Para ser guerrera no se necesita tener una armadura, tampoco tener super poderes y mucho menos una espada mágica, para ser guerrera, necesita tener humildad, decisión, amor propio y mucho carácter, para poder enfrentaras adversidades que la vida le presenta, con esa armadura se viste todos los días Cristina Mejia para salir adelante junto a su pequeña hija de ocho años.
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Mareo.
En la ciudad De Boston Estados Unidos, El joven Martin Del Valle ingresaba a la universidad era un joven de 20 de buen parecer con cabellos castaños y ojos color miel, alto y con un carisma divertido, era su segundo año en ese país por lo que él, hablaba un inglés fluido, a si mismo como a todos a su edad el amor tocó la puerta de su corazón, había una joven morena becada en aquella universidad de prestigio de la ciudad.
Martin---: Disculpa no te vi.
Raiza----: Descuida, yo soy la ciega, me llamo Raiza Hurtado, soy de Ecuador.
Martin---: Yo también soy de Ecuador, soy Guayaquil.
Raiza----: Y yo de la tierra verde, Esmeraldas.
Martin---: Me alegra tener una compatriota, aquí.
Martin encontró a una hermosa mujer de su mismo país, talvez con diferentes costumbres, pero del mismo país, amistad que fue creciendo con el tiempo, convirtiendo esa bonita amistad en amor, su relación se fortalecía con las semanas.
En Ecuador, Cristina soñaba despierta con volver besar los labios de José, sacándola de aquella hermosa imaginación su tía Maura, que al verla distraída la regaña severamente porque los patrones estaban por llegar y el almuerzo no estaba listo.
Maura---: Niña, por favor apúrate.
Cristina se levantó deprisa que enseguida se mareó, se sostuvo del mesón para no caerse, Cantina que se dio cuenta empezó a burlarse de ella.
Cantina---: ¿Te mareaste, estás embarazada?(ríe)
Maura---: Mareo, estás enferma no me digas que tienes novio a escondidas niña tonta (enojada).
Cristina---: No, solo sentí mucho mareo, pero estoy bien no te preocupes tía.
Maura la miro, de pies a cabeza con desconfianza, como ha estado muy ocupada con sus hijos no se ha percatado de la regla de su sobrina, porque siempre la tiene muy cerca de ella y no le ha visto con nadie que no sean sus hijos.
La hora del almuerzo llegó, José disgusto la comida juntos a sus padres, Maura se encargaba en serviles y estuvo ahí mientras comían por si acaso sus patrones necesiten algo, pero en la cocina, Cristina pregunto muchas cosas a Cantina dudas que quería despejar.
Cristina---: ¿Como es eso del embarazo?
Cantina---: ¿Niña, no sabes lo que es un embarazo?
Cristina---: No por eso te pregunto.
Cantina---: El embarazo se produce cuando una mujer y un hombre están juntos, ya sabes desnudos.
Cristina---: Ya lo que hace una mujer y un hombre desnudos no soy tan bruta, yo pregunto cómo sé cuando una mujer está preñada.
Cantina---: Bueno, te falta la regla, tienes náuseas, mareo muchas veces te dan muchas ganas de comer ¿tuviste con un hombre?.
Maura---: Cantina lleva el jugo, estoy con los pies adoloridos.
En comedor, José habla con su padre él les manifestaba que había regresado con su novia la española, también dijo que regresaría a España en unos días, y que después él se casarse con su novia de siempre.
Yolanda---: Estoy emocionada de conocerla hijo, y está bien que se casen ya tienen muchos años de relación.
Jofré----: Cuando conocí a tu madre yo no tarde mucho tiempo en hacerla mi esposa, sabía que ella era la indicada para mí.
José---: Si papá ahora lo sé Romina es la indicada para mí, de verdad que estoy enamorado.
Yolanda---: Ojalá la boda sea allá, y así tomaremos vacaciones en España, esas niñas no vienen rápido con el jugo.
Cantina---: Disculpe señora la tardanza.
Yolanda---: Niña por favor las cosas es rápido, por poco nos atoramos.
Jofré----: No seas dramática mujer, que la comida está buena entre más tiempo la tengo entre los dientes más sabor tiene(ríe)
José---: Papá no seas asqueroso.
José subió a su habitación, prendió la computadora reviso los nuevos mensajes que le envío su novia, sonreía mientras le contestaba, Yolanda ingreso a la habitación de su hijo encontrando lo feliz, eso la tranquilizó porque en algún momento ella pensó que su hijo se involucraría con la joven Cristina.
Yolanda---: Iré con tu padre a una reunión de bananeros, quieres venir con nosotros.
José---: No madre, preferido estar aquí, le contestaré los mensajes a mi novia y luego iré al río a nadar un poco.
Yolanda---: Bueno hijo, nos veremos en la cena, divierte en el río.
