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La Otra Cara Del Placer [Duele Amar - II]

La Otra Cara Del Placer [Duele Amar - II]

Status: Terminada
Genre:Romance / Completas / Venganza / Mafia / Dominación / Autosuperación / Traiciones y engaños / Esclava / Sirvienta / Venderse para pagar una deuda / Amor-odio / Cambio de Imagen / Ascenso de clase social / Venganza de la protagonista
Popularitas:89.5k
Nilai: 4.9
nombre de autor: Zuly Torres

Un asesinato bastó para desmoronarlo todo. Las sombras del pasado los persiguen. ¿Cómo todo pudo cambiar en una noche?
Entre secretos oscuros y lealtades cuestionadas, se ven arrastrados hacia un juego mortal donde cada elección los adentra más en un laberinto de engaños y pasiones prohibidas. ¿Podrán resistir la atracción que los consume o sucumbirán ante las fuerzas que los separan?
¿Odio u obsesión?
¿Deseo o amor?
¿Venganza o atracción?
Todas las decisiones te llevan a rumbos completamente distintos.

NovelToon tiene autorización de Zuly Torres para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

3: ¿Traidor?

...TRAVIS...

—Y, ¿qué sabes hacer? —acaricio con el pulgar sus tiernos labios que se abalanzan a devorar los míos.

En medio de calurosos besos ni noté su agilidad para quitarme la camisa. Mis manos no hacen nada para facilitar las cosas, pues quiero ver la experiencia que tanto alardea tener. Antes de continuar, la aparté para servirme y beber un trago fuerte con el que no sea del todo consciente que estoy metiéndome con una menor de edad.

—Que conste que soy un hombre decente y no estoy abusando de ti —doy inicio al video que quedará archivado en mi celular como prueba.

Gatea sobre la cama y se acuesta boca arriba en ropa interior, como me gusta para una amplia visión. Me coloco un preservativo de los que suelen haber sobre una mesita y entro a la cama.

—¿Puedo hacerle una petición antes de iniciar?

—¿Te arrepentiste?

La traigo a mí jalándola de las piernas, y así poniéndolas alrededor de mi cadera. Dijo unas dos o tres palabras que no entendí y no me molesté en preguntar. De a poco fui entrando en ella, lo extraño fue que sus paredes vag*nales me oprimían, pero eso me excitaba más de lo normal.

—Señor… —muerde sus labios mientras aprieta las sábanas. Sus gemidos parecen lamentos, pero la entiendo, estar con hombres como yo es una virtud que quizá no se le había presentado antes.

Mi mano pasa de su muslo a su cuello.

—¿Aun en la intimidad continúas llamándome “señor”? Suenas ridícula —rio—. Si vas a llenar tu boca con gemidos hazlo pronunciando mi nombre: Travis.

La pongo de espaldas por comodidad, saliendo y entrando de ella a mi antojo.

—Travis…

Sí, a eso me refería.

Una almohada presiona en su cara y sus piernas tiemblan como si no aguantara tanta presión como la que ejecuto salvajemente. Sus gemidos son inaudibles. Su cuerpo va adaptándose al grosor de mi miembro y mueve sus caderas lentamente.

Ahora voy dándome cuenta de su experiencia.

Retengo mis fluidos y me retiro el preservativo. Levanto su mentón indicándole con una mirada firme lo que procede. Ella entendió mi petición y postrándose de rodillas llevó mi poll* a su boca. Y solo entonces me permití correrme en su boca apenas tuve contacto con el calor de ella.

No sé si es bueno o malo, pero no quiero más sexo por ahora. Estoy lo suficientemente extasiado. Lo común es permanecer en la acción por más de dos horas, o por lo menos para mí, pero en este caso apenas tengo treinta minutos follando con esta chica y ya no me quedan fuerzas para más.

Se aparta por sí misma y se cubre con una sábana, aun cuando ya le vi hasta el alma. En una esquina de la cama me sigue con la mirada cuando me levanto y empiezo a vestirme.

