El ranchero Carlos Paniagua se iba a quedar un poco tiempo en la ciudad.lo justo para conseguir algo de compañía femenina antes de regresar a casa
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capítulo 4
durante una hora Luisa no tuvo tiempo de pensar en nada que no fuera a recibir a los comensales cuando volvió a su puesto se sentía desconcertadamente decepcionada y complacida
necesitaba un respiro lo que no necesitaba era pensar en el atractivo Carlos Paniagua que de inmediato le inundó la mente se dijo que era un hombre más sin embargo le dominaba la mente y los sentidos en cuanto a la actividad se tranquilizaba moviendo la cabeza como si de ese modo pudiera ser a un lado los pensamientos se dedicó a reordenar los menús y a estudiar con exageras con exagerada atención los nombres no tachado en el cuaderno de reserva aún quedaba tiempo para los pocos grupos que faltaban por llegar
con un suspiro alzó la vista de la lista y se topó con los ojos oscuros del mismo hombre que se había afanado en no dejar que entrara en su cabeza logró usar una sonrisa profesional
le ha gustado la cena señor Paniagua
la miro levemente ceñido
creía que habíamos llegado a un trato de tuteo y nombres propios
de acuerdo cómo ha estado tu cena Carlos
magnífica como suelen ser todos los platos de Vícto Luisa sintió el efecto de su sonrisa deslumbrante hasta la punta de los dedos de los pies
es verdad logro corroborar a pesar de la sequedad en su garganta Víctor es un chef con mucho talento uno de los mejores
lo sé la sombra de una sonrisa permaneció en su boca sensual aprendió que otro chef con mucho talento hizo una pausa en busca defecto de su madre
Luisa rio era agradable reír con él demasiado con rapidez recuperó la compostura
lo sé dijo mirando alrededor con la esperanza de ver que un cliente la esperaba pero la entrada se hallaba vacía
espera alguien especial le preguntó Carlos a quien no le había pasado por alto la mirada de ella
no por qué
la estudió un momento Luisa se sintió extrañamente atrapada
me tienes miedo verdad volví a fruncir El señor pero en esa ocasión con consternación
miedo yo movió rápidamente la cabeza eso es ridículo lo observos debería tener algún motivo para temerte empezaba a divagar y lo sabía lo que no sabía era como parar pretendes hacerme daño
tienes razón eso es ridículo Luisa subo suave reflejó una nota de indignidad y triste no pretendo hacerte daño a ninguna mujer ni siquiera sé por qué se te pasaría eso por la cabeza
Luisa se mordió el labio y cerró los ojos
no no sé yo,
sí lo sabes la corto respiro hondo ese canal ya te la jugó verdad adquirió en voz baja como si quisiera cerciorarse de que nadie pudiera oírlo
Luisa se sintió paralizada por dentro y por fuera cómo lo sabía quién se lo había dicho tenía que haber sido Víctor el simple hecho de recordar ayer su temperamento desagradable a su acusaciones le causaba una sensación fría en el estómago maldita sea pensó había creído estar libre de los recuerdo
Luisa murmuró Carlos con preocupación.
