Diurnos | VOL. I

...

Al reaccionar todo seguía como antes, como si nada raro hubiese sucedido; sus amigas se hallaban platicando mientras recortaban semanarios y colocaban las figuras sobre la tabla, muy concentradas en lo que hacían. Pero al levantar su cabeza y dirigir su vista hacia la forastera, se percató de que la joven también la estaba viendo, con sus empíricos y adorables ojos color cielo, bien puestos sobre ésta.

Ambas jóvenes se miraron por unos segundos que parecieron eternos. Tanya se sobresaltó por ello, tanto que su corazón se aceleró sin consuelo. Por un segundo pensó que Blake había sido la responsable de aquél inexplicable sueño vivido, como si la muchacha se hubiera adentrado en su mente y hurgando entre los más lujuriosos pensamientos que contenía allí escondidos, provocándole aquél ilógico estado de trance del cual no podía despertarse.

Del sobresalto repentino producto de su nerviosismo, dejó caer los periódicos y semanarios que tenía entre sus manos, los cuales estaba recortando. Gina rápidamente se los recogió del suelo.

Tanya: (Agitada) – *¿¡Qué mierda fue todo eso!? ¡Carajo! ¿¡Acaso soy una maldita pervertida!? Santo Dios, a ésta altura estoy convirtiéndome en una...* – Gracias Gina, resbalaron de mis... De... – (Observa sus manos. Estaban temblando) – Mis manos... – *Temo estar obsesionándome con Blake. * – (Saca su inhalador y rápidamente aspira de él)

Gina: – ¡Tanya! ¿Te encuentras bien? Te ves algo pálida. – (Se dirige a Camille) – ¡Camille, tráele un poco de agua, creo que está teniendo un ataque de asma! – (Preocupada) – Está sofocada, tal vez haga mucho calor aquí dentro, ¿podrías bajar la calefacción un momento, por favor? Gracias... – (Abanicando su rostro con un seminario)

Tanya: (Acalorada) – Estoy bien, estoy bien, Gina... No se preocupen. Fue un pequeño brote... Descuiden. – (Le sonríe a su amiga para despreocuparla) – Tal vez haga un poco de calor aquí adentro. – (Desabrigándose) – * Dios, estoy enloqueciendo... Debo dejar de pensar en ello por el momento. * –

...

Llegó el momento de dar por finalizada la reunión de estudio, para que las jóvenes regresaran a sus hogares y se preparasen para la pijamada en la mansión de Diana.

Blake no asistiría a la velada, ya que tenía algunas cosas que hacer en su hogar, como los quehaceres domésticos que había postergado por juntarse a estudiar.

La muchacha vivía con su hermano mayor y la esposa del mismo; ambos trabajaban para una empresa privada sin moverse de su casa, por lo que gran parte del tiempo se encontraban encerrados en una pequeña habitación a modo de oficina, mientras Blake a menudo los ayudaba encargándose de la limpieza y el orden de la morada, como también de realizar las compras de los víveres que faltaran. Casi siempre estaba ocupada ayudando a su hermano y a su cuñada.

[Mientras tanto, en casa de Diana]

Todas estaban reunidas en la habitación de la anfitriona. Ya habían cenado y desistieron a la idea de ver alguna película, ya que estaban muy entretenidas conversando.

Camille: – Pues... Sigo pensando que es algo extraña. Supongo sabrán de quien hablo, ¿verdad? – (Hace una breve pausa) – Blake es... Rara. No lo sé, es muy callada y reservada. – (Mientras cepillaba el cabello a Yorkie)

Yorkie: – ¡A mí me parece súper! Es decente y muy educada, no como nosotras. – (Ríe) – El hecho de que sea reservada no la hace rara o extraña, Camille. Simplemente se le llama madurez. –

Diana: – Tal vez en Rusia sean así. – (Revisando su celular) – Tienen fama de ser serios y algo frívolos, quiero decir. – (Pensativa) – O por lo menos así los hacen parecer en las ficciones. No lo sé. –

Tanya: – Personalmente, pienso que aún no nos ha tomado la confianza necesaria para abrirse con nosotras. Apenas han transcurrido casi 3 meses desde su llegada al instituto. – (Hace una pausa) – Solo hay que darle tiempo. –

Gina se encontraba cepillando el suave y ondulado rubio cenizo claro del cabello de Tanya, para hacerle una adorable trenza cocida en él, cuando de repente, y al escuchar aquellas palabras salir de su amiga, se detiene sorprendida.

