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Antes De Saber Lo Que Es El Amor.

Antes De Saber Lo Que Es El Amor.

Status: En proceso
Genre:Romance / CEO / Matrimonio contratado / Amor de la infancia / Equilibrio De Poder
Popularitas:3.9k
Nilai: 5
nombre de autor: Mel G.

Cuando el hermano mayor de Reachel, Elliot, desaparece en un trágico accidente, ella deberá tomar la presidencia de la empresa familiar, pero esta viene con una condición, casarse. El mejor amigo de su hermano, Santos, le ofrece casarse con ella para ayudarla, pero hay un problema, ella lo ha amado desde niña.

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YA ACEPTE.

...Santos:...

Reachel me llamó muchísimas veces, estaba en una reunión muy importante y aunque ella es lo más importante para mi, no pude contestarle.

La llamé de regreso y no respondió, así que volvi a llamar, esta vez me contestó y acordamos en que iría por ella a donde se encontraba.

Quería hablar del matrimonio, algo en mi me decía que ella iba aceptar mi propuesta. Tenía que serenarme solo será en apriencia pero eso no hacia que mi emoción bajara.

Cuando llegué por ella decidí entrar a buscarla, no la ví, pero me encontré con Ceren, ella se encontraba, sola en la mesa, no se si cuidando sus cosas.

— Hola Santos. — Me dio un beso en la mejilla.

— Hola, vine por Reachel ¿donde esta?

— Está con Catalina en el baño. ¿Por que no te quedas con nosotras a tomar un trago? —Me ofreció.

—Hoy no, necesito hablar con Reachel.

—¿Del matrimonio? — Me preguntó.

— ¿Te lo dijó? — No pénse que Reachel contara esto a sus amigas, era un tema un tanto delicado.

— Ella nos cuenta todo. — Dijó. — ¿Dime que has pensado?

— Quien tiene que pensarlo es ella, mi oferta de casarnos sigue en pie.

Se extrañó un poco. — Pero si ustedes.

— Se que es algo extraño, pero no compartimos lazo sanguíneo y es por una razón de peso.

— ¿Y no te gustaría que te diera una despedida de soltero? — Me coqueteó.

— Ceren. — Dijé serio apartándola.

— ¿Que? — Se encogió de hombros. — Me gustas mucho.

— Creí que el que te gustaba era Elliot. Habías hecho de todo para que te hiciera caso. — Dijé sin sentir una pizca de atracción.

— La verdad es que ambos me gustan. —Se acercó mucho a mi rostro. — Pero el ya no está, además, siempre fue difícil llegar a el, su aire de misterio me hacía obcesionarme, pero creo que hoy me di cuenta que eres mucho más apuesto.

— Me alagas, pero yo creo que no. — Conocía bien a Ceren tenía una reputación por los suelos, no es algo que me importe en lo absoluto, pero la chica no me interesaba en lo más mínimo. Yo solo sería su amante en turno o tal vez la conquista de una noche. Así era ella. Y no era eso lo que yo estaba buscando.

— Es una pena, sé que nos hubiésemos divertido mucho.

La separé un poco más lentamente, pero de la nada ella me atrapó del cuello y me besó. Yo trate de apártala con mis manos, pero ella apretaba más su agarre en el cueyo.

Cuando por fin creí que iba a quietarmela de encima un estruendoso ruido se escuchó, lo que me ayudó a separarme de ella.

Catalina se había caído al suelo. No era extraño, se embriagaba mucho. Reachel venía con ella, lo más seguro esque haya visto cuando Ceren me besó, solo espero que esto no influya en la decisión que haya tomado.

— ¿Están bien? — Ceren pasó lo a lado mío y ayudó al levantar a Catalina.

— Ceren debo irme, nececito que lleves a Catalina a casa. — Reachel se veia molesta.

— Si esta bien. — Respondió la mujer que me acaba de besar.

Reachel tomó su bolso, me observo furiosa y se marchó.

