Yo Soy La Madre Del Heredero.

Los días siguientes al encuentro con James, Aura se sumergiría en su trabajo en la oficina, decidida a hacer todo lo posible para mejorar el castillo. Decidió enviar a uno de los sirvientes con un mensaje al mayordomo.

"Por favor, lleva esta carta al mayordomo", indicó Aura al sirviente, entregándole una carta sellada con su sello personal. La cuál diría.

“Necesito que hacer algunos arreglos urgentes para el castillo. Necesitamos contactar a algunos mercaderes para comprar y cambiar algunas cosas esenciales. Nuevas sábanas, cortinas y una remodelación de la cocina son algunas de las prioridades. Además, hay partes interiores del castillo que necesitan reparaciones, como ventanas y suelos. Por favor, asegúrate de conseguirlos lo antes posible".

El sirviente asintió con respeto y se apresuró a cumplir la orden de Aura, llevando el mensaje al mayordomo con la mayor prontitud posible.

Con ese asunto en proceso, Aura decidió abordar otro tema importante. Sabía que necesitaba encontrar a alguien competente para ocupar el puesto de ama de llaves en el castillo. Recordando la conversación anterior con Emily sobre la ex ama de llaves, decidió que sería prudente contactarla para obtener consejos sobre cómo proceder.

Aura envió a otro sirviente con una carta dirigida a la ex ama de llaves, invitándola a una reunión para discutir el tema. En la carta, le proponía encontrarse al día siguiente por la tarde en una de las salas del castillo para hablar sobre su antiguo puesto y obtener consejos sobre cómo encontrar un reemplazo adecuado.

Con los arreglos en marcha y una reunión programada con la ex ama de llaves, Aura se sintió satisfecha de que estaban avanzando en la dirección correcta para mejorar el castillo y mantener sus tradiciones.

Aura se sumergió en la tarea de organizar los documentos y registros del castillo en su oficina. Mientras revisaba los pergaminos antiguos, se topó con un libro de cuentas que detallaba los gastos e ingresos del castillo durante los últimos años.

Entre las páginas desgastadas, encontró una entrada que llamó su atención y es que se trataba de un registro de gastos para la renovación del jardín durante la administración de la anterior duquesa. Aura se detuvo por un momento, imaginando cómo debía haber sido el jardín en sus días de la anterior duquesa.

Decidida a revivir la belleza del jardín, Aura tomó una pluma y un pergamino y comenzó a esbozar un plan. Anotó las ideas que había discutido con James y agregó algunos detalles adicionales, como la incorporación de nuevas especies de plantas y la restauración del lago trasero.

Con el plan trazado, Aura se sintió optimista sobre el futuro del jardín. Sabía que sería un desafío, pero estaba decidida a devolverle su antiguo esplendor al lugar.

Después de un arduo día de trabajo, el sol comenzó a ponerse sobre el castillo, pintando el cielo con tonos cálidos y dorados. Aura cerró el libro de cuentas con una sensación de satisfacción, sabiendo que había progresado en su misión de restaurar el castillo a su antigua gloria.

Decidió dar un paseo por los terrenos del castillo antes de que cayera la noche. Mientras caminaba por los senderos bordeados de árboles, sintió una sensación de paz y tranquilidad que la reconfortaba.

Al llegar al jardín, encontró a James ocupado podando los setos. Se acercó a él con una sonrisa y le entregó el plan que había elaborado.

"James, estoy trabajando en el plan para la renovación del jardín", dijo con entusiasmo. "Creo que juntos podemos hacer que este lugar vuelva a ser tan hermoso como lo fue en el pasado".

James con una sonrisa brillante le diría a Aura, "¡Estoy emocionado de poner en práctica esos planes, mi lady!" exclamó James con entusiasmo. "Con tu liderazgo y mi conocimiento de las plantas, podemos hacer maravillas juntos".

Aura asintió con satisfacción, agradecida por tener a James como aliado en su misión. Sabía que el camino hacia la restauración del jardín sería largo, pero con determinación y trabajo duro, estaban en el camino correcto.

Con el compromiso renovado de hacer del castillo un hogar próspero y acogedor, Aura y James se dispusieron a trabajar juntos en la tarea que tenían por delante.

Sintiéndose esperanzada por los planes que había concretado, miró el horizonte esperando a que pase el otoño.

