Krasa Y Georgeus

El príncipe respiró profundamente y sonrió para tratar de calmar a la jovencita de cabellos rubios y ojos grises que tenía enfrente; le parecía particularmente encantadora, tenía esa belleza clásica, aún con ropa de telas finas pero no vaporosas, escaso maquillaje y expresión tierna.

- "Espero que este a gusto en la Escuela de Lenguas de Fontana, pronto va a haber una fiesta, seguramente ya la invitaron, espero poder verla ahí", dijo Georgeus.

Georgeus era un príncipe de tan solo 19 años, había tenido que convertirse en príncipe heredero a los 8 años porque su hermano mayor, el príncipe Lurol, tuvo que abdicar al escoger una mujer de fuera de la Comunidad Mágica de Hurmaya, jamás aceptada por la familia real; los príncipes herederos de otros reinos promediaban los 25 años, Georgeus era el menor de todos; sus padres estaban organizando bailes especiales para que conozca a las doncellas de Fontana, y pueda decidirse por alguna candidata para comprometerse.

Hasta ese momento, ninguna de las jovencitas que conocía le habían resultado interesantes, parecía que habían aprendido a decir que les gustaba todo aquello que le gustaba a él dándole la impresión de que ocultaban su verdadera personalidad, la única diferente era su mejor amiga Karoly, y aunque era bonita, no la podía ver de otra manera, era casi como una hermanita menor.

Así que cuando se vio a sí mismo interesado en una muchacha por primera vez en su vida, se le despertó el deseo por conocerla, y la tenía en frente con esa mirada transparente que traspasaba el alma, y solo podía contemplarla con éxtasis, hasta que luego de un tiempo fue sacado de su ensueño por los comentarios agudos de su amiga.

- "Tal vez la hayan invitado, pero no quiere decir que haya aceptado", comentó Karoly con una sonrisa.

- "Ah, ¿todavía no ha aceptado ninguna invitación?", preguntó emocionado el príncipe para luego decirse asimismo ¿por qué sonó tan infantil?.

- "No conozco muy bien a los jóvenes para aceptar una invitación, me dijeron que también se puede ir sin pareja, así que podríamos encontrarnos en el baile", respondió algo nerviosa Krasa; por alguna razón la actitud del príncipe le parecía tierna, en contraste a la autosuficiencia que siempre había tenido Carpio, imponiendo siempre sus decisiones.

- "Si es así, estaría encantado de que me pueda conceder un baile", requirió el príncipe con una tierna sonrisa.

- "Por supuesto, le concederé un baile", respondió Krasa, había decidido no volver a enamorarse, pero le emocionaba poder bailar con el príncipe, iba a vivir la experiencia de vivir en Fontana, antes de que su padre le impusiera seguramente un nuevo prometido.

- "Recuérdelo mi Lady, tendré el honor de poder bailar con usted", dijo el príncipe Georgeus, dándole un beso en la mano, que se sintió como un cosquilleo en todo su ser.

El príncipe se retiró, y las miradas se posaron en la extranjera chica de ojos grises, Karoly se acercó a ella y le susurró "le gusta el color azul, y tú tienes mi visto bueno", Krasa sacudió la cabeza, quizás porque Karoly tiene una personalidad extrovertida le contagiaba una alegría que desconocía, siempre supo que el príncipe Carpio se convertiría en su esposo, quien salvo la relación de cordialidad jamás lució como alguien emocionado o nervioso por llamar su atención.

Después de ese evento, Lady Nivea se encargó de difundir por todo lado, que Lady Krasa era una coqueta y que había abordado al príncipe Georgeus, para que la lleve de pareja al baile de máscaras; sin embargo, sus afirmaciones se quedaron sin fundamento cuando Krasa fue con el grupo de señoritas que iban solas al baile, los carruajes emprendieron rumbo al palacio.

Los reyes de Fontana habían tenido una conversación algo tensa con el príncipe Georgeus, horas antes del inicio del baile.

- "Sé muy bien cual es mi responsabilidad, solo estoy pidiendo tiempo para escoger a la mujer, que me va a acompañar toda mi vida", dijo el príncipe Georgeus a sus padres.