Fui tras ella, yo la conocía bien, sabía que esto influiría en su decisión.

— ¿Oye estás bien?— Le pregunté, pero casi me ignoró.

— Si estoy bien. — Siguió caminando con pasos impetuosos.

— Oye si es por lo que viste ahí dentro, puedo explicarlo.— ¿Por que tenía que explicarlo? Es decir a ella no debería molestarle ¿o si?

— No necesito, que me expliques nada, entiendo perfectamente.

— Dijisté que hablaríamos del matrimonio. — La tomé del brazo y la detuve.

— Si, solo era para decirte que no me casare contigo. — Así que sólo para eso me llamó.

— ¿Por que? ¿Por lo que acabas de ver? — Me alteré un poco.

— Por supuesto que no.

— ¿Entonces por que? — La vi directo a los ojos.

— Por que eres mi hermano ¿ por que mas?

Solo me dijó lo que yo sabía. Ella jamás me verá como algo diferente.

Me obligue a calmarme.

— Te llevo a tu casa.

— No.

— ¿Y como te irás?— Sabia que no traía a su chofer por que iba a irse conmigo.

— Me voy con Romina. — La tomó del brazo como si fueran las grandes amigas.

— ¿Con Romina? — Pregunté incrédulo, ellas ni siquiera se llevaban bien.

— Si ¿Verdad? — Casi la forzó con la mirada da a dar una respuesta a su favor.

— Si. — Le siguio en la mentira. — De hecho ya llegaron por nosotras. — Un auto se estacionó frente a nosotros.

Permití que se fuera con ella por que era obvio que no quería hablar conmigo. Lo mejor sería que se calmara.

Reachel era berrinchuda e impulsiva, no serviría de nada hablar con ella ahora.

Ellas subieron al auto y se marcharon.

...****************...

Toda la noche pensé en que Reachel me había rechazado.

“Por que eres mi hermano ¿por que mas?”

Sus palabras resonaban una y otra vez en mi cabeza.

Pero ¿por que estaba tan enojada?

Recordé cuando quise confesarle mis sentimientos.

Flash back

— Me gustaría hablar contigo.

— Dime ¿es algo importante?

— Si, lo es y mucho. — Estaba muy nervioso.

Elliot me había sugerido confesar lo que siento y eso iba a hacer.

— Amm… — No sabía por donde comenzar.

— ¡Ya dime ! — Pidió impaciente.

Estábamos en el sofá, yo tenía mis brazos en mis piernas con vista dirigida al piso. Elle estaba sentada con una pierna sobre el sofá muy atenta y con una sonrisa.

— Yo… estoy… enamorado. — Su rostro se puso serio.

— ¿De quien? ¿La conozco?

— Si si, la conoces muy bien. Ella es muy hermosa y ya llevo un largo tiempo enamorado de ella. Es tenaz determinada, nada la detiene.

— Basta, no quiero. — Se levantó molesta.

— ¿Que pasa?— Pregunté extrañado.

— No, no quiero oírte.

— Déjame terminar yo…

— No, como se te ocurre decirme eso. — Se levantó.

— ¿Por que estas tan molesta?

— Por que… Por que.. — Ella buscaba una excusa. — Primero Elliot, ahora tu, sabes lo celosa que he sido con ustedes siempre.

— Pero es que no me has dejado terminar.

— No quiero saber.

Se fué y me dejo solo.

Caí nuevamente en el sofá resignado.

Fin del Flash back

¿Por que se molestaba tanto cuando había otra mujer involucrada conmigo? ¿Será que ella siente lo mismo que yo?

Debia ir a hablar con ella, ya debería estar más calmada.

La llamé pero no respondía. No podia andarla buscando por cada lugar en el que creyera que ella estaría así que decidí esperar a la noche para ir a buscarla, necesitábamos aclarar las cosas de una vez por todas.

