En está historia, inspirada en la película «La laguna azul» veremos como Perla y Dayhan, por incidente inesperado, ambos quedan varados en un sitio remoto, mientras que todos los buscan con desesperación, pero ese incidente parece que los ayudará a entenderse mejor de lo que ellos creen. ¿Que pasará con esos adolescentes?
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Capitulo 5
Después de unos minutos, llegaron Andhy y sus amigos, quienes hicieron compañía a las chicas.
El encargado de la seguridad del lugar era el hermano de Gael. Cada vez que había un striptease, le hacía saber a Gael para que asistiera al billar. Gael siempre invitaba a Dayhan, pero él casi nunca quería ir. Esa noche, el fiel amigo estaba de suerte, Dayhan aceptó ir sin ningún problema. Ellos estaban sentados en una esquina, bajo perfil. Dayhan vio cuando entraron las chicas y entrecerró los ojos mientras observaba a Perla. Era imposible para él dejar de mirar su hermosa sonrisa.
Unas horas después, el anfitrión del lugar anunció un striptease de una mujer. Una morena hermosa de veinticinco años, con una piel luminosa y delicada, un cuerpo perfecto, ojos marrones claros, cabello negro ondulado, labios carnosos y una sonrisa que dejaba preso a cualquier corazón. Cuando empezó el espectáculo, todos aplaudieron con algarabía y quedaron boquiabiertas. Las chicas miraban a la morena con cierta envidia, ya que era la reina del lugar.
La morena tenía puesta una diminuta lencería negra y bailaba sexy al ritmo de la música. Miró a una esquina y vio a Gael y Dayhan, a quienes ya conocía. Caminó sexy, con los reflectores sobre ella, y se acercó a ellos. Tomó a Dayhan de la mano y lo puso de pie. Le bailó seductoramente, tocándole sus partes íntimas. Lo llevó a una silla que había en el escenario y lo sentó. Luego se puso de espaldas, se sentó encima de él y se inclinó hacia abajo, logrando que su trasero quedara sobre su parte íntima. Mientras ella hizo movimientos, él le apretó las pompis. Todos los presentes, no dejaron de mirar la escena pornográfica. Para los hombres, era algo excitante ver los movimientos de la morena. Y las mujeres, miraron a Dayhan agarrándole el trasero, jalándole el cabello, mientras se mordía el labio inferior.
Perla no pudo dejar desapercibida tan llamativa acción. Por alguna razón, le molestaba ver la escena. — Ahí está el angelito. No es tan santo como aparenta.
— Ahora me gusta más.— expresó Génesis.
— Me gustaría que me agarre así. — dijo Diana.
— Esta vez, le doy méritos. Dayhan, tienes que ser un perro en la cama. — habló Emma, en voz alta, para ser escuchada por Andhy.
— Ya dejen de hablar del jardinero ese. — pidió Andhy, molesto.
Un rato después, Dayhan estaba en el baño. Se subió la cremallera, se lavó las manos y se dispuso a salir. Iba por el pasillo cuando chocó cara a cara con Perla. Ella lo miró con cierta indiferencia, como siempre. Él continuó su camino.
— Dayhan baila muy bien. — dijo Génesis, que se encontraba detrás de Perla.
Perla fue la que comentó lo que dijo Génesis. — Más bien, a él le bailaron bien. De seguro son amigos, porque pertenecen al mismo nivel. — dijo sarcástica.
— Efectivamente, ella y yo somos muy buenos amigos. — expresó Dayhan con una leve sonrisa. Luego continuó su camino.
Cierto, la morena y Dayhan se habían visto varias veces y no precisamente para bailar. Las apariencias engañan, dice un dicho, y se aplicaba perfectamente a la morena estriptis, porque ella tenía más dinero que todos ellos juntos.
Terminó la fiesta y todos se fueron.
Al día siguiente, los estudiantes se organizaban para irse de viaje.
El señor Raúl estaba trabajando, pero no podía dejar ir a su hijo sin darle la bendición. Pidió permiso por unos minutos para despedirse de él. Llegó a la casa y encontró a Gael sentado esperando a Dayhan.
— Señor, regresó temprano. — dijo Gael.
— Solo vine a despedirme de mi hijo.
— Papá, te conozco, estás preocupado.
— Dayhan, cuídate mucho, hijo. Eres lo único que tengo. — le puso la mano en la espalda y lo miró a los ojos.
— Papá, si quieres me quedo. No importa si pierdo la materia. No me gusta verte así de preocupado.
— No, hijo, estoy bien, solo que nunca nos hemos separado. — dijo el señor afligido.
— ¡Ay! Quiero llorar, pero soy un hombre y los hombres no lloramos. — expresó Gael, con llantos fingidos. Abrazó a Dayhan y este lo empujó, luego se rieron.
El señor Raúl se despidió de su hijo dándole la bendición con mucho cariño.
En muchas familias, la vanidad es más importante que un abrazo, que un beso, que una palabra de afecto. Perla estaba en su habitación recogiendo las cosas que se iba a llevar para el viaje. Su mamá estaba sentada en la cama.
—Hija, ¿cuáles perfumes te llevas?
—¡No me fijé mamá! Ahí están, son tres o cuatro, no recuerdo muy bien.
— Lleva mucho protector solar para que no te maltrate la piel y recuerda la Keratina del cabello.
— ¡Sí, mamá!
La nana de Perla, la señora Mercedes, entró a la habitación para despedirse de ella. Le pasó una pequeña bolsa de la marca Gucci, con algunas cosas personales. Protector solar, repelente, champú, una linterna, toallas sanitarias, un cepillo de dientes y pasta dental. Perla revisó la bolsa y le dijo. — Nana, llevo de todo eso en las maletas. ¿Y para qué la linterna?
— Mi niña, sé cómo desorganizas las maletas, aquí están más accesibles. La linterna es para una emergencia, se puede ir la luz.
Ella, dándole la razón, tomó el bolso y lo puso junto a las demás cosas. — Gracias, nana.
— Mi niña, te quiero mucho, cuídate.— le dio un fuerte abrazo. Mientras que la señora Rocío solo le dijo. — Adiós mi amor, nos vemos el lunes. Te espera el chofer.— salió sin darle un abrazo y su papá ni siquiera estuvo presente para despedirse de ella, ¡pero claro! Era un viaje más, igual a todos los que había ido.
Llegó la hora, todos los estudiantes estaban reunidos, excepto Emma. Las chicas al ver que no llegaba decidieron llamarla. Perla le marcó.
📳 Llamando a Emma
📲 ¡Hola!
📲 Te estamos esperando. ¿Dónde estás?
📲 No me siento bien, prefiero quedarme en casa, disfruten mucho.
📲 No será igual sin ti.
📲 Sé que la van a pasar bien. Perla, antes de tener sexo, piénsalo bien.
📲 ¡Está bien! Que te mejores. Te quiero.
—Chicas, Emma no viene.— dijo Perla.
— Cuando regresemos del viaje debemos hablar con ella, algo le pasa y nos tienes que decir qué es.— sugirió Diana.
— Está bien. Ahora le voy a avisar a la maestra.— dijo Génesis.
ella es más terca que una mula,a el le faltan pilas para poner esa mujer en su sitio, y la maddy está queda.
voy a seguir leyendo a ver si estoy se compone jejejeje