- "Hijo, eres el príncipe heredero de Fontana, y hemos estado retrasando constantemente esta importante decisión, tienes que escoger de una vez por todas a tu prometida; y si tanto se te dificulta, a pesar de su colorida personalidad, estamos dispuestos a aceptar a Lady Karoly como tu prometida", expresó el rey de Fontana con mirada serena y voz firme.

- "Lady Karoly es mi amiga, sin lugar a dudas es una persona maravillosa; sin embargo, mis sentimientos por ella no se pueden transformar de amistad a amor; por favor no me impongan a alguien, por favor denme tiempo", insistió el príncipe Georgeus.

- "Georgeus, sé que eres joven y hemos querido darte la libertad de escoger, para que no te sientas agobiado por una imposición, pero sabes perfectamente que no podemos crear un vacío en la sucesión real, debes escoger a quién será la madre de tus hijos y con ello, a quien algún día será reina de Fontana, no tenemos más hijos como para darte más tiempo, cariño, como en otros reinos, has dialogado con todas las doncellas de Fontana, alguna debió haberte parecido cautivadora", expresó la reina de Fontana.

- "¿Y si escogiera a alguien que no sea de Fontana?", preguntó Georgeus.

- "¡Georgeus!", exclamó el rey.

- "No me refiero a alguien fuera de Hurmaya, sino de otro reino de la comunidad", comentó el príncipe.

- "Georgeus, el príncipe Carpio de Susumira se comprometió con una doncella de Urtesi, y hace unos meses, ella anuló el matrimonio en un acto escandaloso, es un problema escoger de otros reinos, porque las costumbres son diferentes y podrían terminar separándolos, tienes que escoger esta noche a la prometida que necesitas", expresó con seriedad el rey de Fontana.

Georgeus se quedó pensando lo que había dicho su padre, la ex prometida de Carpio provenía de Urtesi, cuando estuvo en Susumira escuchó que el mismo día que él tenía que regresar a Fontana, Carpio tendría un baile con su prometida; y él vio por primera vez a Krasa en Susumira, se preguntaba si acaso la dulce niña que lo había cautivado era la ex prometida del príncipe heredero de Susumira, su corazón se agitó.

Horas más tarde, el baile había empezado, las damas y caballeros lucían elegantes máscaras, y los reyes no encontraban al príncipe Georgeus, tuvieron que iniciarlo sin él; normalmente el príncipe era apacible y responsable en todos los aspectos, pero escoger una prometida era algo que siempre rehuía hacer.

Krasa salió al patio, le molestaba que a pesar de la máscara todos parecían saber quién era ella; había recibido varias invitaciones para bailar, pero al parecer era porque se había diseminado el feo rumor que era una coqueta y fácil (cortesía de Lady Nivea), así que los muchachos parecían esperar algo más que un baile.

Mientras estaba en el patio, un joven se le acercó y cansada de los comentarios desagradables, pensó en que no se arriesgaría a que él iniciara con propuestas incómodas.

- "No sé lo que haya escuchado, no ando buscando compañía masculina, así que le agradeceré que me deje sola", expresó Krasa seria y sin mirar al joven enmascarado.

- "Lo siento, mi Lady, no quería incomodarla, tenía su promesa de un baile", dijo el príncipe Georgeus con voz grave.

Krasa volteó a mirarlo, la altura, el porte, la elegancia y aquella mirada profunda a través de la mascara solo podría indicar que era el príncipe Georgeus, se quedó observando hasta que el príncipe le dió un beso en la mano.

- "Me disculpará, he tenido momentos bastante incómodos esta noche, no lo había reconocido", dijo Krasa nerviosa.

- "¿Me concede el baile, aún fuera del salón?", preguntó el príncipe.

Krasa asintió, y empezaron a bailar en el patio bajo la luz de la luna, con el débil sonido de la música que se escuchaba desde el salón. Por ese momento, ella se olvidó del mal rato provocado por los chismes, y él olvidó preguntar si era la ex prometida de Carpio, solo quería disfrutar de ese mágico momento.