lo miró directamente a los ojos
mi vida personal no está abierta a discusión señor Paniagua me gustaría que se marchara por favor espero un grupo de cuatro personas en cualquier momento
como si esa fuera la señal el grupo entró en el local arriendo y charlando con cara estructurable Carlos se hizo a un lado
Luisa invocó una sonrisa agradable y se volvió hacia los recién llegados
buenas noches recogió cuatro menús y añadió por aquí. después de que los clientes se sentaran pusieran a ojear el menú Luisa regresó a su astril a ver a Carlo como pasarlo por alto apoyado en una pared lateral no pudo evitar volver a pensar en lo alto y fibroso y
no vayas por ahí Luisa se aconsejo tratando de desmayar sin éxito El pequeño remolino de placer que giraba en su interior
empezó a sentirse nerviosa al acercarse a su puesto no había nadie esperando en el recibidor alzó el mentón dispuesta a mirarlo con ojos castellantes por el hecho de que aún siguiera ahí
Carlos permaneció donde estaba con la vista clavada en ella al tiempo que ese día una leve y burló una sonrisa musculosa
sigues aquí dijo odiándose por recalcar lo obvio
eso creo respondió él bajando la vista al menos parezco yo su sonrisa se amplió y los ojos mostraron un destello travieso
Luisa contuvo un escalofrío cuando se apartó de la pared y fui a plantarse justo delante de ella
cenas conmigo el lunes o el martes le preguntó en voz baja
lo miró desconcertada la sorpresa la mantuvo en silencio buscando una respuesta y decidió que no podía mandarlo a tomar viento fresco era un buen amigo de Víctor aparte de ser un cliente no obstante quedes caro lo miró señuda al tiempo que luchaba contra el subtítulo impulso de aceptar
se dijo que era una tonta ni siquiera lo conocía ni confiaba en él debía confiar en cualquier hombre que no fuera su padre o Víctor sin embargo sentía la tentación de darle un sí
como sabe sabías que el libro El lunes y martes preguntó con un intento de mostrarse irritada él la dio la cabeza y la respuesta le resultó evidente lo maldijo Víctor respondió por él
sí Carlos asintió puedes confiar en mí
Luisa musitó con tonos sincero y Víctor meaba Lara prometo no sobrepasarme
era un dilema y no sabía qué hacer sabía lo que quería había pasado mucho tiempo desde que había salido a cenar con un hombre
mirándolo con sus ojos oscuros vio admiración y preocupación por ella
Carlos se inclinó más sobre el astril y añadió con voz ronca
palabra de honor seré bueno
Luisa asedio
de acuerdo cenaré contigo el lunes
a qué hora y por dónde paso a recogerte
bajo ningún concepto pensaba darle su dirección
podemos quedar aquí te parece bien a las 7:30
perfecto deber entonces alzó la mano como para tocarse el sombrero que no llevaba sonrió la bajó la agitó rápidamente en señal de saludo Dios me dio vuelta y salió del restaurante
Luisa lo observó con una mezcla de susto y entusiasmo se preguntó si había hecho lo correcto al aceptar la invitación o si debería haber rechazado manteniendo con firmeza su Barrera de desconfianza hacia los hombres por suerte se vio temporalmente distraída del peso de ese enigma con la llegada de una familia que tenía mesas reservada
a las 12 menos cuarto Luisa junto con todos los empleados y el jefe habían limpiado el restaurante y preparando las mesas para el día siguiente sábado uno de los días más ajetreados igual que hacía todas las noches. vi por las voló a su coche aparcado en la parte del aparcamiento destinado a los empleados Luis aprovechó esos pocos minutos para preguntar a su jefe
por qué le dijiste a tu amigo Carlos cuál eran mis días libres infirió sin inflexión especial en la voz
Víctor lo acercó con cautela
me lo preguntó está enfadada conmigo por decírselo
no se detuvo junto al coche
solo irritada indicó él verdad
lo miro a los ojos y sonrió
un poco sí admitió ya sabes que -está ayudándole la oportunidad de intervenir
sí Luisa sé cómo te sientes sobre los hombres en general y cómo se llamase ese en particular y lo respeto se encogió de hombro pero Carlos no es cualquier hombre en general y no solo porque sea mi amigo es uno de los buenos cariños sonrió ya sabes de eso que llevan su sombreros blancos en las películas de vaquero su sonrisa se amplió además le advertí de que si llegaba a aceptar su invitación y tu sobrepasaba tendría que matarlo
Luisa no pudo contener una sonrisa
bueno yo acepté cenar con él el lunes
bien es hora de que vuelvas a salir de que coquetee un rato a Carlos le encantará después de estar atrapado entre las montañas todo el verano
estoy segura de que disfrutaré de su compañía Víctor dijo Luisa pero no creo que aún esté preparada para coquetear si es que alguna vez vuelvo a prestarlo
bueno si no es ahora es en algún momento tú simplemente relájate y disfruta un rato miro la hora y ahora será mejor que vuelva a casa con lisa antes de que ella empiece a ponerse sus pica
como si alguna vez lo hiciera Luisa río Gracias Víctor te veré mañana
ha guardado hasta que ya se subió al coche bloqueó la puerta y arrancó el motor después de saludarla con las manos fue hacia su coche
Luisa respiró hondo y despacio quitó el freno de mano y se alejó de allí