—¿Ya puedo retirarme?

—¿Por qué la prisa, Daphne? ¿No te gustó?

Sus ojos me evaden y eso me estresa.

—Con permiso —agarra sus tacones y ropa del suelo, y envuelta en una sábana se dirige a la puerta.

—Espera.

De mi billetera tomo un par de billetes de cien dólares que le dejo encima de su ropa.

—¿Ibas a irte sin tu recompensa? —sonrío, limpiando una gota blanca de su mejilla—. Buen trabajo.

Dio un golpe en mi mano para que la quite de su rostro. ¿Por qué tan arisca si ella fue la que me rogó para que la hiciera mía?

Con la cabeza abajo sale de la habitación, como si estuviera avergonzada por algo que aún no descifro.

Ojalá tenga la suerte de verla otra vez.

Sudado me siento en la cama tras haber soñado con exactamente todo lo que pasó esa noche. De alguna manera, haber cometido el error de ir anoche a la fiesta de cumpleaños de Daphne me afectó. ¡Ahora resulta que también tengo que soportar ver mi desliz en mis sueños!

Un dolor irritante e intenso se acentúa en mi cabeza. Llevo puesta la misma ropa de ayer, pero lo verdaderamente grave es que no recuerdo cuando llegué a mi casa.

—Veo que ya volviste en sí.

Jessa sale de mi baño limpiando descaradamente su cabello con una de mis toallas.

—Vomitaste en mi pelo mientras dormía a tu lado, no te atrevas a preguntar por qué salgo de tu baño.

Me tira la toalla en la cara y abre las persianas.

—Dusan me llamó preocupado diciendo que habías salido de su casa sin decir nada, y por casualidad encontré a un borracho bebiendo en un bar cuando iba en busca de mi hermano. Te traje conmigo y en todo el camino no dejabas de decir barbaridades. Cuando llegamos tenías un mal aspecto y ardías en fiebre, por ese motivo cumplí con mi papel de hermana y me quedé para cuidarte. No sé en qué momento terminé durmiendo a tu lado, pero cuando amanecí ya habías ensuciado mi cabello con tus porquerías.

—¿Estás molesta?

—Ayer estaba molesta, pero hoy estoy furiosa tras descubrir algo sumamente grave mientras estabas en tu estado de embriaguez.

¿Grave? ¿Qué puede ser tan grave que lo que hice con Daphne? ¿En mi borrachera abrí mi boca de más y le confesé a mi hermana sobre lo que tuve con esa chica?

—Jessa, yo…

—¡Sin excusas, Travis! —lanza una almohada a mi cara—. Yo y mi mala suerte de decepcionarme más de ti cada que nos vemos las caras. ¿Te parece que lo que haces está bien?

—Tampoco es para tanto. No me mires así, no me juzgues sin saber la historia detrás de esto.

—Para eso no hay justificación. ¿También dirías que no es para tanto si hicieran eso conmigo, tu hermana menor?

—Nadie jamás te tocará un pelo si yo estoy con vida. No pongas ejemplos estúpidos que me enojan.

—¡Enojada estoy yo, sinvergüenza! —vuelve a girarme el rostro a punta de almohadazos—. ¡Te doy hasta mañana para que le des una solución a ese problema!

—¿O sino? —sujeto su muñeca para que pare.

—O sino mamá sabrá de esto. ¿Pensaste en la vergüenza que ella sentirá de ti si llega a sus oídos que tienes secuestrada a una mujer?

¿Cómo? ¿Acaso el tema trataba de…?

—¿No se te remueve el corazón de tener a esa mujer ahí encerrada sin comer y beber nada?

—Ah, era eso. ¿Ese es tu enojo? Tengo asuntos más interesantes que tratar como para estar tras la alimentación de esa mujer.

—No te quita más de cinco minutos dar una orden concreta para que le brinden a la chica los servicios comunes y necesarios.

