Sé Mi Emperatriz, Comandante.

Y ahí estaba aquel noble, de rodillas suplicando por su vida y jurando que él no sabía nada, pero el rey no creía en él, todos saben que ese noble envidiaba a su primo el rey, que siempre estuvo en su contra, no era difícil creer que en realidad se haya aliado con los rebeldes. El rey mando encerrarlos, a él y a toda su familia, mientras se hace una investigación sobre su cooperación con los rebeldes.

— no sabe cuan agradecido estoy con usted comandante Evergarden, el reino enteré le debe mucho.— expresa el rey.

— solo he cumplido con mi deber majestad y nos alegra saber que el festival podrá celebrarse.— menciona Tatiana.

— entonces quédense, estoy seguro que se divertiran, tómense los días libres y disfruten, aquí tiene hospedaje gratis.— habla el rey.

Tatiana agradece y cree que es una buena oportunidad para que sus subordinados se relajen un poco. Así que acepta la invitación del rey.

♤♤♤♤

El día del festival dio inicio, el centro estaba repleto de visitantes aun cuando apenas iniciaba el día. Arthur le comento a Tatiana que ese festival es el más importante de ese reino, así que haber encontrado a los rebeldes fue una fortuna para ellos, pues no se cancelo nada. Tatiana camina por los puestos, viendo todo lo que se vendía, justamente cuando estaba por agarrar una daga, alguien más intenta agarrarla también, aunque al mirar, Tatiana no puede ver su rostro, pues tenía una capa con capucha, la cual cubría su rostro.

— una dama interesada en un arma, es inusual.— menciona aquel hombre.

Su voz era suave, con un toque de sensualidad, mientras que su presencia era imponente, aún con la capa de notaban sus hombros anchos.

— no soy una dama como tal, soy un soldado.— aprovecha para tomar la daga.— lo siento, la vi primero.

— ahora comprendo, entonces señorita soldado, espero esa arma le sea muy útil.—

Aquel hombre hace una leve reverencia y se aleja del puesto perdiéndose entre la multitud. Tatiana solo pago por la daga para seguir su camino, aunque la presencia de ese hombre le inquieto un poco.

♤♤♤♤♤

Aquel hombre llega hasta una zona retirada del centro, donde dos hombres igualmente cubiertos con capas lo esperan. El hombre sube a su caballo y de inmediato se marchan de aquel lugar.

—¿logró averiguar algo señor?— pregunta uno de sus acompañantes.

— los rebeldes que asesinaron en la mina, fueron atacados por la legión Garden, su comandante esta en este reino.— responde.

— ¿de verdad?, dicen que es una mujer, que es la heroína del imperio. ¿En verdad una humana puede ser tan poderosa?— pregunta el otro chico.

— quizás, pero, no siento que sea humana, al menos no por completo. Pero hay seguir, debemos llegar antes del anochecer.—

Los tres van a toda velocidad perdiendo en el bosque.

Tatiana por su parte, regreso a su habitación totalmente cansada y no tardo en quedarse dormida. Pero, durante su sueño, podía recordar aquellos días donde la guerra recién iniciaba, ella tenía 15 años y sin dudarlo se ofreció a acompañar a su padre, aun sabiendo lo que le esperaba, ella estaba dispuesta a todo, además, quitarle la vida a una persona no era difícil para ella, pues en su anterior vida se dedicaba a ello, siempre tuvo que quitarle la vida a quien se atreviera a desafiar su autoridad. Conforme pasaba el tiempo, muchos hombres comenzaban a sentir el peso de sus acciones, no dormían bien y tenían pesadillas con aquellos soldados que habían asesinado en el campo de batalla, pero ella, Tatiana Evergarden, siempre lucio serena y frívola, nunca la escucharon gritar por una pesadilla y en el campo de batalla, no tenía compasión, sus víctimas eran cruelmente destrozados, y debido a su poder mágico, pronto comenzaron a llamarla el demonio esmeralda, debido al color de sus ojos, que parecían brillar en batalla.

♤♤♤♤

Terminado el festival, Tatiana y sus subordinados se despedían del rey y emprendían su viaje de regreso a su territorio, un condado ubicado en la frontera norte, y aunque ahora su estatus era bajo, ella tenía el estatus de su fama, mientras que su padre, se había quedado con el título de conde, Tatiana confía en él sabe que es quien mejor puede administrar el territorio.

