El Paraíso De Adán

La puerta del conductor se abrió y aquel señor que me trajo aqui salio del la limusina, camino hacia el otro lado y abrió la puerta, unas piernas largas con pantalon blanco y zapatos caros de diseñador se hicieron presentes, el diablo se bajaba de la limusina y venia hacia a mi, mis manos temblaban a cada lado de mi. Que se supone que debia decirle, bienvenido esposo que tal el viaje, no no definitivamente no eramos esa clase de pareja, en realidad no eramos ninguna, siquiera eramos pareja?, dios cada vez se acercaba mas, que deberia decir bienvenido amo o señor Krimett, estaba vuelta un lio.

Sus paso se detuvieron delante de mi, me miro, lo mire, su ceño se frunció en molestia y fastidio, parece que esa era la unica expresión que conocería de mi esposo.

Mi voz salio de mi apurada cuando me di cuenta que el diablo llevaba esperando demasiado rato delante de mi.- Bienvenido emm.- me quede en el aire pensando que era lo correcto, esposo? Adan? Amo?.- mm Bienvenido.

Dios que alguien me mate, nisiquiera sabia porque coño le habia dicho bienvenido dos veces, que estupida y el estaba ahi solo viendome fastidiado de mi estupidez, acorto los pasos que nos separaban y estiro su mano donde llevaba el maletin hacia a mi, me quede viéndolo sin saber si el queria que lo tomara, lo acerco mas hacia a mi y lo pego a mi pecho con brusquedad, lo tome con las dos manos, respirando el aliento que me habia robado aquel golpe certero en mi pecho, el solto el maletin y paso a mi lado, me quede ahí parada con el maletin en mi pecho viendo a todos lados pensando, que se supone que deberia hacer.

- Que coño esperas Eva, muevete.

Su voz exasperada me hizo saltar en mi lugar, el maletin resbalo de mis manos y callo al piso haciendo un sonido estruendoso en todo el salon, mire el maletín en el piso abierto y todos los papeles esparcidos por el piso, dios matame ahora.

- Pero que coño haces niña.

Levante mi rostro del maletin y lo mire, su rostro enrojecido de la molestia, camino hacia a mi con mirada asesina, mirándome como un cazador a su presa, el iba a matarme, iba a devorarme, a picarme en pedazos y repartirlos por toda la isla, mientras mas se acercaba a mi mas me encogía en mi lugar, cerre mis ojos esperando el golpe que seguro me daria, temblando como la cobarde que siempre habia sido, en silencio sin decir nada, simplemente esperando pero nada paso.

- Que coño haces ahi recoge todo eso ahora Eva, arregla tu desastre.

En ese momento reaccione, abri mis ojos y lo vi a 2 pasos de mi, con una mano en la cadera y la otra en la frente, mirándome con fastidio, lo mire asegurándome que cuando me moviera a recoger los papeles el no iba a sacar un cuchillo y clavarlo en mi espalda, o ahorcarme con su corbata mientras estaba descuidada, estaba siendo demasiado paranoica, mientras lo miraba solo pensaba en las mil y un maneras en las que el gran amo Adán podria castigarme, podria hasta matarme y nadie lo sabría, tiraría mis restos a los animales y solo podria decir que escape, desapareci un dia y no volvi y quien sospecharía del gran Adan Krimett, quien le llevaría la contraria, estaba perdida, el me mataria y yo...

- En que coño piensas Eva, recoge mis papeles ahora.

Me agache rapido y comence a recoger los papeles, mis manos temblaban y se me dificultaba, recogía y se volvía a salir de mis manos, estaba haciendo el ridiculo horriblemente y queria llorar de la vergüenza, escuche el resoplido de molestia de Adan.

- Ana.- El grito y en menos de un minuto ana ya estaba aqui.

- Si amo que necesita.

- Ayuda a mi esposa con este desastre, cuando termines llevas mi maletin a mi oficina.- El se dio la vuelta y salio del lugar, ana se acerco a mi y me ayudo a recoger los papeles en silencio, cuando terminamos de recoger y nos levantamos, ella tomo el maletín de mis manos rapidamente y se retiro, dejándome ahi parada sin saber que hacer, habia pasado una horrible vergüenza en mi primer dia como esposa de Adán Krimett.

Despues de la vergüenza que pase al medio día me encerré en mi habitación y no volvi a salir, me acoste en mi cama y me quede dormida rápidamente, estaba soñando con un lindo campo de flores, flores silvestres de lindos colores me rodeaban, bailaba entre las flores tan feliz, me sentia libre, tranquila en paz como nunca en mi vida me había sentido, el canto de los pajaros se escuchaba, el cielo estaba claro, todo era perfecto, pero de repente el cielo oscureció, las flores se marchitaron, serpientes comenzaron a rodearme, se subían por mis piernas, iba a morir, solte un grito asustada y me levante, mis ojos se abrieron alarmada, ese había sido un sueño muy perturbador, mi corazon latía apresurado en mi pecho, me levante de la cama y el sudor corria por mi frente, mi ropa estaba mojada del sudor y pegada a mi cuerpo, me levanté de la cama y me arranque la ropa, sentia que no podia respirar, intentaba respirar y regular mi respiración atascada en mi pecho.

- Siempre duermes desnuda esposa?

- Aaaaa.- el grito salió de mi rápidamente, pero que carajos hacia el diablo en mi habitación.- Dios que hace aquí como entro, en que momento entro, usted...

- Vine a llamarte para la cena, ya que te saltaste el almuerzo y entre por la puerta obvio, ahora me respondes esposa.- El se acercó a mí lentamente y yo solo me quede ahí procesando el hecho de que el almuerzo había pasado y no fui parte de él, pero cuanto había dormido, mire hacia la ventana y él sol se estaba escondiendo.

- Eva?.- volteé a mirarlo de nuevo y estaba justo al frente de mi, mi respiración se atascó en mi garganta, sus ojos ámbar eran como dos soles preciosos, sus pestañas le hacían un contraste angelical, su cabello estaba mojado cayendo hacia todos lados, al parecer acaba de bañarse.

- Lindos pezones.- Su mano apretó mi pezon suavemente y volví a la realidad, estaba completamente desnuda delante de el, pegue un pequeño grito y me eche hacia atrás, jale la sabana de mi cama y me tape como pude avergonzada, el solo rio se dio la vuelta y dijo.- Te espero en el comedor esposa, no tardes.- Salio de mi habitación y cerro la puerta, que hasta ahora me daba cuenta que siempre estuvo abierta, mi corazon martillaba en mi pecho, que habia sido eso.