Cuando llegue a casa de Elliot, me di cuenta que ella estaba apunto de entrar a la casa, baje rápidamente del coche.

— Reachel. — Ella se giró.

— Santos.

— Debemos hablar.

— No hay nada de que hablar. — Me dijó, no parecia alterada.

— Reachel déjame explicarte. — Pedí.

— En verdad no hay nada que explicarme, tú ya eres un hombre, es absurdo que yo me niegue a que hagas tu vida, debo confesar que no pense que fuese Ceren de quien estás enamorado, pero me alegro por ustedes.

— Pero yo no… — No me dejó terminar.

— Te deseo que seas muy feliz con ella, en verdad te lo digo. No puedo atarte a mí negándote la posibilidad de ser feliz con alguien más, te quiero demasiado para hacerte eso, por eso ya...

— No no lo digas.

— Ya acepte la propuesta del señor Bolat.

— Reachel.

— La boda será en dos días, espero que puedas firmar como mi testigo.

— Por supuesto que no Reachel. ¿Como crees que voy a hacer eso si estoy completamente en contra de que te cases con ese hombre?

— No había otra opción.

— Por supuesto que la hay, aún estas a tiempo de cambiar de parecer.

— Se que no confías en el, pero yo si y la decisión ya está tomada.

Lo dijó con esa seguridad que la caracterízaba. Sabía que no había nada que le dijera que la hiciera cambiar de opinión.

— No esperes que esté ahí para presenciar eso.

Subí de nueva cuenta a mi auto y arranque a toda prisa. Iba con la mirada perdida en el camino. Una lágrima se deslizó por mi mejilla. Pero la limpié imediatamente.

Estaba enojado, molesto y a la vez decepcionado conmigo mismo por mi cobardía.

...Reachel:...

— ¿Estas bien? — Me preguntó Romina.

Una lágrima cayó por mi mejilla.

— No. — Dijé.

— ¿Por que no te fuiste con tu hermano?

— El no es mi hermano. — Maldita sea estaba cansada de esa palabra. — Jamás voy a verlo de esa forma.

— Por fin lo admites. — La observé con mis ojos llenos de lagrimas aun sin caer. — ¿Por que estas tan molesta con el?— No le respondí. — ¿Viste a tu amiga besándolo? — Volvi a observarla. — Si también los vi. ¿Por que no simplemente le dices lo que sientes?

— ¿Estas loca? Todo el mundo nos ve como hermanos sería locura.

— Ay Reachel, nadie, nadie, pero absolutamente nadie en nuestro círculo los ve a ustedes dos como hermanos. Incluso la mayoría cree que ustedes terminarán casados.

— ¿De verdad?

— Si, te lo aseguro ¿pregúntale a quien quieras?

— De todos modos no sirve de nada, el esta enamorado de Ceren.

— No lo sé, ese beso estuvo un poco raro.

— ¿Como se que no dices esto para molestarme?

Me observó como si no pudiese creer lo que decía. — Reachel, siempre eres tú la que me está molestando. — Me quedé callada porque ella tenía razón, era yo quien la molestaba. — En fin es tu problema no el mío.

Ella me llevó hasta mi a casa.

— Gracias por traerme.

— Piensa en lo que te dijé. Mañana vendre temprano.— La evalué buscando una respuesta. — Vendré a ver cómo está Elena. Creo que ha sido duro para ella haber perdido a Elliot.

Ellas se habían hecho amigas así que sólo asentí.

Entré a la casa, estaba oscura y solo pude llegar hasta el sofá para por fin derrumbarme en llanto.

Estuvé un rato llorando en soledad cuando las luces del salón se encendieron.

— Reachel ¿estas bien? — Negué con con la cabeza mientras sollozaba. — ¿Que sucedió. — Elena se sentó junto a mi.

— Santos el, lo vi. — Estaba llorando mucho.

— ¿Que sucede?— Me preguntó con voz dulce.