Gina: – ¡Vaya! ¿¡Qué tal señorita!? Hablando de madurez... – (Ríe al ver a Tanya sonrojada)

Camille: (Ríe) – Espera Tanya, ¡acabas de sonar como Blake! Demasiada madurez por un día, perra. –

Gina: – ¿Y tus modales Camille? ¿Dónde quedaron? – (Revolea sus ojos) – Agh. –

Camille: (Ríe sarcástica) – Los perdí cuando conocí a Yorkie. – (Se queda en silencio por un momento) – De todas maneras y volviendo al tema; Blake... ¿No les da un poco de intriga? Quiero decir... Lo que dijo hoy en la tarde, ¿no les pareció un comentario propio de alguien experimentada? Sí saben a lo que me refiero, ¿verdad? – (Mira a sus amigas) – Además, nunca habla de su pasado; actúa y habla extraño, como si fuese una especie de adulto disfrazado. – (Pensativa) – Hasta parece que se aburre con nuestras tonterías. ¿Ustedes qué opinan chicas? –

Yorkie: – El problema ha de ser que tal vez nosotras seamos demasiado inmaduras para ella, Camille. – (Ríe) – La chica está bien, nosotras claramente no lo estamos. – (Haciendo morisquetas para que las demás se rieran)

...

Diana: – Mhm... A mí se me hace que le gustan los mayorcitos. – (Mientras stalkeaba perfiles, sin quitarle la vista de encima a su móvil) – ¿No les da cierta vibes de adultofílica? Porque a mí sí. – (Sonríe sarcásticamente)

Camille: (Cruza miradas con Diana) – No me lo creerías, pero llegué a pensar de igual manera, Diana. ¿Será por eso que nunca menciona a ningún ex? Vaya... – (Pensativa)

Yorkie: – ¡No! Chicas, ¡no! ¡Qué espantoso! – (Haciendo mueca de asco) – Personalmente me niego a creer eso. – (Pensativa) – Puede que solo haya tenido alguna mala experiencia con alguien, como a todas nosotras nos ha sucedido antes, y simplemente no quiere hablar del tema porque le molesta. – (Se cruza de brazos) – ¡O tal vez ni siquiera haya estado de novia antes! ¿Ustedes qué saben? Tendrá sus motivos para no hablar de nadie. –

Camille: – Espera, ¿¡qué!? – (Sorprendida) – Yorkie, ¿tu crees que con esa hermosa cara que tiene no haya estado de novia aún? Pfft, me niego a suponer que no haya salido con nadie antes, I mean, es tan hermosa que debe de tener una colección de amantes. –

Gina: – Coincido contigo, Yorkie. – (Hace una pausa mientras piensa) – Si has atravesado por una relación caótica o has tenido una mala experiencia con alguien, no quieres hablar al respecto, todas sabemos eso... – (Se echa hacia atrás) – Tal vez tenga algún ex al cual de seguro lo extraña y por eso no habla de ello. Algún amor que haya dejado en su antigua ciudad. – (Hace un gesto con sus hombros) – De todas maneras, dejemos de indagar al respecto. –

Tanya, atenta a todo lo que sus amigas especulaban y decían, no opinaba, solo oía. Y en el momento en que Gina pronunció aquellas palabras, volteó a verla, mas no dijo nada, solo trataba de disimular su cara de desagrado ante el tema. Aquella conversación le molestaba, y eso se notaba en su mirada, estaba muy irritada. Detestaba oír todo tipo de especulaciones falsas en relación a la vida amorosa de Blake.

...

Diana: – Gina, ¿por qué dices que "de seguro lo extraña"? Mhm. – (Dubitativa) – Podría tratarse de una mujer... – (Sarcástica) – Sighs. Tal vez por eso no habla de su vida privada. – (Hace un gesto de disparo con su dedo) – Tal vez sea de "esas". – (Ríe)

Todas dirigieron su mirada a Diana.

Gina: – Es SU vida privada y ya, dejemos de hablar de ella cuando no está. – (Irritada)

Tanya asentía cada palabra que de Gina salía en defensa de la muchacha ausente en la velada.

Camille: (Le propina una suave bofetada a Diana en su hombro) – ¡Oh, Diana! ¿Qué cosas dices? Eres muy mala. – (Ríe)

Diana: – ¿Qué? ¿Mala dices? ¿Por qué? A ver... ¿Y por qué todas me miran de esa manera? ¡No dije nada malo! Podría ser homosexual y por eso no quiere hablar de su maldito pasado. – (Ríe)

Gina: – No fue lo que dijiste, Diana, fue el tono que empleaste al decirlo... – (Hace una pausa) – Por supuesto que no hay nada de malo si así lo fuera, es su vida y puede hacer lo que quiera. – (Mira a su alrededor buscando la complicidad en las miradas de sus amigas) – Es que me suena a que estabas burlándote hace un momento, y ya no es divertido, ¿sabes? – (Enojada) – Fue muy discriminativo de tu parte. –

Tanya: (Traga ferozmente) –... –

Se produjo un silencio en la habitación.

