Teodoro, llega temprano del trabajo, en su mano lleva un hermoso ramo de flores, cuando abrió la puerta de su habitación, vio a su mejor amigo con su esposa en la cama matrimonial en pleno acto.
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IV. Los adultos solo saben mentir.
Esther sostuvo de la mano de su esposo y lo dirigió hacia la habitación principal en donde hay discutirían sobre el asunto de Teodoro, no sin antes de que el hombre deje la bolsa de plástico arriba de la ratona a un lado del vaso. Por el pasillo se dejó ver a la adolescente en secreto se acercó hasta la bolsa para revisar el contenido adentro de la bolsa, es un poco de pollo rostizado acompañado de dos bandejas de papas fritas.
Para adolescente se le hizo agua en la boca cuando le llegó el olor a las fosas nasales. Puso de nuevo la bolsa sobre la ratona se fue a la cocina Teodoro la miró que volvía con dos platos en mano junto con dos pared de cubiertos y un vaso más. Él sonrió ante la travesura de la adolescente.
-Van a estar un buen rato ocupado.- comento la adolescente como si nada, como si fuera cosa de todos los días. Teodoro simplemente prefirió observar las acciones de la adolescente en completo silencio.
Roxana le ofreció un plato ya servido con una parte del pollo junto con algo de papas mientras que ella se pone una en la boca. Sin embargo, prefirió pasar esta vez, no se siente con muchas ganas de comer, sino que todo lo contrario, siente como un enorme revoltijo en el estómago y que si llega a probar tan solo un bocado, se ve asimismo corriendo hasta el váter a revolver el poco que contenido dentro de su estómago. Le negó varias veces con la cabeza, insistiendo que no que quiere comer nada por el momento.
-No gracias, Roxy estoy bastante lleno.- mintió enseñándole una especie de sonrisa que terminó siendo más mueca incómoda. La adolescente se le quedó viendo detenidamente, dudando de la clara mentira del hombre.
- No te creo, ni un centésimo.- le puso el plato en la cara, él tuvo que girar la cabeza porque le llegó el olor a la nariz causándole una fuerte arcada en la boca del estómago, ella solo espera unos segundos. No va a rendir no hasta que le acepte el plato de comida.
- Está bien.- resignándose a la persistencia de la adolescente.- pero la comeré más tarde.- le aseguro, Roxy celebro victoriosa ante su cometido.
- Entonces deja que te lo guardo en la heladera.- sugirió agarrando de vuelta el plato. Teodoro vio a la joven marcharse de nuevo con dirección a la cocina.
Teodoro que aún sostiene el celular en su mano, con el dedo índice deslizó la pantalla desbloqueándola, en su fondo de pantalla muestra una vieja foto con él y su ex señora en un hermoso traje de baño, ambos sonrientes, esa foto la tomaron hace unos años en un viaje a la playa cuando pudo ahorrar lo suficiente para llevarla de vacaciones. Tuvo que hacer horas extras en la empresa y acumular lo suficiente para cumplir con las expectativas que pedía su señora.
Él jamás se atrevió a mentirle, tampoco se fijó en otras mujeres por qué antes sus ojos ella era la única, no le tocó ni un pelo ni a levantarle la mano, ni siquiera se atrevió en alzarle la voz en sus tantas discusiones que venía reprochándole últimamente, ¿qué si realmente está trabajando?, que a lo mejor era una escusa o una mentira para encontrarse con la otra, que ya no la ama y que por eso siempre llega tarde a casa, esa eran sus típicas conversaciones en estos últimos años, pero al final de cada discusión ella se disculpaba asegurándole que es "una insegura y una desconfiada" y no debía de decirle esas cosas.
Teodoro siempre en cada discusión aceptó su disculpa, porque lo único que estaba haciendo era cumplirle cada una de las promesas que le prometió frente del altar, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza. Él realmente le cumplió, sigue sin entender en dónde le pudo haber fallado.
- Teodoro.- alzó la frente al ser nombrado por la adolescente, la joven lo ve preocupada.- ¿te encuentras bien?- él se tuvo que refregar los ojos al sentir que en cualquier momento iba a llorar de nuevo, aparto la vista.
- si estoy bien.- mintió
- Tsk.- la joven muchacha chasqueo la lengua un poco molesta.- todos los adultos son unos malditos mentirosos.- le reprochó a los ojos.- si ella te engaño.- al escuchar esa frase lo tomo por sorpresa.- pero no es tu maldita culpa, ella no tiene buenos ojos, no supo apreciar un buen hombre cuando lo tuvo enfrente y jamás lo hará.- le dijo con una mirada sería, pero honesta, el se limitó para regalarle una sonrisa sincera por su honestidad.
- Ah ves cariño te dije que mi hija ya es toda una mujer.- habló una fuerte y gruesa voz masculina con orgullo.
Eduardo el marido de Esther, aunque tiene una figura imponente y de oso maloso, en realidad es todo lo contrario, una vez que lo llegas a conocer en persona es como un osito meloso, que siempre va por el mundo presumiendo de lo orgulloso está de sus dos chicas favoritas.
- Teo, ¿cómo vas hermano todo bien?- saludo con un apretón de manos.- una disculpa por el saludo tardío.
- No te preocupes Ed.- dijo con la otra mano par que no le tanta importancia, volviendo a tomar asiento.
