Yohei huye de su país y del aplastante peso de su familia, sin saber que allí encontraría a alguien a quien amar, pero aquello de lo que escapa lo terminará encontrando.
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Capítulo 3
Reece
Tuve una pequeña pelea con mi novia sobre querer verla más seguido, pero no conseguí nada más que una mirada, que claramente decía que soy demasiado joven, como para entender las cosas de las que tiene que encargarse un adulto. Eso me fastidió.
Si hay algo que me molesta es que mi novia mayor, me trate como un niño pequeño, por lo cual me encargué de demostrarle lo que este inmaduro niño, puede hacer durante gran parte de la noche. Saqué gemidos y gritos de ella, lo que me dio algo de satisfacción, pero fue efímera y a la mañana siguiente, me di cuenta de que todavía estamos en este estado en que somos novios, pero donde no podemos vernos muy seguido.
Así que cuando terminaron las clases al día siguiente, salgo a beber con mis amigos, tratando de olvidar con alcohol la frustración de no poder conocer y ver más a mi novia.
-Oyeee Reecee… ¿Por qué no invitas a ese lindooo chico que tienes escondido en tu residencia?- pregunta una borracha Sophie.
-No creo que tome- digo, sonriendo al recordar lo perdido que se veía en la mañana de ayer, mirando ese mapa. Me dan ganas de cuidarlo.
-Claro que lo hace, allí beben sake ¿sabes?- dice James, más sobrio. -Aunque debes tener como veinte para ser legal creo.
-Deee todos modooos, debe estar solito en esa fría habitación- sigue Sophie.
Lo imagino allí y de pronto recuerdo que quedé en acompañarlo a comprar ropa de cama.
No creo que me haya estado esperando ¿o sí?
Me levanto rápidamente y tomo mi abrigo.
-Lo siento chicos, recordé que tengo algo que hacer- digo, soltando unos billetes sobre la mesa e ignorando las protestas de mis amigos.
Salgo y veo que ya es de noche.
-Mierda- veo la hora y son las once y media, ya muy tarde para ir a cualquier lado. -Taxi- llamo, levantando mi mano, decidiendo que al menos debo disculparme por mi olvido.
No demoro demasiado en llegar a la recidencia y entro sin que me pongan problemas por la hora, ya que desde que estás en segundo en adelante, no tienes toque de queda, porque se supone que sabemos en qué nos metemos y somos lo suficientemente responsables.
Llego a mi habitación y está a oscuras. Enciendo la lámpara de mi escritorio y veo el bulto que es Yohei en mi cama.
La jodí.
Me baño para quitarme el resto de borrachera y me acuesto en el espacio restante de mi cama, sabiendo que es pequeña, pero no queda de otra con el frío que está haciendo.
Me acomodo y me tapo, dándole la espalda a Yohei.
La calefacción de este lugar es tan mala como siempre.
Pronto me quedo dormido, cansado desde ayer.
En algún momento, me doy cuenta que estoy soñando. Acaricio a mi novia en el estómago y es tan suave, aunque pareciera que está aún más delgada que de costumbre.
Me acerco abrazando su espalda, apoyo mi pene contra su trasero y empiezo a moverme contra ella.
Dulce. Quiero hacerlo. Quiero enterrarme en ella.
Clavo con más fuerza mi miembro contra su trasero y subo mi brazo para acariciar sus pechos. Es ahí cuando despierto del todo. Ya que sus pesados pechos no están por ningún lado y en su lugar está un cuerpo desconocido y diferente.
Yohei. Recuerdo que me acosté con él anoche. Mierda.
Pero aunque ahora estoy conciente y despierto, no detengo mi balanceo.
Maldita sea, estoy caliente.
Acerco mi cabeza para que descance contra su cuello y dejo que sienta mi respiración agitada, mientras que me impregno con su olor. Un olor exquisito.
¿Qué se supone que estoy haciendo? ¿Y si despierta?
Mi lado malvado me dice que siga, que puedo justificarlo diciendo que estaba dormido.
Raspo su pezón y siento como tiembla, asustándome. ¿Despertó?
Espero sin moverme un momento y cuando no hay señal de que se haya despertado, me alejo y me voy hacia el baño.
Allí dejo caer al suelo mis bóxers y me encargo de mi erección.
Qué estabas pensando Reece, hacerle eso a alguien dormido… No eres un maldito perro en celo. Me reprendo. Puede que al principio creyera que era un sueño, pero cuando desperté, debí haberme detenido inmediatamente.
Termino de bañarme y me visto, luego salgo a correr para despejarme. Yohei sigue durmiendo hasta ese momento, lo que agradezco.