Mientras tanto en la cocina, Cristina analizaba las palabras que le dijo Catina, empezó a contar los días de retraso en su menstruación, recordó que el mes anterior no había bajado y ella se olvidó con los días, estaba por el segundo mes y tenía una semana de retraso, donde ella se emocionó recordó aquella tarde en el río y ya eran dos meses desde ese maravilloso encuentro, ella quería correr e informarle al señorito José, como ella lo llamaba, pero se detuvo al recordar lo que le dijo la señora y además su tía estaba muy cerca.
Maura---: Cantina y yo iremos por leche, ya venimos lava los platos y empieza por la merienda.
Cristina---: Está bien tía.
Cristina vio a su tía irse juntos a Cantina con un cubo en sus manos, se puso a lavar los platos, se sentía desesperada por ir con la noticia a José, cuando se daba por vencida vio salir sus patrones, en la casa solo estaban ellos dos y no había nadie quien le prohíba hablar con José, se limpió las manos y subió muy de prisa las escaleras, tocó dos veces y José ordenó que pase.
José---: ¿Cristina que haces en mi habitación?
Cristina---: Joven, tengo algo que decirle.
José---: Que ocurre porque estás preocupada.
Cristina---: Joven creo que estoy preñada de usted.
José---: ¡Queeee!
Cristina---: Si, joven mire yo nunca he tenido novio, la única persona que ha estado así bien cerquita a mi es usted.
José---: Eso no puede ser, solo una vez tuvimos juntos y una mujer no se embaraza con una sola vez.
Cristina---: Señorito es verdad que estoy preñada de usted (nerviosa).
José---: Cállate no digas estupideces.
Cristina---: Pero yo pensé que usted me quería porque decía que era hermosa y me beso.
José---: Eres una sirvienta, y tú solita te engañaste, yo jamás me enamoraría de una sirvienta además yo tengo a mi novia.
Cristina---: (con lágrimas en sus ojos) pero yo pensé que usted me quería como yo a usted.
José---: Las sirvientas no solo están para cocinar también están para satisfacer a sus patrones yo solo hice lo que me tocaba hacer, ahora sal de mi habitación.
Cristina---: Pero señorito le digo la verdad yo estoy preñada de usted
José---: ¡Cállate! (la abofetea) no vuelvas a decir nunca más que estás embarazada mi, sal de mi habitación escuchaste.
Cristina cayó a la cama por impacto de la cachetada, su labio inferior se rompió de lo cual dejo sangre en la sabana blanca de la cama de José, se levantó de prisa y salió corriendo con lágrimas en sus ojos, al llegar a la cocina ella lloró, limpio sus lágrimas al escuchar a su tía, que al llegar se percata que su sobrina había llorado.
Maura---: ¿Qué te paso?
Cristina---: Me caí tía puedo irme a la casa, el problema es que me duele mucho el golpe.
Maura---: Si hija ve, yo te justifico con la patrona.
Cristina salió muy deprisa, ella solo quería morirse, sentía que su pecho se oprimía como sin le apretaran el tórax su mente y corazón sangraban del dolor, tenía tanto dolor que se le dificultaba respirar, no quería encontrar a nadie en su camino así que se sentó en un árbol en medio de las bananeras a desahogarse atreves del llanto.
Por su parte José miro sus manos, estaba arrepentido de haber golpeado a Cristina, mirando las gotas de sangre en su sábana se sintió miserable, el jamás había insultado a una mujer y mucho menos la había golpeado, pero de alguna manera el tenía que alejarla. Él no creía del embarazo, lo primero que pensó fue que Cristina se iba a aprovechar de ser menor de edad para sacarle dinero a su familia.
José---: Mierda no tenía que haberla golpeado.
En la hora de la merienda José y sus padres se disponían a cenar como todos los días, Cantina que era la única que dormía ahí en la casona era la se encarga en servirle la cena, pero al probarla se percatan que no tenía el mismo sabor de siempre.
Yolanda---: ¿Está comida no la cocino Cristina?
Cantina---: No señora, Cristina se sintió muy mal y se fue a su casa temprano no alcanzo a cocinar.
Jofré----: Ojalá esa niña se mejora rápido, no es lo mismo que otra persona cocine.
José miró a sus padres, él sabía cuál fue la enfermedad de Cristina volvió a mirar sus manos y el apetito se le fue de inmediato.
Mientras tanto en el chalé de Maura, Cristina no dejaba de llorar, tenía que decirle a su tía que estaba embarazada antes que otras personas se lo digan.
Maura---: Ya Cristina no es para tanto, levanté.
Cristina siguió a su tía al comedor, estaba nerviosa y no sabía cómo iba a reaccionar su tía, tampoco quería decir el nombre del padre de su hijo, temía que su tío aproveche la situación y obligue a la familia Muñoz a darle dinero.
Cristina---: Tía, estoy preñada...