aveces es mejor caminar con soledad, que con alguien mas
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Desperté con un deseo enorme de hablar con ella, "soledad", tome el teléfono y dude por un largo rato si llamarla o no, debe estar molesta y lo entiendo bien si no me quiere hablar, pero como soy insistente, le deje mensajes por todos lados, -si a veces soy un fastidio debo admitirlo-, luego de un par de horas ella respondió, "¿en qué le puedo ayudar caballero?", bastante puntual su respuesta, pero la entiendo, después de todo yo me lo busqué, "tenías razón cuando dijiste que eso no duraría mucho y que la historia se estaba repitiendo nuevamente", -le dije con un nudo en la garganta -, ¿problemas en el paraíso?, -pregunto ella-, ¿de qué paraíso hablas?, -le dije-, sabía bien de que me hablaba, era más que evidente, pero debía hacerme el loco un segundo, tú y Amelie, ¿pasa algo que yo no sepa?, -pregunto un poco curiosa, podría jurar que se lo imaginaba, pues ya medio mundo sabía que me habían visto la cara de cabrón-, ella y yo ya no más, -le dije con enojo, necesitaba drenar lo que sentía en ese momento y por alguna razón que desconozco, ¿sabía que ella me escucharía sin reproches y sin juzgarme, puedes venir?, -pregunté-, para ti siempre estoy disponible bebé, solo dime la hora y allá estaré, -me dijo-, ¿puedes ya?, -pregunté-, claro bebe, ya voy para allá, -me dijo mientras colgaba la llamada-
...Al rato...
La puerta suena 2 veces, «toc toc», ya sabía que era ella, así que fui y abrí la puerta, me sorprendió que al verme solo abrió sus brazos y dijo, "ven aquí", me abrazo tan fuerte que parecía un niño en sus brazos, correspondí de la misma manera, cerré la puerta y ambos entramos al departamento, ella no emitió palabra alguna, solo me abrazo durante un largo rato, ¿quieres hablar?, - me preguntó-, negué varias veces con la cabeza, solo quiero dejar eso atrás y avanzar, -le dije-, ella me miró y sonrió sin dejar de abrazarme, suspiré y en ese momento decidí dejar atrás lo que en el pasado se debía quedar, ¿aún te gustó?, -le pregunté-, esa es una respuestaa que ya tú sabes bebe, -me dijo con una sonrisa-, pero me gustaría volver a escucharlo de tus labios, -le dije un poco coqueto-, convénceme de decirlo, -me dijo ella en tono retador-, sin pensarlo dos veces y aun en sus brazos, tome su rostro en mis manos y -la bese-, ella correspondió mientras jadeaba, enredo su lengua a la mía, mm~ no me gustas, me encantas~,, pero no te lo mereces porque me rechazaste varias veces, -hizo puchero mientras dijo e intensificaba el beso-, se notaba que realmente ambos nos extrañábamos, de mi parte, mi temor era que no me respondiera, pero al escuchar que le gustó, simplemente sabía que desde ese momento me dedicaría a hacer que ella se sintiera cómoda a mi lado, sin importar lo que pasará, mi única meta sería darle un rato agradable y demostrarle que no era solo se**, que realmente me interesaba como mujer, mi verdadero temor, era que ella no tuviera el mismo interés en mí, pero eso lo averiguaré después, ¿la propuesta de ser mí amante sigue en pie?, -pregunte-, si, aún sigue en pie, aunque no te lo mereces, -me dice mientras jadea-, la beso con mucha hambre de ella, mientras mis manos recorrían su cuerpo como la primera vez, ella temblaba en mis manos, ardía de placer con cada caricia, sus gemidos cubrían el departamento completo mientras mi lengua jugaba entre las delicias de su pecho, -te extrañe, le dije mientras ella subía y bajaba-, jadeo mientras recogía su cabello en una cola alta sin amarre, mientras movía su cadera al ritmo de la mía.
El cuarto se nos quedó pequeño con cada posición, el piso, el sofá, la cama e incluso las paredes, fueron testigos de nuestro trato «lo que pase en este departamento, aquí mismo se queda, nada de demostraciones de amor público, ni celos, ni reclamos sin sentido», esa noche parecíamos conejos, cogimos en todos lados, no hubo rincón del departamento que no quedara impregnado con su olor, hasta que llegó el punto en el caímos agotados en la cama, minutos después, la tome entre mis brazos y la lleve cargada hasta la tina, donde nos duchamos entre sales y escénicas de rosas, desde hoy me esforzaré por hacerte sentir bien a mi lado, para que sepas que no es solo se***, tendremos citas, una que otra vez te traeré flores y te sorprenderé con cualquier cosa que se me ocurra, para que veas que realmente me interesas, -le dije mientras acariciaba su rostro-, me sonrió amablemente y asintió, estoy bien con eso bebé, además, tú me debes una salida, -me dijo-, eso me agrada porque te voy a consentir mucho, -le dije mientras le dejaba besos tiernos sobre su cuello-, eres muy dulce Gerald, no te conocía de esta manera, -me dijo-, si soy, le dije, con la diferencia de que no lo soy con todo el mundo, -le dije-, ah ¿entonces tengo privilegios?, -me dijo ella-, solo soy así con quién me interesa, -respondí-, ¿te intereso?, -me pregunta en tono juguetón-, pues, aunque no me lo creas me interesas y mucho, -respondí-, ¿pero si antes ni me mirabas?, -pregunto ella-, a veces debemos golpearnos tantas veces, para darnos cuenta y entender que hay que mirar a los lados, siempre me has gustado, solo que nunca me atreví a decirte nada y menos porque yo tenía pareja en ese momento, -le dije- lo entiendo bebé, pero ahora eres mío, aunque para serte muy sincera, no creo que estés solo conmigo, -me dice-, pues créelo, porque extrañamente solo es hoy contigo y no quiero a nadie que no seas tú, a mi lado, -le dije mientras la abrace y le di un beso en los labios-, ella me correspondió al abrazo de manera fuerte, como si sintiera miedo de perderme, así que lo le dije, "estoy solo contigo, solo me interesas tú".