- Oye escuché sobre una de reservación.- tratando de iniciar un tema de conversación.- si te soy honesto.- se sentó a lado de Teodoro, el otro le pasó un brazo por detrás de su espalda, Teodoro sintió una especie de déjà vu.- hace muchísimo tiempo que no saco a ningún lado a mi esposa.- miró fijamente a su señora como si se hubiera enamorado por primera vez, esos ojos azules que la miran con locura y pasión, su hija al ver esto tomó su plato y camino derechito hasta su habitación en donde se encerraría el resto del día.- ¿hice algo malo?- confundido.
- De acuerdo.- se levantó de su sitio.- llamaré al restaurante para avisarle que hubo una especie de equivocación a la hora de hacer la reserva, que no debía estar a mi nombre, sino que debía de estar al nombre de ustedes.- explico para irse a un sitio más tranquilo y marcar al número del restaurante.
- Eres un aprovechado.- su mujer le dio un zape en la nuca, el hombre se sobó la cabeza en la parte en donde le golpearon.- en que estás pensando con exactitud.- reclamo con los brazos cruzados.
- Solo se que a un buen hombre entregó demasiado y nunca recibió nada a cambio.- explico.- lo único que recibió es que le mientan y viva siendo engañado por su propia mujer.- apretó las manos irritado.
Teodoro que se encuentra en el celular hablando por este, los del restaurante le dijeron que no había ningún problema, pero que a la próxima tuviera más cuidado, ellos no quisieran tener futuros problemas si esto volvía a suceder, el prometió que no iba a ver una segunda vez.
- Me dijeron que a las 09:00 pm iba a estar lista la mesa y para la confirmación deben estar a las 08:30 pm, si no le tendrán que dar a otra pareja la mesa.- aviso mientras guarda su celular en el portafolio, ambos se sorprendieron.
- Disculpa, pero Teodoro cariño.- con amabilidad.- pero no nos dijiste en dónde es el lugar.- consulto Esther, ya que no sabe nada ni siquiera el nombre del restaurante, al mismo tiempo que se sirve en su propio plato.
- Perdón tendría que haber empezado por ahí desde un principio.- se disculpó.- el lugar se llama El restaurante Life Style.- menciono con una pequeña sonrisa en el rostro.
Eduardo escupió un poco de comida al atragantarse con una papita, al escuchar el nombre del local, como diablos no lo iba a conocer si es un oficial de policía, es uno de los lugares más prestigiosos y más caros de la ciudad. Lo peor de todo es que se encuentra al otro lado de la ciudad, ellos viven cerca del centro por medida de seguridad, lo que sucede es que la ciudad están grande que necesitarías por lo menos tomarte cerca de tres bondis para llegar al restaurante, miró el reloj colgado en la pared encima de su cabeza no iban a llegar, son un poco más de las cuatro de la tarde. Sería una verdadera suerte para llegar al sitio, a lo mejor tienen de suerte.
Más o menos tienen aproximadamente una hora para alistarse, y si corren hasta el parador que esta a unas cinco calles, son quince veinte minutos para tomar el transporte de las 17:35 pm. Si es que tiene la suerte y va con el tiempo justo, Teodoro se fijo que el pobre hombre lo esta pensando, pero hizo un gesto de preocupación que claramente lo vio.
- ¿sucede algo?- cuestiono con angustia.
- Mujer.- miro a su esposa.- tenemos menos de una hora para alistarnos.- menciono con serieda.- para salir hasta la parada del colectivo.- vio que su señora dio un brinco del lugar de donde esta sentada, Esther miro el reloj frunció el ceño.
-¡¿ COMO QUE MENOS DE UNA HORA?!- exaltada.- necesito por lo menos de dos horas.- se dio a entender a su marido.- tengo que elegir tanto mi vestimenta como la tuya, peinarme, maquillarme, elegir un juego de zapatos para que combine con el bolso, cargar el celular, llamar a un niñera.- fue enumerando en ese orden.
- Como que una niñera, Roxy ya esta lo suficientemente grande como para cuidarse de ella misma.- recordando que la última vez que contrataron a una niñera, la condenada acuso su hija con la policía diciendo que se robo algo del y en ese entonces su hija no pasaba tan solo de los cinco años, en las camaras de seguridad se ve con claridad que fue la niñera.
-no podemos dejarla sola, sigue siendo una adolescente sin la supervisión de un adulto.- dijo lo obvio.
- Si es eso lo que te preocupa, Teodoro la va a cuidar por nosotros.- lo sujeto por los hombros en una especie de abrazo "amable", asustándolo.- ¿no es así, Teo?- amenazador.
- creo.- inseguro.
- Vamos Teo no sería la primera vez que la vas a cuidar.- haciendo más fuerte el abrazo.
- No tengo ningún problema con eso, pero me parece que estás más preocupado por el medio de transporte.- Ed abrió los ojos grandes.
- Bueno si tuviera un auto o una moto no tendría por qué preocuparme.- rascándose la cabeza nervioso.
- sigue soñando no más, no te vas a comprar una moto.- Eduardo hizo un puchero.
- Te presto mi auto.- ofreció Teodoro.
- ¡¿TIENES UN AUTO?!.- preguntaron al unísono.
- Ya tiene muchísimo tiempo que lo compre, pero nunca lo uso, vivo cerca del trabajo.- encogiéndose de hombros, de su bolsillo del pantalón saco las llaves y eligió una de ellas para dársela al grandote que lo sigue aplastando.- A lo mejor lleguemos a un acuerdo y te lo venda.- negocio.
- Dalo por hecho.