La universidad tiene un convenio con el hospital local, así que podré realizar mis prácticas allí. Estoy emocionada de empezar mi semestre virtual la próxima semana y seguir adelante con mis estudios. Me siento afortunada de tener esta oportunidad y no quiero desperdiciarla.
A pesar de la situación con Maximiliano, estoy decidida a seguir adelante y hacer todo lo que esté en mi poder para ayudarlo a recuperarse y también para cumplir mis sueños. La vida es impredecible, pero no voy a dejar que eso me detenga.
Bajé a desayunar con la señora Paulina y Arnold, y nos sentamos en la mesa del comedor. El desayuno estaba delicioso, y comimos en silencio durante un rato. Luego, les di la noticia de que había logrado un acuerdo con la universidad para estudiar de manera virtual y realizar mis prácticas en el hospital local.
La señora Paulina se alegró por mí y me felicitó por mi determinación. Arnold también se mostró interesado y me preguntó sobre mis planes para el futuro.
Justo cuando estábamos terminando de desayunar, sonó el timbre de la puerta. La señora isabel fue abrir y regresó con Elías.
Elías todavía tenía una muleta, pero parecía estar mejorando.
—¿Cómo estás, Elías?—le pregunté, mientras nos saludábamos.
—Estoy mejorando poco a poco— respondió Elías con una sonrisa. —Pero estoy más preocupado por Maximiliano. ¿Cómo está?—
La señora Paulina y yo nos miramos, y luego le explicamos la situación. Elías se mostró triste, pero también determinado a apoyar a su amigo.
—¿Puedo desayunar con ustedes?— preguntó Elías.
—Por supuesto— respondimos al unísono la señora Paulina y yo, y Elías se sentó con nosotros.
—Deberías casarte con maximiliano ya, aún estando así se puede hacer.— Dice Arnold.
Me quedé sorprendida por la sugerencia de Arnold. —¿Casarnos? ¿Ahora?— pregunté, tratando de procesar la idea.
Arnold asintió con la cabeza. —Sí, Ava. Aunque Maximiliano esté en este estado, se puede hacer. Si despierta, será una noticia maravillosa para él, porque era lo que tenían planeado. Y si no... bueno, habrás sido su única esposa mientras su corazón latía—.
La señora Paulina se mostró de acuerdo con Arnold. —Es una idea hermosa, Ava. Maximiliano te ama, y tú lo amas a él. No importa lo que pase, estar casados sería un símbolo de vuestro amor y compromiso—.
Elías también intervino. —Estoy de acuerdo con ellos, Ava. Maximiliano siempre ha querido estar contigo, y esto sería un gesto hermoso de amor y lealtad—
Me sentí conmovida por sus palabras, y comencé a considerar la idea. ¿Podría hacerlo? ¿Podría casarme con Maximiliano en su estado actual? La idea me parecía extraña y a la vez hermosa. No sabía qué decidir, pero sabía que tenía que pensar en lo que era mejor para Maximiliano y para mí.
No tenía nada que pensar. Sabía que quería estar con Maximiliano, sin importar lo que pasara. Lo amaba con todo mi corazón, y estaba dispuesta a estar a su lado en los buenos y en los malos momentos.
—Lo haré—dije finalmente, mirando a Arnold y a la señora Paulina. —Me casaré con Maximiliano—.
Elías sonrió y me felicitó. —Es una decisión hermosa, Ava. Estoy seguro de que Maximiliano estaría feliz si supiera—
La señora Paulina se levantó y me abrazó. —Estoy tan feliz por ti, Ava. Eres una persona maravillosa, y sé que harás feliz a Maximiliano—
Arnold asintió con la cabeza. —Empezaré a hacer los arreglos para la boda. Será una ceremonia íntima, solo con los más cercanos—
Asentí con la cabeza, sintiendo una mezcla de emociones. Estaba nerviosa, pero también emocionada. Sabía que estaba tomando la decisión correcta, y que estaría con el hombre que amaba, sin importar lo que pasara.