— El se estaba besando con Ceren, es decir, si ella le gusta yo no puedo atarlo a mi por el cariño que me tenga. — Sumergí mi rostro en mis brazos.

— ¿De verdad lo viste? — Asentí. — Pero tal vez puedas casarte aunque el…

— No, nunca le haría algo como eso, él merece ser libre si quiere estar con ella, yo tampoco podria estar casada con él y que él vaya a verse con otra, no lo soportaría.

— Entiendo. — Me abrazó.

...****************...

A la mañana siguiente, Elena y yo íbamos a desayunar cuando Romina llegó, no me sorprendió por que Dijó que iría a visitarla.

— Reachel ¿como estas ?— Me preguntó.

— Bien, gracias por traerme a casa anoche.— Volví agradecerle.

— No es nada.

— Ya te debo dos. — En verdad le debia dos, ella había salvado mi vida en una ocasión, esa vale por mil.

— ¿Como va la búsqueda de Elliot? — preguntó Romina.

El rostro de mi cuñada se inundó de tristeza imediatamente.

— Aún no tenemos ninguna noticia del el, ni siquiera un pequeño indicio.

— Espero que pronto tengan noticias. — Dijó sincera.

Desayunando bastante poco, pero era lo de menos.

— Compermiso me retiro, ire a ver al señor Bolat. — Me pusé de pie.

— ¿Aceptarás la propuesta del señor Bolat. ?— Me preguntó Elena.

— No tengo otra opción, solo me quedan dos días y le tengo mucho aprecio, ha sido amigo de la familia por años.

— ¿Estas segura de que tomas la decisión correcta muchacha? — Me preguntó el padre de mi cuñada quien también había estado desayunando con nosotras.

— No, pero todo lo que he hecho en mi vida es para poder trabajar en la empresa de mi padre, no puedo darme por vencida ahora.— Ya no estaba segura de nada, de lo que si estaba segura es que no quería perder la empresa.

— Yo también me retiro Elena, gracias por la comida. —Romina sale junto con migo.

— Reachel espera. — Me llamó Romina cuando salimos de la casa.

— Dime.

— Te acompaño. No se que es lo que vas a hacer, pero toda tu emanas que necesitas apoyo.

No se por que, pero acepté que me acompañara.

Así que juntas fuimos con el señor Bolat.

Cuando llegamos el me recibió en seguida.

— Mi niña bella. ¿En que puedo ayudarte?

— Señor lo he pensado mucho y he decido aceptar su propuesta de casarme con usted.

El sonrió, a Romina casi se le salen los ojos, pero permaneció en silencio.

— Mi niña, has tomado una buena decisión. — El me abraza y le regreso el gesto. — ¿Quieres quédate a desayunar?

— No, ya desayune gracias. Creo que tengo una boda que preparar. Seré algo pequeño por la falta de tiempo. — Dijé.

— Si, por supuesto. — Colocó sus manos acariciando mis brazos. — Te prometo que después te daré la boda que mereces.

Eso me extraño un poco, pero no le di importancia.

Romina y yo nos retiramos.

Íbamos en su auto.

— En verdad estas loca. ¿Por que vas a casarte con ese hombre que te dobla la edad.

— Debo hacerlo para conservar la empresa. — Me observó confundida y le expliqué todo.

— Bueno ¿y a donde iremos primero?

— ¿A donde iremos?

— Tienes un boda que preparar, por más sencilla que sea es mucho trabajo, te voy ayudar.

— ¿No tienes que trabajar?

— No te preocupes por eso.

Y así comenzamos un recorrido por la cuidad, planeando una boda que no deseaba.

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Noemi Rios
me falta el el final
Mel G.: Hola buen día querida lectora, así es, aún esta en emisión, si gustas puedes leer ¿Tu eres mi esposa? Que es una novela antes de esta.
total 1 replies
Yolanda Fuentes
me encanta seguir con la historia de Rachel y santos 👏🏻👏🏻
Rossana Centeno
excelente
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