—Ella no está hospedada en mi casa, no es mi invitada; es la hija de Dawson, mi enemigo, eso la convierte en mi herramienta para llegar a él. Pero si te deja tranquila el bienestar de ella, más tarde iré a verla para dejarle algo que comer.

—Eso ya lo tengo bajo control. Anoche mismo fui a verla, le dije a una sirvienta que la cuidara, y de paso le di mis disculpas de tu parte.

—Eso último estuvo de más —reviro los ojos y me pongo de pie—. Cambiando de tema, ¿cuándo llegaste de Inglaterra?

—Hace tres días. Ya terminé mis estudios, no encontré un porqué para seguir allá.

Jessa siempre fui la única que odió todo lo relacionado a los negocios de la mafia que se han llevado a cabo en cada generación de la familia. Es la menor de mis hermanos, inteligente, pero fácil de engañar. La decisión que tomé con mi madre fue enviarla lejos con la excusa de sus estudios para protegerla de los peligros, y con su regreso me inquieta lo que traten de hacerle. Ya es toda una mujer, es absurdo decidir por ella.

Hice a mi hermana esperar fuera de la habitación mientras terminaba de alistarme para empezar otro espantoso día que no es diferente a los demás.

Bajando las escaleras vi a Jessa platicando con Arlo con una sonrisa de oreja a oreja. Quien no la conociera diría que es una relación de amigos, pero soy el único que sabe discernir la realidad. Los años pueden pasar, pero ella seguirá enamorada de Arlo, aunque él acostumbra a mantener una barrera de amistad entre ellos. En parte me tranquiliza el pensar que ella no tiene oportunidad con él, y no es porque sea egoísta, sino porque Arlo siendo mi hombre de confianza corre riesgos que podría compartir con mi hermana. Por ahora mi meta es hacer que Jessa se vaya del país.

—Buenos días, Arlo.

—Buenos días, señor. Espero que haya retomado sus fuerzas tras su borrachera de anoche.

—Me siento bien. ¿Hay novedades?

Discretamente me indica a través de gestos que no puede hablar con Jessa presente.

—No es de mi interés oír sus temas de conversación —dice la resentida una vez se da cuenta de lo que me expresa Arlo—. Igual ya me iba.

—Vete con cuidado —le doy un beso en la frente y la despido en la puerta—. Ya sin interrupciones comienza a hablar, Arlo.

—No me conviene a mí comunicarle esto, sino su hermano…

—Si se trata de Andrew no te vayas por las ramas y di lo que quieres decir. ¿Recibieron correctamente a mi hermano en Estados Unidos?

—Ni siquiera alcanzó a entrar. Hubo un percance en la frontera.

Suspiro antes de preguntar.

—¿Qué percance?

—Balearon los camiones que transportaban el dinero y los asaltaron. El plan de trasladar esos billetes para que sean lavados fue un fracaso. El señor Andrew recibió un disparo en el brazo, mientras que los demás hombres que lo acompañaban no tuvieron la misma suerte y murieron en medio del ataque.

—¿Dónde está Andrew?

—En la mañana me dijeron que está reposando en su casa.

Mis neuronas no están en buen funcionamiento y me temo que si voy a verlo desataré mi ira con él. La sangre me hierve de la rabia. Confié ciegamente en que Andrew haría un buen trabajo, incluso dejé lo del lavado de dinero en sus manos, pero todo lo que toca destruye. ¡Maldita la hora en la que deposité mi confianza en él!

—¿Desea que le prepare el auto para llevarlo donde su hermano?

—No… por ahora —no nos conviene a ninguno de los dos vernos las caras en estos instantes—. Cambiando de tema, ¿cómo se enteró Jessa de que tengo encerrada a la hija de Dawson?

—Escuchó sus gritos anoche y fue a indagar de quienes eran. Quise intervenir, pero usted conoce a su hermana y pasó por encima de mi palabra. ¿Ella le mencionó algo?

