Dos vidas unidas por un matrimonio arreglado, buscando llegar a un acuerdo para convivir y llevar una vida de tranquilidad en esa sociedad que se hace pasar por nobleza.
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05
En la oficina estaban ambos mirándose esperando que el otro hablara. Pero pasaron algunos minutos y nadie decía nada. Entonces fue Ren quien perdió la paciencia y hablo.
- Señorita Uchida, lamento el inconveniente que tuvo que pasar. Me haré cargo de reprender a quien fue poco profesional.-
Decía todo eso pero no había expresión alguna en su rostro.
- Bien, supongo que al menos puede hacer eso.-
La frente de Ren se arrugó un poco, vaya qué la señorita era muy ...
- Pero no me importa lo que haga, vayamos al tema señor Ren.-
Ya no dijo nada, se levantó para dirigirse al asiento frente a Saori.
- Bien, entonces ya que estamos aquí, que es lo que desea.-
- Usted está de acuerdo con este matrimonio?.-
- (Vaya, el abuelo realmente eligió a alguien diferente) Bueno, me beneficia de muchas maneras.-
- Ya veo, puede decirse que también me beneficia, el asunto es, a quien beneficia más, cierto?.-
Su sonrisa ladina le dió escalofrío a Ren, frente a el había alguien que quería sacar provecho de este matrimonio, al parecer alguien que lo quiere utilizar tanto como el quiere usar este matrimonio para obtener todo.
Suspiro pesadamente, sabía que su abuelo no escogería a cualquier niña rica y mimada, pero esto no le estaba gustando. Está chica frente a el le daría dolores de cabeza.
Se acomodo en el sillón subiendo su pie en su pierna, con los brazos a ambos lados, más imponente y con una sonrisa pícara dijo.
- Cierto, yo puedo vivir sin este matrimonio y usted señorita?.-
- Jajaja, ciertamente para mí el sobrevivir [También cruzo sus piernas y subió sus brazos en el respaldo del sillón]... Será más complicado, pero nada que no haya experimentado ya.-
Eso lo sorprendió pues no la había investigado y no sabía nada de ella, pero tal parece que tendría que hacerlo. Además que esa mirada realmente lo atraía, esos ojos color miel, tan profundos, que aunque ella sonreía, se notaba todo lo contrario.
- Por qué no me dice lo que usted quiere señorita Uchida y yo considero mis opciones.-
Era un tipo arrogante, si pero todavía no lo conocía, era mejor ir al punto y tomar una decisión. Cuanto más rápido mejor. Así que saco unas hojas de su mochila y las puso en la mesa enfrente de ella.
- Aquí están mis condiciones señor Ren, si las acepta tendremos una linda vida juntos, si no quiere pues no hay nada que hacer, aquí nos despedimos.-
Saco un pedazo de hoja mal cortada y lo dejo encima de las hojas.
- Ese es mi número, contácteme solo si la respuesta es positiva. De una vez le digo que pueden modificarse las condiciones pero solo ligeramente, si quiere eliminar alguna o cambiarla completamente, no hay trato. También puede agregar alguna si así lo desea, claro siempre y cuando ambos lados estemos de acuerdo... Y creo que eso sería todo.-
Se levantó y se dirigió a la puerta donde se detuvo un momento, lo volteo a ver, el la miraba de regreso. Sonrió y salió.
Bajo en el elevador y camino hasta la entrada, se dió cuenta que estaba lloviendo, no había traído paraguas, pero solo era un poco de agua. Camino hasta la parada del autobús y se dirigió a casa, sería un camino muy largo y cansado.
En la oficina, Ren se encontraba leyendo las hojas que dejó, después de terminar de leer todo solto una carcajada y aventó las hojas a la mesa.
Realmente se encontró con un dolor de cabeza, uno muy astuto. Tenía que darle crédito a su abuelo, le puso una gran piedra en el camino, o seguía adelante o buscaba otra piedra más pequeña y manejable.
