Transmigrar Para Ser Tu Madre.

Alfredo es un hombre guapo de treinta años, es dueño de una de las mejores empresas del país, nunca a tenido una relación formal y tampoco estaba interesado en tenerla, su adoración son su hermano y su sobrino, son la única familia que tiene, por ellos está dispuesto a todo, fue por eso que cuando vio a ambas mujeres poniendo en riesgo el bienestar de su sobrino se molestó, su molestia era mucho más hacía la mujer desconocida, debido que creía conocer muy bien a Nadia, cuando la mujer demostró que Lucas le temía a Nadia, se sorprendió y molestó mucho más con él mismo y sobre todo con la Nadia.

- ¿Puedes explicarme por qué mi sobrino te teme?- Alfredo miró a Nadia con dureza.

- ¡No lo sé! - dijo agraviada.

- ¿Sólo dirás eso? - preguntó con impaciencia.

- Señor Alfredo ¿Qué quiere que le diga?

Alfredo ignoró a la chica, entró a la mansión con paso lento y pesado, ignoró por completo a quiénes estaban a su alrededor, llegando en poco tiempo frente a Joaquín.

- ¡Hermano! ¿Qué haces aquí? ¿Ya viste a Lucas? - dijo con evidente felicidad.

- Tengo que hablar contigo.- dijo con un aura llena de oscuridad.

La sonrisa de Joaquín se esfumó de inmediato. - Ven conmigo.

Ambos fueron directo al estudio.

- ¿Qué pasa? - preguntó Joaquín con seriedad.

- No es algo que se pueda decir así como así, quiero que revisemos el monitoreo, en especial el del jardín, justo la de esta noche.

- Está bien. - Joaquín hizo caso de inmediato, no sabía que sucedía, pero confiaba ciegamente en su hermano mayor.

Joaquín encendió su computador y fue directamente al control de camaras y revisó las grabaciones guardadas, pusó la que estaba buscando, todo estaba bien, el jardín estaba solo, poco después apareció Lucas y se sentó en una de las bancas, el niño estaba completamente tranquilo, pero en eso apareció Nadia con despampanante vestido rojo brillante, Lucas no se había dado cuenta de su presencia, fue hasta que la mujer dijo algo, algo que Alfredo y Joaquín no escucharon debido a que las cámaras solo graban imagen y no sonido, siguiendo con el vídeo, claramente se vió como Nadia jalaba del pelo a Lucas, el pequeño trataba de zafarse, Nadia se burlaba del pequeño, como pudo Lucas se escapó y logro esconderse entre los arbustos, poco después se vió a Mary corriendo buscando algo, encontró a Lucas y lo abrazó, se veía que la mujer era muy amable con el pequeño, le hablaba dulcemente y le daba palmaditas, se ve claramente que Lucas logra calmarse gracias a Mary, también vieron como ambas mujeres peleaban.

- ¿Entiendes que significa esto? - preguntó Alfredo.

- Lo sé hermano, no te preocupes yo me encargo.

Alfredo asintió satisfecho.

Joaquín salió para seguir atendiendo a los invitados y para simular que no pasaba nada.

Cuando Alfredo se quedó solo, se sonrojó avergonzado, vio como la mujer lo había mirado cómo un tonto de principio a fin y con justa razón.

Nadia estaba nerviosa, no le había dicho nada a sus padres sobre lo que había pasado, temía que sus padres la regañaran, en eso vio venir a Joaquín, este le sonrió como siempre, Nadia pudo respirar tranquila, al parecer todo seguía igual.

Al terminar la fiesta, Joaquín fue por Lucas, pero lo encontró durmiendo cómodamente, le daba lastima molestar su comodidad.

- ¿No te importa si lo dejó como está? - preguntó avergonzado.

- No hay problema. - Mary sonrió.

- Bueno, te lo encargo mucho.

Mary asintió.

A la mañana siguiente, Alfredo fue a correr, se había levantado muy temprano para hacerlo, al regresar estaba empapado en sudor, se veía ardientemente atractivo, hasta él mismo podría decirlo sin rodeos, al estar cerca de la cocina percibió un rico olor, por lo que sin dudarlo fue a parar ahí, justo ahí estaba la mujer de anoche cocinando, le hablaba tiernamente a su sobrino y a otro bebé, Alfredo miró extrañando al bebé, ¿De quién era ese bebé? ¿Era de ella? Pero la mujer era muy joven ¿No?

- Buen día. - dijo Mary.

La voz de Mary hizo que Alfredo volviera en si, cómo contestación él solo asintió.

- ¿Gusta algo de desayunar? - Mary preguntó solo por cortesía.

- Por supuesto. - Alfredo acepto enseguida.

Mary asintió, pero por dentro sentía desgana, el hombre claramente dijo anoche que él era el señor de la casa, por lo que sin poder negarlo era su otro jefe, ni modo tenía que obedecer.

Alfredo quedó satisfecho con el desayuno, tanto que. - Siento mucho lo de anoche. - dijo con un tono que para nada sonaba a arrepentimiento o algo parecido.

- Está bien. - dijo Mary restándole importancia.

- Para enmendar mi error te invito a comer. - Alfredo sonrió con picardía.

Alfredo puso sus manos sobre su nuca, para que así se notará su pecho sudado y musculoso.

- Le agradezco la invitación, pero me temo que no puedo aceptar. - dijo tratando de no sonar, ni verse tan indiferente.

Alfredo por supuesto que se molestó, era la primera vez que alguien lo rechazaba, de hecho siempre había sido la otra parte quien invitaba.

- ¿Es por ese niño? - señaló groseramente a Matthias.

Mary se sintió molesta al instante, pero no lo demostró. - Señor no es eso, si usted realmente quiere compensarme, con gusto acepto efectivo. - dijo con seriedad.

Alfredo sonrió lleno ira, que mujer tan despreciable, pensó. Se levantó de su lugar completamente molesto sin decir nada más y se fue.

A Mary no le importó en absoluto, ella continúo dando de comer a los peques.

Por la noche, cuando ya había dejado dormido a Lucas, se encontró a Joaquín, él era más amable desde que vio a Mary protegiendo a su hijo, gracias a ella se había dado cuenta de algo muy importante, estaba agradecido con ella.

- ¿Cómo se portó Lucas hoy? - preguntó Joaquín.

- Muy bien, igual que siempre. - dijo Mary sonriendo.

La armonía que había entre los dos era más que obvia o por lo menos así lo juzgó Alfredo, que miraba todo desde un costado y para nada estaba contento.

Cuando Mary estaba cerca de llegar a su habitación, se encontró con una silueta grande y oscura.