¿Morir así de miserable? Esta novela es una mierda. Todos son unos lunáticos.
‹El villano maldito›, era una popular novela histórica sangrienta y con un romance un poco torcido. Leí el libro hasta que mi cuerpo enfermizo no pudo ni siquiera sostener el libro, y quedé ciega. No debí tener siquiera una pizca de lástima por el final miserable de la protagonista de la historia, ¡Entonces no habría reencarnado en su cuerpo! La princesa heredera y, el personaje más lamentable del libro. Murió tratando de dar a luz al heredero del frío y despreciable príncipe maldito, a quien amó sinceramente. El feto ni siquiera esperó 9 meses, como un monstruo, desgarró el vientre de su madre. No sé que pensaba esa princesa, pero no tendré una muerte tan lamentable otra vez. “En primer lugar, debo cancelar ese maldito compromiso”—Pero, ese desgraciado príncipe me tomó de la mandíbula y frunció el ceño atractivamente —“¿No me amas?—¿Estás tratando de escapar de mí?”.
原创故事。
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Capítulo 9 : Una extraña niña/¿Padre?
—¿Dicen que se ha despertado?
Una niña muy pequeña entró a la habitación.
Vestía una pequeña túnica roja desgastada, y dos pequeños chonguitos peinados en su cabello negro.
Se encaramó a la cama y se colocó con cuidado un paño de lino sobre las piernas.
La ví esbozar una sonrisa en los labios.
—Por fin ha despertado. Todo está listo para lavar su cuerpo.
Niños Huai Sheng.
Básicamente, son niños de entre cuatro a ocho años que son huérfanos. Todos son considerados como niños problemáticos o no deseados.
Al menos diez de estos niños son enviados a los templos, con el propósito de servir a la familia de la casa a cambio de comida.
Estos niños son abusados, maltratados y utilizados terriblemente por sus “amos” casi como si fueran perros. Pero los han educado para servir a la casa a la que los envíen sin protestar ni desobedecer, así que, si son obligados a hacer cosas turbias, ellos lo harán.
Así es como la mayoría muere. Pero en solo días, son reemplazados por otros niños Huai Sheng.
Estos niños son quemados vivos si no cumplen con las tres reglas básicas.
Uno. Obedecer fielmente a tu amo, sin protestar o incluso si eso amenaza la vida.
—¿La ayudo a desvestirse, princesa Gwshan?
Negué.
—Lo haré yo.
Dos. No mirar a tu amo a los ojos, y siempre mantener la cabeza gacha.
Bajó su cabeza y me siguió.
—Entonces lavaré su cuerpo, princesa Gwshan.
Tres. No aparecer frente a los hijos biológicos de los dueños de la casa.
Esta niña, nunca apareció en la novela original. O al menos nunca llegué a leer sobre ella. Ni su nombre. Ni su apariencia.
Originalmente, después de la ceremonia de conmemoración de Hwan, Mei regresa a casa y se echa a llorar porque el maldito de Hwan puso sus ojos en Aklen.
Por si fuera poco, Odette la azota porque rechazó la propuesta de danzar junto a Aklen.
Aunque nunca supe por qué. Supongo que fue porque gracias a que la rechazó, Hwan se interesó en Aklen.
Luego de que Odette se va, vienen las criadas y también la azotan cien veces más.
Que estupidez.
¿Por qué dejó que unas malditas criadas la maltrataran? ¿Lo ético no es que el sirviente obedezca al amo?
Siempre pensé que Mei era una princesa bastante patética. Me frustró mucho leer esta novela.
Lo que sea.
Esta niña es el reemplazo de esas criadas de Odette, que dejaron este lugar después de azotarlas.
Ha pasado a mi lado un total de tres días y, debo decir que es bastante hábil. Supongo que es aún muy pequeña como para tener pensamientos tan turbios como los de las criadas que me servían antes.
Así que acepté que se quedara. De todos modos no tiene un lugar a donde ir.
—La madre Gwshan está en completa recuperación, princesa Gwshan —dijo.
Pasaba suavemente la esponja llena de jabón por mis brazos, luego exprimía agua encima.
Han pasado diez días desde que Odette se desplomó tragándose su propio veneno.
Solté una risitas al recordarlo.
Escuché que casi muere, pero desgraciadamente no lo hizo. Es como una cucaracha aferrándose a la vida.
También, he recibido una carta de parte de Zorám.
Ese hombre...
...se enamoró por completo.
Otra sonrisa se me escapó.
Asistí a la ceremonia de Hwan porque quería encontrarme con Aklen. Pero, ¿Quién diría que Zorám terminaría cayendo por mí en lugar de enamorarse de Aklen como lo dicta la novela?
No solo eso, gracias a que ahora Zorám cayó a mis pies, el desgraciado de Hwan ahora está prestándome atención.
Solo dancé y, conseguir cambiar gran parte de la novela.
¿Supongo que me convertí en la protagonista? Esto es divertidísimo.
—Está riendo mucho, princesa Gwshan.
Volví a ver como la niña esbozó otra sonrisa mientras seguía lavandome el cuerpo.
—Por cierto, tengo algo que entregarle, princesa Gwshan.
Levanté una ceja, mostrándole una mueca.
Se levantó y limpió sus manos con sus faldas. Buscó entre algunas cosas y luego regreso.
—Creo que olvidó esto, princesa Gwshan.
Mi cuerpo se congeló cuando volví y vi a la niña, específicamente lo que estaba sosteniendo en las manos.
Era ese libro. El que leí antes de morir.
“El villano maldito”.
Podía reconocer esa terrible cubierta donde fuera.
Caminé frenéticamente hasta donde estaba la niña y le arrebaté el libro de las manos. Lo abrí. Y, eso me hizo asustarme aún más.
Inclusive, el libro aún tenía las páginas llenas de sangre. La sangre que yo vomité.
—¿Quién eres? —mi voz amenazó con temblar, pero conseguí moderarla.
“Regla número dos de los niños Huai Sheng: No mirar a tu amo a los ojos, y siempre mantener la cabeza gacha”.
La niña alzó la cabeza y me miró.
—He venido aquí para ayudar, princesa Gwshan.
Cuando estaba a punto de decir algo más, la puerta se abrió fuertemente. Odette entró por ella, gritando como una loca.
—M-Mei, hija, t-tu padre —gritó frenéticamente, mientras jalaba la túnica que acababa de ponerme —¡T-Tu padre está muriendo! Él quiere verte, a-así que debemos ir a Gwshan de inmediato.