Diana: – ¡Sighs! ¿Qué? ¿Burla por qué? Yo no estoy burlándome de nadie... – (Cruzándose de brazos) – Podría ser bisexual, ¿quién sabe? Además, no dije nada que sonara ni pareciera discriminativo. – (Hace una pausa) – Es más, si yo fuese hombre la invitaría a salir; es muy atractiva, ¿no es así? ¿Qué opinan las demás? – (Ríe con picardía)

Yorkie: (Ríe) – Ya cállate Diana, ¡eres terrible! – (Abanicando su rostro con ambas manos) – No sabes cuándo detenerte. –

Camille: (Agitando sus manos para detener la conversación) – No sé en qué momento ésta conversación se fue de contexto chicas, pero basta ya. – (Ríe de incomodidad) – Terminemos con todo esto y... ¿y si bebemos un té? – (Mirando a Diana) – ¿Diana? Puedo ayudarte a prepararlos si... – (Es interrumpida por la muchacha)

Diana: – Ahora las discriminadoras parecen ser todas ustedes porque... ¡Ninguna respondió a mi pregunta! – (Se cruza de brazos, arrogantemente mientras mira a todas en busca de un blanco) – ¿Qué me dices...? Mhm, ehr... Veamos... – (Señalando a Tanya) – ¡Van Dorff! Ya que estás con poco aporte en el día de hoy. – (Ríe)

Tanya: (Sorprendida) – ¿¡Qué!? ¿Y yo qué hice? Además de nacer y tener asma... ¿¡Por qué me señalas de esa manera!? – (Cruzándose de brazos, enojada e ignorando a la muchacha)

Gina: – ¡Ya, Diana! Deja de molestar a Tanya, siempre la estás fastidiando. – (Mientras abraza a su amiga que seguía enojada)

Diana no paraba de parlotear.

Tanya: – ¡Eso es! Siempre me molestas, Diana. ¡Ya basta! No es divertido. – (Le arroja un oso de felpa a Diana en la cara) – Será mejor que bajemos a beber el té... –

Diana: – ¡Descuida! No es para molestarte, solo tenía curiosidad ya que, ¡al parecer te la pasas todo el día observándola en clases! – (Riendo, le devuelve el oso de felpa arrojándoselo sobre su cabeza) – ¡Maldita acosadora! – (Ríe) – No te tenía de esa manera, ¡vaya atrevida eres! –

Tanya: – ¿¡EH!? – (Avergonzada) – ¡La miraba tanto como los demás! ¡Solo por curiosidad! Dejen ya de molestarme con eso, ¡carajo! – (Se vuelve a cruzar de brazos) – ¿Y en cuanto a tu pregunta? TAL VEZ sí, Diana. ¡Si fuese un muchacho también la invitaría a salir! – (Mostrando rectitud en sus palabras) – Incluso antes que tú, idiota. –

Ríen todas.

Diana: (Sorprendida) – ¡¡No puede ser!! – (Ríe) – ¡Vaya! Me sorprendiste, Van Dorff. Tal vez sí tengamos Tanya nueva este año, maldita gay. – (Riéndose mientras se aventaban osos de felpa y almohadas entre ellas)

Yorkie: (Ríe) – Qué bueno que las aguas calmaron... Ahora sí, ¿podemos bajar y beber té o ya es muy tarde? ­– (Tomándose de su estómago) – Es que me dio un poco de hambre, no es broma... –

Camille: – Tú vives con hambre, Yorkie. – (Ríe)

...

La velada en lo de Diana transcurrió, y a la mañana siguiente, las jóvenes regresaron a sus hogares.

Ya en su morada, Tanya se encerró en su habitación, como de costumbre, y recostada sobre su cama comenzó a pensar en la forastera y en aquél amor idealista e inalcanzable que por ella sentía. Belleza digna de observar y contemplar a la distancia; observarla desde lejos evitando perturbarla; dibujarla en secreto para atesorarla.

La joven, pensativa, temía sincerarse frente a ella por miedo al rechazo, pero, sobre todo, temía no ser correspondida y perder a una posible buena amiga. Sin embargo, sentía que debía sacar coraje y confesarse ante ella porque mientras más transcurría el tiempo, más crecía su deseo por aquella, como también ese vacío en su pecho que añoraba ser rellenado con esos sentimientos.

Blake le gustaba demasiado.

Cubrió su rostro con su almohada para ocultar cuan avergonzada se encontraba. Pensar en tal hazaña la hizo aspirar de su inhalador de lo nerviosa y agitada que estaba, para evitar nuevamente un posible ataque de asma.

Estaba decidida. Al siguiente día se lo expresaría, o al menos lo intentaría.