Lo estuvo considerando por un buen tiempo hasta que tocaron a la puerta, era su asistente, parece que tenía que seguir con su trabajo.
- Llama a mi abogado, necesito que revise un contrato, lo quiero lo más rápido posible. (Vaya mierda estoy a punto de hacer) e investiga a Uchida Saori, quiero saber todo.-
- Si joven, cómo ordene.-
Ren lo miro con enojo, odiaba que lo llamarán joven, señor, o cualquier otra cosa. Quería que lo llamarán presidente, pero aún no lo era, por eso quería que su abuelo le cediera todo pero se le metió la loca idea de que sólo después del matrimonio y ahora me arreglo un matrimonio sin salida, están locos.
No crean que les dejaré hacer lo que quieran. Arreglaré esto a mi manera. Siguió con su trabajo preparándose para ese futuro incierto pero que hará realidad.
Saori llegó a casa empapada a su casa, fue a tomar un baño, probablemente serían las últimas semana que pasaría en ese lugar. Estaba cansada, no había dormido bien desde la visita de ese sujeto, además de que estaba escribiendo un contrato con las condiciones adecuadas o más bien beneficiosas para ella. Sabia que era algo absurdo pero era necesario, quizás el otro lado no aceptaría, era muy probable, pero era mejor ir a lo grande, algo seguro. Era su vida la que iba a cambiar por las estupideces de unos viejos así que era mejor hacerlo permanente.
Después de su baño decidió dormir era mejor estar descansada,su vida se volvería una montaña rusa. Después de haber conseguido tranquilidad tenía que volver al agobio, no era lo que esperaba pero ciertas situaciones le hacían esperar con ansias lo que estaba por venir, una mezcla de emociones.
Tres días después se encontraba en su casa sola como regularmente está, cenando algo ligero, comida del minisuper. En eso recibió una llamada, no tenía registrado el número, dudo en contestar podrían ser problemas, y eso no era lo que quería. Así que dejó que sonara y decidió no contestar. Cuando volvió a sonar se resigno, no había vuelta atrás. Suspiro larga y pesadamente.
- Demos una vuelta por el infierno, veamos que tan brillante es.-
Sin más, contesto. Al otro lado de la línea se escuchó una voz muy grave y un poco familiar.
- Creí que no contestaría señorita Uchida.-
-... Señor Ren?... He de suponer que tiene una respuesta positiva.-
- Mmm... Pues algo parecido, por qué no quedamos de vernos y revisamos el contrato que hice y llegamos a un acuerdo?.-
- Bueno, si usted lo dice... creo que puedo ceder un poco, jeje.-
Se rió ligeramente, lo que le dió a entender que sería muy complicado hacerla ceder. Pero desde que vio la primera condición supo que está relación no sería nada fácil y aún así allí estaba, con varios borradores, quizás algúno firmarían.
- Entonces veámonos señorita, por qué no nos vemos ahora mismo?.-
- Eh!, Ahora?, Eso es un poco... Usted quiere que vaya ahorita a su oficina, no creo encontrar transporte.-
- Está bien, no es necesario que salga señorita.-
Después de eso termino la llamada , eso le dió un mal presentimiento, pero no importaba, el se comunicó eso significa que acepto los términos y habrá boda.
Mientras se hundía en sus pensamientos, sonó el timbre de su casa, ahora odiaba oír el timbre, en cierta parte porque podría ser su padre, o alguien peor. Decidió ignorarlo pues deseaba terminar su cena. Volvió a sonar, enserio quería maldecir y gritar que se fueran, pero una idea llegó de repente así que con cautela se dirigió a la puerta, al asomarse por la mirilla no podía creerlo, el realmente era... raro.
Tomo aire, lo suficiente para calmar sus pensamientos y abrir con una sonrisa, se detuvo y era mejor no actuar, eso sería demasiado agotador. Así que se calmo y sin expresión abrió.
Ahí estaba él con una pequeña sonrisa. Se miraron unos segundos.