Días más tarde, los terrenos del castillo resonaban con el sonido del trabajo, los sirvientes encargados de la remodelación de algunas áreas del castillo ya empezaban a trabajar, por otra parte James y su equipo de jardineros se dedicaban con pasión a implementar el plan de revitalización del jardín trazado por Aura. Con cada día que pasaba, el jardín comenzaba a recuperar su antiguo esplendor, llenándose de colores vibrantes y fragancias embriagadoras.

Mientras tanto, en el interior del castillo, Aura supervisaba personalmente las mejoras que se estaban llevando a cabo. Desde la reparación de las ventanas hasta la remodelación de la cocina, cada detalle recibía la atención que merecía. Con la ayuda del mayordomo y otros sirvientes dedicados, los proyectos avanzaban a buen ritmo.

Además de las tareas de mantenimiento, Aura también se dedicaba a encontrar un reemplazo adecuado para la posición de ama de llaves entre las criadas presentes y no se convenció de ninguna, no parecían tener la experiencia suficiente.

Por lo que poco después se reunió con al ex ama de llaves para preguntar sobre si conocía a alguien en el castillo que pudiera llevar acabo su trabajo. A lo que la Sra. Thompson le respondería que no lo cree posible y le diría, “las chicas que trabajan aquí son muy nuevas e inexpertas, y las mayores muchas de ellas están viejas o no saben leer o escribir, es una pena mi lady”. La conversación seguiría por otros caminos de vital importancia para el trabajo de Aura.

Tras hablar con la ex ama de llaves, había recibido valiosos consejos sobre cómo manejar las responsabilidades del cargo. Con determinación, revisó cuidadosamente cada candidato potencial, buscando a alguien que pudiera mantener la integridad y el funcionamiento eficiente del castillo.

A medida que los días pasaban, Aura se sentía cada vez más segura en su papel como señora del castillo. Había superado desafíos y había hecho progresos significativos en la restauración y modernización del lugar. Aunque aún quedaba mucho por hacer, estaba llena de esperanza y optimismo respecto al futuro del castillo.

Con el paso de los días, el castillo de los Hastings comenzó a transformarse físicamente bajo la dirección de Aura. Los cambios eran evidentes tanto en su aspecto físico como en el ambiente que lo rodeaba.

En primer lugar, las mejoras en la infraestructura del castillo eran evidentes. Las ventanas rotas fueron reparadas, las grietas en las paredes fueron selladas y los suelos desgastados fueron renovados. El castillo comenzaba a recuperar su antigua gloria, con cada rincón brillando con un nuevo esplendor.

Además de las mejoras estéticas, el ambiente en el castillo también experimentó un cambio notable. La moral entre los sirvientes había mejorado considerablemente bajo el liderazgo de Aura. Su determinación para crear un entorno de respeto y camaradería había generado un sentido de unidad entre el personal del castillo.

En la cocina, se llevaban a cabo renovaciones para modernizar las instalaciones y mejorar la eficiencia. Los alimentos podrían ser preparados de maneras más eficientes, por lo que el chef se sentía mucho más inspirado a la hora de preparar los platillos más tentadores que nunca.

Además, Aura logró contactar nuevamente con la antigua ama de llaves para recibir orientación sobre la selección de su reemplazo ya que no podía seguir con la carga de trabajo y las sirvientas necesitaban un claro líder, así que tomaron el té y compartieron anécdotas y consejos sobre el cuidado y la administración.

La Sra. Thompson le abría elogiado por los cambios realizados en el castillo, desde el cambio de telas hasta la remodelación de la cocina, esta ultima gozaba del lujo que podrían opacar a la antigua y la vajilla fina de plata, tanto como las repisas y los nuevos hornos, hicieron que el chef casi llorara de alegría.

La calidad de los alimentos mejoró mucho tras ello, luego de todos estos acontecimientos Aura quiso expandir su besuqueada de un ama de llaves al pueblo por lo que se puso en marcha.

A pesar de las preocupaciones del mayordomo, quien temía por su seguridad, ella estaba decidida a mirar los alrededores en besuqueada de más ayuda para el castillo, por lo que el mayordomo al ver la inflexibilidad de su ama tuvo que dejarla partir a cambio de llevar un numero mayor de escoltas, pero esto era un problema.

Los guardias que contaba el castillo estaba en lo justo para custodiar parte del exterior y el interior por lo que algunas áreas estarían desprotegidas, el mayordomo suspiraría y se diría a si mismo que no pasa nada. No hay nadie en este momento que pudiera atacar el castillo.