—Me amenazó con contárselo a mi madre, pero eso es lo de menos. Esta es mi casa y aquí las decisiones las tomo yo, nadie entra ni sale si yo no lo autorizo. Ahora voy a ver a la chica, tú vete a conseguir más información del asunto ese del ataque en la frontera.

—Sí, señor.

Mis pasos se dirigieron al cuarto de la problemática mujer y en cuanto entré la vi caminando de un lado a otro, supongo que Jessa la desató.

—Buenos días.

—¿Qué tienen de buenos, infeliz?

Amanecimos bravos, eh.

—Esa actitud no te favorece, así menos me convencerás para que te deje en libertad.

—No me hace falta convencerte. Mi padre vendrá a rescatarme y cuando eso pase explotaré esta mansión contigo adentro.

—Deja de soñar excesivamente, no sea que termines loca. Dawson no vendrá por ti, no ha hecho nada por contactarse conmigo para negociar tu vida —sonrío disfrutando desde mis entrañas la desilusión en sus ojos—. Abre los ojos y ve más allá de lo que tus sentimientos te dicen. Estamos en un mundo en el que hasta las personas que amas te traicionan, ¿en serio piensas que él vendrá a rescatarte?

—Lárgate —me da la espalda.

Finge ser fuerte, pero es más débil de lo que pensé. Es fácil de manipular y pronto le sacaré todo lo que necesito saber.

—Cuando recapacites manda a llamarme. No soy egoísta, si te pones de mi lado también saldrás ganando, y mucho.

A una distancia prudente aprecio las lágrimas en sus mejillas. Eso es bueno. Si entra en desesperación la lengua se le soltará más rápido, luego lograré mi objetivo y cuando ya no me sirva me desharé de ella. Así funcionan las cosas aquí.

—¡Señor! —Arlo pasa con una expresión de inquietud en su rostro, sin tocar, con un celular en la mano.

—¿No me ves ocupado?

—Es importante.

Por hoy me resigno a insistirle a la chica, espero que para mañana sí me sirva de algo.

Cerré la puerta del cuarto con candado y guardé la llave en mi pantalón. Uno nunca sabe las mañas de otros. Seguí a Arlo hasta el patio, no me dio explicaciones y solo me entregó el teléfono para que atendiera la llamada.

—¿Aló?

—Sé que tienes a mi hija, Petrov.

Una corriente silenciosa permaneció entre los dos por segundos. Una sonrisa fue tomando forma en mis labios. El mismísimo Dawson me había llamado para hablar de su hija, por lo menos me abofeteó en toda la cara con su interés por ella.

—Veámonos hoy para llegar a un acuerdo —plantea con suma ansiedad en su voz.

—Me parece perfecto. Dime dónde y le llego.

—Te enviaré una ubicación por mensaje a través de este celular.

—Como quieras.

—Trae a mi hija contigo.

—Eso lo veo difícil. Conozco tus trampas, Dawson, no eres alguien de fiar. Tus hombres me acribillarían apenas ponga un pie en el sitio, tomarías a esa zorra y saldrías huyendo como la rata que eres. Para vernos hay una condición: veámonos solo los dos, sin hombres armados. Tienes las de perder, así que no me juegues chueco porque soy el más maldito cuando me lo propongo.

—Será como digas. Pero antes quiero que me mandes una prueba de que mi hija está en buenas condiciones.

—Sí, sí, sí, casi ni le afecta tu ausencia, luego te enviaré una foto de ella.

Antes de colgar vuelve a hablar.

—Juro que si le haces algo a mi hija prenderé en llamas a todos quienes amas, Travis.

Veo de dónde la chiquilla esa sacó el malgenio y las firmes amenazas.

—Cumpliré con tus condiciones, así que mucho cuidado con verme la cara…

Y entonces corté la llamada.

Primero fue la amenaza de Jessa y ahora la de este tipo, no esperaba más de este día. Mi mente está sobrecargada de tantas cosas que no sé cómo lidiar.

...RAHAB...