Al regresar del viaje, primero pasaron en la capital para informar al emperador sobre su regreso y el éxito de su misión, después de esto, regresaron al condado, donde son recibidos por el padre de Tatiana, el ahora conde Evergarden.

— hija mía, bienvenida, quisiera que tan pronto descanses vengas a verme a mi estudio.— menciona el conde.

— claro padre, iré antes de la cena.— responde Tatiana.

.

.

.

Tal como había quedado, después de un breve descanso y un largo baño, Tatiana bajo dirigiéndose al estudio de su padre. Al entrar, notó la presencia de alguien más, era un hombre joven, atractivo con esos ojos de rubí y su larga melena de color gris, luciendo un elegante traje, lo cual significa que se trata de un noble.

— hija, este hombre es su majestad Farkas Cavendish, emperador de Tyrhan, el continente prohibido.— menciona el ahora Conde Evergarden.

Tatiana se sorprende al escuchar de donde proviene ese hombre, lo cual explica el peculiar color de sus ojos, solo un demonio o ser sobrenatural podría poseer tal color. Ella hace una reverencia, pero rápidamente su rostro es levantando cuando aquel hombre la sujeta del mentón para tenerla de frente.

— Tatiana Evergarden, es un placer conocerte, pequeña ninfa.— muestra una sonrisa ladina.

— saludos su majestad, es un honor saber que mi nombre es conocido incluso en su continente.— responde con calma.

Aunque le molesta el actuar de aquel hombre, así que quiso apartarse, pero este no se lo permite.

— Tatiana, la razón por la que su majestad esta aquí es porque necesita decirte algo importante.— menciona el conde algo nervioso.

— lo escucho majestad.— ahora si logra apartarse.

— tu madre, la bella Celestia, hizo una promesa a mi padre a cambio de que a ella la dejarán vivir con los humanos y casarse con uno.— señala al conde.

Tatiana es sorprendida por aquella revelación, pues nunca se mencionó en la historia que la madre de la joven perteneciera al mundo sobrenatural.

— no comprendo...— Tatiana mira a su padre.— ¿quien era en realidad mi madre?

— tu madre era una ninfa celestial, por eso, ella no podía salir al mundo humano fácilmente. El trato a cambio de su libertad, fue que, ella daría a su primera hija en matrimonio para el emperador actual, es decir, sería mi esposa.— explica Farkas.

— entiendo, pero, ¿por qué me dice esto?, la primera hija es Talia Evergarden, yo soy solo la segunda.— responde.

— es verdad, pero la primera esta casada, así que he decidido que serás tú quien ocupe su lugar.— asegura Farkas.

— me temo que no esta en mis planes casarme, majestad, estoy segura que en su país encontrará una buena candidata.— responde Tatiana.

— majestad, mi hija tiene razón, el trato era la primera hija, quizás si usted la busca, ella aceptaría su ofrecimiento.— intenta el conde persuadir.

— conde, no me interesa su hija mayor, un mujer sin sentido de lealtad, sin decencia y que lo único que le interesa es subir de estatus, su reino esta cayendo en ruinas, no permitiría que mi imperio estuviera en manos de una mujer así.— responde Farkas.

El conde no esperaba escuchar algo así, al parecer Farkas ya ha investigado a los Evergarden antes de presentarse ante él.

— al menos alguien sabe lo que es Talia.— menciona de manera burlona Tatiana.— pero majestad, debo rechazar su propuesta.

— no puede ser rechazada, el pacto fue hecho y no me iré sin ti, pequeña ninfa.— desliza su pulgar en la barbilla de Tatiana.

Ella se eriza ante el tacto, pero solo se aparta, de ninguna manera piensa casarse con ese desconocido, quizás atractivo, pero, no sabe que clase de personalidad tendrá.

●●●

NOTA: Hola Villanas, me alegra que les este gustando esta historia, incluso ya con 3 capítulos ha entrado al ranking en primer lugar 🫣

He notado que muchas se confunden con respecto para quien trabaja Tatiana.

Bueno, en términos simples. Ella trabaja para el emperador y el ex prometido es rey. Ojo, rey y emperador, no son lo mismo.

Un rey, rige solo un reino, digamos que viene siendo una ciudad, por así decir.

Un emperador, rige un imperio, es decir, un país entero.

Espero darme a entender.