Así que con un carruaje preparado y guardias como medida de precaución, Aura se aventuró hacia el pueblo. Al llegar a la plaza del pueblo, Aura fue recibida por una multitud de personas que clamaban por ayuda.

Mujeres con lágrimas en los ojos relataban la desesperación de no poder alimentar a sus hijos, mientras que los ancianos se aferraban al carruaje alegando que necesitaban ayuda debido a que no tenían como subsistir.

Aura se sintió abrumada por la magnitud de la situación. Las palabras de las personas resonaban en su mente, y su corazón se llenaba de compasión por sus sufrimientos. Sabía que debía hacer algo para aliviar su angustia y traer esperanza a sus vidas.

Con determinación, se dirigió a la multitud y comenzó a hablar con voz firme pero compasiva. Les aseguró que no estaban solos en su lucha y que ella estaba comprometida a trabajar junto a ellos para encontrar soluciones a sus problemas.

"Comprendo el dolor y la dificultad que enfrentan", declaró Aura, su voz resonando en la plaza. "Pero les aseguro que no están solos en esta lucha. Me comprometo a hacer todo lo que esté en mi poder para aliviar su sufrimiento y traer esperanza a sus vidas".

Un niño arrojó una piedra al carruaje como un gesto desesperado, llamando la atención de todos en la plaza con su falta de control. Los guardias, en un instante, se pusieron a la defensiva, listos para capturar al niño que había agredido el carruaje.

Sin embargo, el niño, entre lágrimas y forcejeando con el guardia, gritaba con desesperación que el duque le devolviera a su padre. Explicó entre sollozos que su padre había partido a la guerra y no habían recibido ninguna carta de él desde entonces el había jurado que le escribiría cada día, pero eso nunca pasó.

La madre del niño apareció en escena, arrodillándose ante Aura y suplicando por piedad. Aura se acercó al niño con compasión, su voz resonando con calma y empatía.

"¿Cómo te llamas, pequeño?" preguntó Aura, con suavidad, mientras se arrodillaba junto al niño.

"L-Luis", respondió el niño entre sollozos, mirando hacia abajo avergonzado

"Luis, escucha", comenzó Aura, colocando una mano reconfortante en el hombro del niño. "Tu padre es un hombre valiente que ha partido a defender nuestro hogar. Sé que es difícil, pero debemos confiar en que regresará a salvo".

Luis lanzo la mirada hacia Aura, sus ojos llenos de dolor y anhelo. "Pero... ¿y si no vuelve?", preguntó con voz temblorosa.

Aura le sostuvo la mirada con firmeza pero con compasión. "Entonces, nosotros, como comunidad, estaremos aquí para apoyarte", aseguró. "Nunca estás solo, Luis. Juntos encontraremos la fuerza para superar cualquier desafío".

Las palabras de Aura parecieron calmar un poco el corazón del niño, aunque las lágrimas aún seguían rodando por sus mejillas. La madre de Luis se levantó, con los ojos llenos de gratitud, y se acercó para abrazar a su hijo.

"Gracias, mi lady", murmuró la madre con voz entrecortada por la emoción. "Gracias por su compasión y por ofrecernos esperanza en estos tiempos oscuros".

Aura sonrió con gentileza y se puso de pie, ofreciendo una mano a la madre para ayudarla a levantarse. "Es un honor para mí estar aquí para ustedes", dijo con sinceridad. "Juntos, podemos enfrentar cualquier desafío que se nos presente".

Con un gesto de respeto hacia la multitud, Aura siguió adelante, y regresó al castillo con el corazón pesado tras lo vivido en el pueblo, el plan era salir un poco y despejarme del trabajo, también para conseguir una ama de llaves, pero no contaba con ver los estragos de la guerra en su territorio, había visto los terrenos de la capital y eran muy diferentes entre sí.

La noche que llegué al ducado ni siquiera pude notarlo, y con razón el mayordomo lucía preocupado, tengo que poner manos en el asunto pronto, colocó un anuncio de de que buscaba alguna mujer con experiencia en ser ama de llaves y agregaría una serie de requerimientos para el puesto, esperando tener suerte. Luego de aquello volvería al castillo con el corazón pesado tras ver las circunstancias en la que estaban.

Desde entonces el otoño casi había llegado a su fin, y Aura observaba por la ventana cómo las últimas hojas caían de los árboles, anticipando la llegada del invierno.