Tres días en esta pocilga y ya no aguanto más. Mi padre no ha venido a mi socorro y estoy desamparada. Mi desespero aumenta en cada segundo que me la paso observando las mismas cuatro paredes que me aprisionan. ¿Por qué de un día a otro pasé de ser tratada como una reina a una perra encarcelada? No hay noche que me reproche por haber oído a mi padre el día que me encargó asesinar a Travis, ¡él se olvidó de mí y me dejó caer en las garras de ese maldito demonio! Si no muero por las manos de Travis lo haré por la falta de sustento en mi organismo; ese tipejo mostró tanta despreocupación en mí que cruelmente me negó el derecho de alimentarme, si no fuera por su hermana que tuvo compasión y me auxilió, estaría tendida en el suelo alucinando barbaridades.

—¡Quiero ver a Travis! —golpeo la puerta para que quien esté detrás de ella atienda a mis palabras—. ¡¿En esta casa son sordos o qué?! ¡Comuníquenle al malnacido de Travis que tengo cosas que platicar con él y que si no viene…

—¿Si no viene qué? —abren la puerta, pero no mi persona deseada, sino el maldito escolta que tantas ansias tenía de torturarme; Arlo.

—Dile a tu jefe que quiero verlo.

—Hace una hora vino a verte, ¿por qué no le dijiste lo que querías en ese momento?

—Ese no es tu asunto. Ve a buscarlo, córrele que para eso te pagan, ¿no?

—Mi trabajo es dar la vida por mi jefe, no ir a darle recados de una mujercilla que no hace más que gritar. Él no está, salió, y me temo que, aunque esté, no vendría a escuchar tus estupideces.

—Esta vez sí es importante, lo juro —con mi mano hago un gesto de promesa.

—Bien, entonces dímelo y yo le hago llegar tu mensaje.

—No es lo mismo hablar con el payaso que con el dueño del circo, ¿captas? Tengo una propuesta que hacerle y es necesario que me exprese correctamente delante de él para convencerlo, y obviamente a ti te da igual mi situación y no seguirás mis indicaciones…

Sale cerrándome la puerta en la cara.

—¡Hey! ¡¿En tu casa tu madre no te enseñó modales o qué?! —pateo la puerta y desisto a seguir golpeándola—. ¡Por eso tipos como tú no salen de ignorantes, porque no los educaron en el tiempo adecuado!

Me recomiendo calmarme y no perder ese pequeñísimo porciento de paciencia que me queda. Mi intuición me dice que pronto saldré de esta habitación y veré la luz del sol otra vez.

...TRAVIS...

Mis planes en mente nunca fallan y eso es lo que me caracteriza. Desde que tengo uso de razón, soy alguien que siempre obtuvo de miles formas lo que quiso, a excepción de ciertos fallos que he tenido, conforme fui creciendo. Pero al final siempre gano.

—Menos mal no demoraste, ya estaba por irme —digo descendiendo del carro.

Dawson hace lo mismo. El preocupado hombre sí cumplió con la condición de venir solo, sin hombres que le cubran las espaldas; en mi caso no puedo decir lo mismo, tengo hombres armados en distintos puestos de la zona por si ocurre lo “inesperado”.

—Aquí me tienes, Petrov. Me urge salir pronto de este proceso para tener conmigo a mi hija; solicito que me pidas lo que quieres a cambio. Te escucho.

—Tu actitud negociadora me gusta. Requiero mi dinero de vuelta a cambio de la chica.

—¿Dinero? ¿Qué dinero? —pregunta como si le hubieran reseteado la memoria.

—¿Para qué hacernos los tontos? Tú mandaste a asaltar los camiones que transportaban mis dólares. Quiero mis cuatro millones de dólares a cambio de entregarte a tu hija, ¿o es que ella no lo vale? Es un valor razonable a mi parecer. Te doy plazo hasta mañana para el intercambio.

