AMO A MI EX

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Aunque no recuerda lo que pasó esa noche en cuestión, Daniel está completamente convencido de que debió doler mucho a Lucy y aunque no quiso exponerse frente a sus guardias de seguridad, Daniel lloró, le dolió. para ver a Lucy irse.

Sintiendo un dolor agudo en el pecho, Daniel cayó de rodillas, llorando mucho y golpeándose, era como si su cuerpo estuviera muy lastimado, pero una herida invisible, solo se sentía el dolor y lo peor es que no hay medicina, solo Lucy podría curarlo, pero no cree en el amor que él dice sentir por ella, ella también pudo, 2 años, tuvo tiempo suficiente para descubrir este sentimiento, tardó demasiado, perdió la oportunidad de ser feliz.

En ese momento empezó a llover fuerte, las gotas de agua se mezclaron con las lágrimas de aquel hombre inmaduro, parecía un pobre, tirado al suelo, lloviendo encima y exponiéndose al ridículo.

En cierto momento, uno de los guardias de seguridad se acercó a Daniel y lo llamó suavemente, quería que su jefe saliera de la lluvia, pero el hombre no se movió, se quedó allí llorando y recordando todo lo que había vivido con Lucy. Sólo hubo unos pocos momentos buenos, pero ahora parecen tan intensos que Daniel sólo sabe llorar, niño.

A lo lejos, en la oscuridad que iba surgiendo, Lucy observa todo con mucha atención, ver a Daniel así la entristece mucho, pero no puede debilitarse, Daniel no ama a nadie, ni siquiera a sí mismo.

—Vamos Gustavo, el espectáculo perdió la diversión, dijo Lucy, haciendo sonreír a Gustavo.

—Parece estar siendo sincero, un hombre no llora fácilmente y si Daniel lo hizo es porque le duele—Gustavo disparó casi automáticamente, esto hizo que Lucy rodara los ojos de pura irritación, sonrió y dijo:

—No dudes de la capacidad de un hombre desvergonzado, no seas tan inocente, Daniel solo tiene el ego herido, si hubiera sido él quien hubiera pedido el divorcio ahora estaría feliz, además no lo creo. en este amor repentino, porque si Daniel realmente me quisiera, habría roto primero con Juliana, pero eso ciertamente no sucederá y por eso no me dejaré llevar por esas palabras vacías.

—La persona que habló ya no está, no sabía de esa Juliana, respondió Gustavo.

—Deja eso, mañana comienza una nueva etapa en mi vida, espero poder hacer un buen trabajo junto al abuelo.

A partir de ese momento nadie volvió a hablar de Daniel, Lucy y Gustavo hablaban todo el tiempo de temas relacionados con el trabajo y así el tiempo pasó sin que nadie se diera cuenta, pronto cruzaron los grandes portones de la mansión Navarro.

Gustavo detuvo el auto en el patio y aunque llovía mucho, Lucy caminaba lentamente, tal vez quería que ese agua, libre de cualquier impureza terrenal, lavara su cuerpo y su alma, liberándola de todo lo que le oprime el pecho.

En ese momento apareció Carol cargando un paraguas, lo colocó sobre la cabeza de Lucy y dijo sonriendo:

—Gustavo y yo somos del mismo patrón, ¿por qué le pediste que fuera contigo? Y yo, ¿dónde encajo en esta historia?

—No tengo paciencia para lidiar con tus dramas-respondió Lucy y luego corrió hacia la mansión, donde encontró a Nancy, ya sosteniendo una toalla.

—Gracias Nancy, no sólo por la toalla, sino también por aceptar mi invitación para venir a trabajar aquí, dijo Lucy y luego comenzó a secarse, Nancy sonrió levemente y dijo:

—Le agradezco la oportunidad, usted sabe señora Lucy, Daniel es un tipo muy complicado, hace las cosas sin pensar, es realmente extraño.

—¿Por qué dices eso?-Preguntó Lucy distraídamente.

Con una sonrisa incómoda en su rostro, Nancy respondió rápidamente:

—Me llamó queriendo que volviera a trabajar con él, Daniel dijo que ya había reincorporado a los demás empleados y quería que yo volviera también, pero yo ya había aceptado su propuesta, no me gustan las personas indecisas – dijo sonriendo, pero Lucy no le devolvió la sonrisa y rápidamente subió corriendo las escaleras, entró a la habitación y se dirigió directamente al baño.

—¿Tendrá el coraje de vivir con ella en la misma casa que vivió conmigo? ¿Hacer el amor en la misma cama? Esto me parece enfermizo, Daniel está loco y si no me alejo, me volveré loca también-se dijo Lucy mientras se miraba al espejo, una mujer tan hermosa y joven, su corazón ya está hecho jirones, no ¿No parece justo?, ¿no?, así que decidió hacer lo mejor que pudo para escribir una nueva historia.

Después de ducharse, Lucy se puso una camiseta blanca y unos shorts de mezclilla, no eran muy cortos, pero aún así dejaban ver sus hermosas piernas.

Se puso un poco de perfume y se recogió el cabello en alto, dejando algunos mechones sueltos a los lados, se maquilló ligeramente y luego se dirigió a la sala, donde encontró a Leonardo sentado con las piernas cruzadas leyendo un periódico.

—Buenas noches, abuelo, dice y luego besa al mayor en la frente.

—Buenas noches querida, ¿a dónde vas tan “pequeña” así?-Preguntó Leonardo mientras miraba la ropa de Lucy, quien sonriendo rápidamente respondió:

—Ah abuelo, solo voy al cine con Carol y Gustavo, y no soy una “niñita”, soy tu niñita – dijo y luego se sentó al lado de Leonardo y lo abrazó fuerte.

Aunque el mayor no dijo nada, Lucy todavía pensaba que se veía extraño.

-¿Qué está pasando? ¿Problemas en el trabajo? Te encuentro un poco preocupado.

Leonardo iba a decir algo, pero Lucy volvió a hablar:

—Espera, ¿no me vas a decir que ese chismoso de Gustavo ya vino a chismear?-preguntó, con los brazos cruzados, luciendo enojada, Leonardo se quedó en silencio y eso sirvió de respuesta.

—Creo que necesito cambiar de amigos, abuelo, no quiero que te preocupes por eso, solo fue una conversación entre una ex pareja, nada importante, no me afectó en nada…

—Pero dijo que te ama—insistió Leonardo en hablar de ese tema.

—Nada que hacer, también dije varias veces que lo amaba, ese sentimiento era verdadero y puro, pero Daniel desestimó mi amor, así que estoy desestimando su amor-dijo con voz firme y pronto salió de la mansión, no No quería prolongar esa conversación.