Una semana después, todo estaba listo para la boda. Me encontraba en mi habitación, mirándome al espejo, y no podía creer que estuviera a punto de casarme con Maximiliano en su estado actual. El vestido blanco de mi boda era muy sencillo, pero me sentaba perfectamente. Me hacía sentir como una novia, a pesar de que las circunstancias eran tan diferentes a lo que había imaginado.
Me sentí un poco nerviosa al pensar en cómo reaccionarían mis padres cuando se enteraran de la noticia. Sabía que no estarían de acuerdo, y preferí callar hasta que fuera demasiado tarde para que pudieran hacer algo al respecto. También decidí no decirle a mis amigos, al menos no por ahora.
Respiré profundamente y traté de calmarme. Estaba haciendo esto por amor, y sabía que era lo correcto para mí. Me arreglé el vestido y me preparé para bajar y empezar la ceremonia. La señora Paulina y Arnold estaban abajo, esperándome, y Elías actuaría como testigo de Maximiliano.
Era hora de empezar esta nueva etapa de mi vida, y estaba lista para enfrentar lo que viniera.
Tal como lo dijo Arnold, todo estaba arreglado. Nos encontramos en la habitación con un abogado civil, y después de una breve ceremonia, firmamos los documentos necesarios para hacer oficial nuestro matrimonio. Fue un proceso rápido y sencillo, y antes de que me diera cuenta, todo había terminado.
Me sentí un poco aturdida, pero también aliviada. Había tomado la decisión de casarme con Maximiliano, y ahora era oficial. Me acerqué a él y le tomé la mano, sintiendo una sensación de amor y compromiso. Aunque no podía responder, sabía que estaba haciendo esto por él, y por nosotros.
La señora Paulina y Arnold nos felicitaron, y Elías nos dio un abrazo. —Felicidades, Ava—dijo. —Espero que Maximiliano se recupere pronto y pueda disfrutar de este momento contigo—
Cenamos juntos para brindar por nuestra unión, y todo fue sencillo y emotivo. Después de la cena, subí a la habitación para hablar con mi esposo, Maximiliano. Me senté a su lado y le tomé los signos vitales, revisando su estado de salud.
Mientras lo hacía, le hablé con todo mi amor sobre cómo ya estábamos casados. —Ahora eres mi esposo, Maximiliano—le dije, mi voz llena de emoción. —Estoy aquí para ti, para cuidarte y amarte, sin importar lo que pase—
Le acaricié la mano y le miré el rostro, deseando que pudiera verme y escucharme. —Te amo, Maximiliano—le dije. —Te amo con todo mi corazón, y estoy dispuesta a estar a tu lado en los buenos y en los malos momentos—
Me sentí un poco triste al ver que no respondía, pero sabía que estaba haciendo esto por amor, y que él lo sabía, aunque no pudiera expresarlo. Le besé la frente y le susurré al oído: —Estoy aquí, mi amor. Siempre estaré aquí para ti—
Me acosté a su lado y las lágrimas brotaron de mis ojos una vez más. No quería que nuestro matrimonio fuera así, con Maximiliano inconsciente y sin poder responder. Quería que estuviera presente, viéndome con sus ojos negros brillantes, con su sonrisa cálida y contagiosa. Quería sentir su abrazo, su calor, su amor.
—Esto no es lo que yo quería, mi amor— le dije entre sollozos. —Quería que estuvieras aquí conmigo, que compartiéramos momentos felices juntos. Quería verte sonreír, verte reír, verte amarme con todo tu corazón—
Lloré y lloré, hablándole de cómo me sentía, de la tristeza y la desesperanza que me invadían. Le dije cuánto lo amaba, cuánto lo necesitaba, y cuánto deseaba que se despertara y estuviera conmigo.
Finalmente, el cansancio y la noche me envolvieron en su sumisa oscuridad mientras me quedé dormida a su lado, con mi mano en la suya, y mi corazón lleno de amor, esperanza y mucha tristeza...