—Invertí ese dinero fuera del país. La cantidad es demasiada y no la podré recaudar en 24 horas. Dame tres días y prometo…

—¿Eres consciente de que estamos negociando la libertad y vida de tu hija? No soy hombre de esperar. No me interesa si tienes que venderle tu alma al diablo para devolverme esos billetes, no te daré más tiempo. A esta misma hora y en este mismo lugar estaré esperándote mañana con tu hija, pero ten en cuenta que si no cumples con el trato no me temblará la mano para matarla.

Un gesto de impotencia es lo último que aprecié antes de montarme en el auto y marcharme del lugar.

Para ser honesto, recuperar los cuatro millones no es lo que tengo en mente. Tengo una innumerable fortuna que haberlos perdido no es para tanto. ¿Cómo podría ser tan bueno para hacer un trato con un enemigo que ya una vez me destruyó la vida? Acarrear esto por la paz nunca fue mi opción.

Marco un número sin agregar y llevo mi celular al oído cuando abren la llamada.

—Mátenlo y desháganse del cuerpo.

Quizá a partir de este día encuentre por fin la sanación interior que necesitaba. Vi el sufrimiento vivo en los ojos de Dawson, di la orden de eliminarlo, con eso ya estoy satisfecho.

Me inquieta el destino que deba darle a la hija de Dawson. Si la desaparezco, Jessa hallará la forma de sacar a la luz lo sucedido con ella, y no me conviene ser visto como un hombre cruel por mi hermana. Pero si la dejo en libertad esa mujer usará su poder en mi contra y me ofrecerá ciertos dolores de cabeza cuando se entere que ordené asesinar a su padre. ¿Será posible escapar de los problemas por lo menos en un corto tiempo?

Estaciono mi carro fuera de la mansión y doy la señal para que lo guarden en la cochera. Seguido a eso, me dirijo a Arlo quien me espera en la entrada de la casa con una cara que me hace rogar que no me venga con otra mala noticia.

—Llegó pronto de su encuentro con Dawson, señor ¿Qué tal le fue? ¿Ese tipo aceptó negociar con usted?

Ni siquiera él sabe el plan que tenía reservado para Dawson. Creo que es mejor guardarme ese secreto hasta que la tensión del momento desaparezca.

—No me dio una respuesta concreta. A ese maldito no le interesa del todo su hija. Como sea, ¿tienes algo que decirme?

—La chica solicita verlo —suspira cansado—. Sus gritos no cesan y no sé qué más hacer. Yo soy el más necesitado en que ella se vaya, vigilarla es mucho trabajo.

Pongo una mano sobre su hombro con una sutil sonrisa de labios cerrados.

—Te prometo una buena recompensa si sigues teniéndole paciencia, pues la necesitarás.

—¿Insinúa que no habrá trato con Dawson?

—Es posible.

—Quizá deba ir donde la chica, juró tener buena información que darle sobre su padre.

—Nada que tenga que ver con Dawson me resulta ya interesante. Comunícale que no iré a verla. Y si grita, déjala, las cuerdas vocales se le terminarán inflamando y se cansará.

Dejo las llaves del auto en sus manos y antes de poner un pie dentro me hace saber algo que me deja la mente en blanco y el cuerpo tenso.

—Hace poco una joven vino y me rogó que le permitiera pasar. Decía ser la hermana de su primo y por miedo a un regaño suyo la dejé entrar. Está esperándolo en su estudio.

Caminé sin pensarlo dos veces al estudio, no hice ruido, solo abrí la puerta de golpe dispuesta a enfrentarla. Y ahí estaba Daphne, sentada en el sillón con sus claros ojos clavados en mí. Cuánto descaro venir después de la innecesaria cachetada de anoche.

—¿A qué has venido? —pregunto con cierto fastidio—. Odio las visitas impertinentes.

—Eso ya lo vi —tira unos papeles en el escritorio—. Vine hasta aquí porque Dusan me lo pidió. Esas son las copias de los registros que tienen que ver con las mercancías exportadas.

—Bien. Gracias, ojalá no se vuelva a repetir. Mi primo tiene hombres a sus servicios que podían hacer este trabajo.