Su curiosidad se despertó al pensar en los preparativos que el barón había estado llevando a cabo para el pueblo ante la próxima estación fría. Hasta ahora, Aura no se había involucrado en los planes del barón, ya que Desmon había dejado esa responsabilidad en manos de ese señor.

Sin embargo, sentía la necesidad de saber más sobre cómo estaban las cosas en el pueblo, especialmente después de haberlo visitado unas semanas atrás y haber percibido una atmósfera de decadencia.

Decidida a obtener respuestas, Aura mandó a llamar al mayordomo. Este llegó con una bandeja de té caliente y pequeños postres como galletas y magdalenas, mostrando su habitual cortesía. "¿En qué puedo servirle, mi lady?" preguntó el mayordomo con su habitual deferencia.

Aura tomó una taza de té entre sus manos, disfrutando del cálido vapor que se elevaba. "¿Necesito encontrarme con el Barón, crees que esta vez esté disponible?", declaró con determinación. "Siento curiosidad por saber cómo van las cosas en el pueblo.

Hace unas semanas visité el pueblo y la situación parecía preocupante. Sé que el ducado no carece de recursos para que se mirase de esa manera, por lo que quiero hablar con él y entender qué está pasando".

El mayordomo asintió con solemnidad, reconociendo la importancia de la solicitud de Aura. "Entiendo, mi lady. Le informaré al barón de inmediato y organizaré su encuentro", respondió con profesionalismo.

Mientras el mayordomo se retiraba para cumplir con su tarea, Aura reflexionaba sobre las posibles razones detrás de la aparente decadencia del pueblo. Recordaba vívidamente su última visita, cuando vio a familias luchando por sobrevivir y a niños jugando en calles polvorientas.

El té caliente la reconfortaba mientras esperaba. Se preguntaba si el Barón tenía un plan para enfrentar los desafíos del invierno, si había considerado las necesidades de los más vulnerables en la comunidad.

Finalmente, el Barón llegó a el despacho donde se encontraba Aura y lo recibió con la misma cortesía de siempre e intercambiaron saludos antes de comenzar la conversación.

"Barón, gracias por tomarse el tiempo para reunirse conmigo", comenzó Aura, su tono educado pero firme. "He estado preocupada por la situación en el pueblo y quería discutir cómo podemos trabajar juntos para abordar los desafíos que enfrenta nuestra comunidad".

El Barón asintió, su expresión seria reflejando la gravedad del tema. "Entiendo sus preocupaciones, mi lady", respondió con solemnidad. "La llegada del invierno plantea desafíos adicionales para nuestra comunidad, especialmente para aquellos que son más vulnerables".

Durante las siguientes horas, Aura y el Barón discutieron estrategias para abordar las necesidades del pueblo durante los meses de invierno. Hablaron sobre la distribución de alimentos y abrigos, la provisión de refugio para los sin hogar y la creación de programas de capacitación y empleo para aquellos que estaban luchando para llegar a fin de mes.

Al final de la reunión, Aura se sintió aliviada al ver el compromiso del Barón para trabajar junto a ella en beneficio del pueblo. Aunque sabía que aún quedaba mucho trabajo por hacer, estaba agradecida por el progreso que habían logrado en tan poco tiempo.

Con el invierno acercándose rápidamente, Aura se comprometió a seguir trabajando duro para mejorar las vidas de las personas que vivían en el ducado. Sabía que no sería fácil, pero con determinación y trabajo en equipo, confiaba en que podrían superar cualquier desafío que se les presentara.

Después de aquella conversación el barón trataría de marcharse lo antes posibles, pues el tenía mucho en que trabajar a lo que Aura se le agradeció su tiempo y siguió con sus labores mientras el sol se ponía en el horizonte, Aura miraba por la ventana con una sensación de esperanza en el corazón. Algo en su corazón le decía que algo no estaba bien y la intranquilidad la invadía.

Aura se quedaría pensando en las actitudes de barón, parecía que era un hombre trabajador que hacia todo lo posible por el territorio, pero algo en el no le hacía sentirse segura.

Estuvo pensando en todo lo ya visto en el pasado, sobre el estado del pueblo, del castillo. Según el libro de la anterior duquesa habían un flujo constante de dinero con el que de mantenía el castillo pero poco a poco esta cantidades fueron reduciéndose gradualmente, pensé que sería por la guerra pero me es extraño.

Días después de la reunión con el barón le mandaría a llamar nuevamente con la curiosidad de ver los libros de cuentas del territorio para buscar algún tipo de patrón.