Ciegas De Amor

...NARRADORA...

Los dos familias estaban disfrutando en tranquilidad haber dejado las empresas en manos de las gemelas. Ellos supervisaban aún las labores pero dejaban que sean ellas quienes tomaran las decisiones más importantes.

Aún así todo marchó bien y Lía junto a su esposo se tomaron unas vacaciones ya teniendo sus hijos adultos. Fueron a algunos países, disfrutaron de distintas culturas y pudieron amarse más aún. Ellos planeaban visitar aún más países y volver dos semanas más tarde pero recibieron una llamada que los obligaba a regresar.

Ellos empacaron y tomaron el avión de inmediato para volver, muy preocupados por sus hijas ya que según dijeron de ellas se trataba el problema.

Cuando llegaron a casa estaban los Buenaventura así como también los Blossom, las gemelas y el abogado que descubrió lo que hicieron.

-¿Que es lo que está pasando aquí? Volvimos lo más pronto que pudimos- Germán estaba más que preocupado, donde sus hijas fueran víctimas de un engaño como su esposa iría contra quién fuera

-Las señoritas aquí presentes firmaron un documento que ellas mismas quisieron hacer dónde debían casarse como limité a los 27 años o renunciarían a las empresas

-¿Que? ¿Cómo? ¿Por qué?- Lía preguntó angustiada

-Mamá nosotras no seremos como tu, nos casaremos y formaremos nuestra familia con quién sea nuestro primer esposo- Alma miró a su madre quien sin querer dejaba caer algunas lágrimas

-¿Y si eso no pasa? ¿Y si alguien las engaña? ¿Que van a hacer? ¿Cómo sabrán quien es el indicado?- les preguntó con angustia

-Mamá lo sabremos, somos muy inteligentes. Ya verás que a esa edad estaremos casadas, solo fue algo para hacer más emocionante esto- restó importancia Danna

-Mis hijas haciendo algo tan estúpido, es lo peor que pudieron hacer, ¿Es que no piensan? Conocí a su madre después de mis treinta años porque estuve arduamente trabajando, no tenía tiempo para nada y ustedes van por ese camino- las miró súper decepcionado y se sintió mal

Aquella estupidez fue una mala noticia para todos. Confiaban en ellas pero así como eran de perfeccionistas y adictas al trabajo no tendrían fácil la búsqueda de su pareja ideal con quién decidieran establecerse, además había muchas parejas que no estaban casándose.

Aún así ellas se disculparon pero seguían firmes en su opinión. Para ellas era demasiado sencillo pero ¿Quien sería el hombre ideal? ¿Cómo sería esa persona que ellas permitan permanecer a su lado? De algo estaban seguros todos... quienes fueran los ideales tendrían que tener carácter y perseverancia porque las gemelas no eran un caso fácil, más bien eran todo lo opuesto.

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Los veintidós años los recibieron felices y solteras. Habían conocido varios hombres pero ninguno cumplía todas sus expectativas. Todos tenían defectos, todos tenían diferencias que serían irreconciliables para ellas y en todos por más guapos que fueran podían ver a futuro el fracaso y en caso de boda un divorcio problemático.

Germán estaba más que preocupado, sabía los movimientos de sus hijas y no creía que pudieran rendir frutos. Lía pensaba lo mismo. Ellos creían que antes de tener una relación debían madurar y vivir pero estaban lejos de las dos cosas.

Lía además temía porque eran inexpertas en el amor y creía que las malas señales no las verían hasta que fuera tarde. Lamentaba que no fueran como su hermano menor que tenía su plan de vida establecido y lo más importante, era realista. Él estaba abierto a las posibilidades y no distinguía entre clases ni nada de eso.

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Llegaron más citas a ciegas por una app que descargaron. Según vieron era muy efectiva y estaba bien calificada, al ingresar sus datos el sistema les abriría una gran cantidad de posibilidades en cuanto a hombres a su gusto. Allí podían elegir rango de edad, color de cabello, ojos, incluso altura y complexión.

Danna ingresó sus datos muy emocionada, entre tanta gente allí registrada seguro el hombre de su vida estaba esperándola.

Ella eligió altura entre 1.85 y 1.95, cabello rubio o castaño claro y ojos celestes. Edad de 22 hasta 27, una diferencia de cinco años era muy aceptable. Dió a buscar y vaya sorpresa, había. muchos perfiles que se ajustaban a sus preferencias. Ahora solo restaba reducir esa lista y después comenzar las citas.

Alma también copió a su hermana al ver la gran cantidad de gente que allí habría. Su hombre ideal mediría entre 1.85 y 2.00, creía que así habría más chances. Cabello castaño o negro, el color de los ojos no le interesaba. Rango de edad entre 25 y 30 años. El hombre debía ser mayor que ella así fueran pocos años. Dió buscar y un gran listado de posibles candidatos apareció ante sus ojos. Reducir la lista le parecía un trabajo duro pero por el bien de la empresa estaba dispuesta a intentar.

Así fue que se aventuraron a las citas a ciegas, ¿Será que les puede resultar algo así?