—Oye, le rogué a Dusan para que me permitiera venir con la excusa de esos papeles.

—Si no viniste solo por eso ¿qué haces aquí?

—Quiero que te disculpes por tus palabras ofensivas —dice firme, como si tuviera la certeza de que eso es lo que haré.

Prácticamente me le reí en la cara, y no fue a propósito, solo me dio risa.

—Tu caso es realmente grave —tomo asiento en mi silla—. ¿Sufres de bipolaridad? Ayer te me insinuaste, luego me cacheteaste, y ahora vienes para que te pida perdón por “ofenderte”. ¿A qué estás jugando? No me respondas porque puedo imaginármelo.

—¿De verdad? —sonríe apoyando sus manos en mi escritorio para inclinarse.

—Sí. Mis años de experiencia me demuestran que lo que quieres es seducirme, quizás porque alguien te mandó a sacarle provecho a mi fortuna.

Literalmente la sonrisa se le borró. Volvió a su postura anterior y me miró fijamente, como estudiándome.

—¿Y por qué querría tu fortuna teniendo de mi lado a Dusan?

Ese es un buen argumento que me tocará analizar luego.

—No me interesa tu dinero, Petrov. Me interesas tú. Supongamos que estoy aquí porque me gustas y mi manera de expresarlo es convirtiéndome en tu acosadora posesiva.

—Lamento decepcionarte, pero no eres mi tipo. Aunque en realidad no tengo claro el tipo de mujer que podría hacer nacer un poco de amor en mí, pero ten por certeza que estás muy lejos de interesarme.

—No te confundas, era una suposición no una afirmación.

Era lo que esperaba escuchar de alguien a quien le acaban de matar sus ilusiones.

—¿Ya terminaste? —cuestiono impaciente mirando la hora en mi reloj—. No es que sea descortés, pero estás robándome tiempo valioso, niña.

Le señalo la puerta por si no le llega aún la indirecta al cerebro.

—Ya me voy. ¿Pero te digo algo? Nos veremos las caras en otra ocasión, te lo juro. Soy persistente cuando quiero algo y contigo no habrá excepción.

—¿Seguirás con ese tonto plan de seducción? —enarco una ceja.

—Hay miles formas de atraer a un hombre, Travis.

Quedé pasmado. Las palabras no me salieron. Sonriente abrió la puerta y al instante chocó con Andrew quien estaba apoyado en el marco de la puerta. ¿Desde cuándo mi hermano está ahí? ¿Qué tanto escuchó? No soy de los que exponen sus nervios, pero esta situación acaba de quitarme el aire.

Daphne, por su parte, lo ignora y se retira en silencio; mientras que Andrew penetra una intensa mirada en ella, como si esa chica hubiera causado una fuerte impresión en él.

—¿Quién era? —pregunta, cerrando la puerta con él ya dentro.

—Ese no es tu problema. ¿Desde cuándo espías detrás de las puertas?

—¿Disculpa?

Pierdo mi tiempo pidiéndole explicaciones.

—Tu presencia me pone de malhumor, te soy sincero. Ojalá no hayas venido a excusarte tras tu pésima organización para transportar mi dinero. Si no fueras mi hermano cometería un asesinato.

—Veo que Arlo ya te vino con el chisme. Apuesto a que ese imbécil nuevamente te metió estupideces en la cabeza para ponerte en mi contra, pero de antemano te aclaro que yo no tengo nada que ver con el robo en la frontera.

—¡¿Y cómo explicas que hayan matado a todos y seas el único que sobrevivió?! —me levanto de golpe.

Esto no acabará bien.

—¿Insinúas que estoy vendiendo información a otras bandas, lo que me convierte en un traidor? —masculla ofendido.

—¿Es la primera vez que ocurre esto? Con esta son tres veces al año que sufro pérdidas por tu culpa. ¡Qué casualidad que siempre que estás al mando acontece un problema nuevo!

—¡Probablemente busquen que iniciemos una disputa, y vaya que lo están logrando! Si mi padre estuviera vivo me daría la razón. ¿Te parezco esa clase de hermanos egoístas? Siempre te he sido leal.

—Te queda patético ese papel que utilizas para persuadirme. Me amargaste la tarde. Lárgate.

—No te reconozco, cada día estás más insoportable. Con esa actitud de mierda pararás en el lugar equivocado.

Asiento restándole importancia a todo lo que de su boca sale.

—Cuídate, Andrew. Te tendré vigilado, así que procura no ser descubierto cada que cometas alguna otra fechoría —profiero arrugando una hoja con la que desquito el fastidio que me consume.

—Adiós, hermano —se despide con su voz en un hilo, desapareciendo al instante del estudio.

Me siento fuera de mí mismo. Temo que mis sospechas sean ciertas y tomar represalias contra mi propio hermano. Pero ¿qué hago? Fui criado como alguien que desconfía hasta de los suyos.

1
rosi
todo un Enzo en desmayarse por esas noticias
rosi
que le pasó a Andrew el no era así el era de lo más relax cuando se volvió contra su familia y por que ese odio hacia Travis y Jane donde está ? sus hijos se van a matar y ella no enterada 😔
Lorena Davila
muy bueno
rosi
que paso por que se separaron tanto los hermanos Andrew traicionó a su hermano ?
Katherine De Velasquez Pino
jessa ya me estás cayendo mejor yo también soy ♏ y mi esposo ♍
rosi
a mí también me daba como mala espina pero bueno verdes que sucede
Andrea Barrionuevo
dios no no no lo acepto pq matarlos a ellos que no fueron malos y dejar vivos a travis Andrew o Nolan ninguno de estos 3 valía la pena uno es peor que el otro.
Andrea Barrionuevo
Por favor es un asco de tipo Andrew.
Este tendría que haber muerto en lugar de Carlos
Andrea Barrionuevo
Nooo pq justo Carlos tenia que morir
era lo mejor de todo esos
tenias al resto para matar Andrew Travis Nolan y sigue el resto pero no justo mato a Carlos
Andrea Barrionuevo
Por favor no se kmo puede ser tan tonta y perdonarle lo que hizo.
No hay perdón ni nada de lo que haga para tapar lo que hizo sin su consentimiento.
No estamos hablando de algo tan simple sino de que manipulo todo a su favor y le practico un aborto y quiere tapar todo kn decir yo te amo sos mi vida.
Pero no ninguna de estas parejas están bien mentalmente mejor dicho nadie de todos los personajes pq hacen todo mal y están kmo si eso fuera correcto.
Andrea Barrionuevo
pregunta pq tiene que experimentar lo mismo 2 veces y la respuesta es por tonta por no salir kn guardaespaldas.
es tan tonta y confiada que termina siempre en problemas.
Andrea Barrionuevo
por lo que voy leyendo todos son unos enfermos no hay uno que valga la pena
Pero el peor de todos es Andrew
Andrea Barrionuevo
puede ser tan tonta esta mujer después de lo que le hizo y dijo Andrew piensa que va a cambiar su forma de pensar.
tendría que tener más caracter
Andrea Barrionuevo
Pobre tiene a sus enemigos bajo su mismo techo.
Al final no hay uno que le sea fiel todavia
Monica R Briseño
Muy buena esta novela, he leído cada historia de tus personajes, me hicieron reír mucho con cada cosa.
Gracias pur cada novela las disfrute mucho.
Felicidades!!!
Excelentes cada una de tus historias.
Rossana Dorante
excelente trabajo, me hizo llorar en varias ocasiones
Esther Peraza Valdez
Excelente
Karina Jaime
hermosa novela. me hiso llorar el capitulo final!!
Karina Jaime
se pasan, una familia de locos. jajs
Karina Jaime
se pasa ese travis, es la segunda vez q se desmaya cuando se entero del embarazo!
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