Introducción En un mundo donde todo está cambiando, debemos enfrentar nuestras virtudes y debilidades, pero sin olvidar el amor. Esta es la historia de Valeria, una abogada dedicada a ayudar a otras mujeres. Después de su trágico rompimiento, se dedicó enteramente a su profesión. Sin esperarlo, conoció de nuevo el amor, ese amor sincero en el que te da estabilidad. Claro no todo lo que brilla es oro, ya que este caballero viene con una sorpresa que le cambiará por completo la vida. El caballero que conquista a Valeria, es un hombre mayor, viudo, que al vivir en constante conflicto con sus hijos, lo hace huir lejos de todo para buscar la tranquilidad que le han arrebatado, la traición viene de quien menos lo esperas. Pero el destino le tenía preparado una recompensa por todo el dolor que había experimentado. Al mismo tiempo disfrutaría de nuevo del amor y la pasión.
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Imperio de Cristal
Capítulo 4
Años más tarde, pero al otro lado del mundo en la Ciudad de México. Vivía Federico Faberman, CEO de telecomunicaciones y uno de los hombres más ricos del país. El y su familia migraron de los Estados Unidos a México cuando su padre adquirió la empresa. Pero la grandeza solo se da por el trabajo arduo y constante, desde muy joven se involucró en el negocio, convirtiéndose en la mano derecha de su padre.
Se casó con la hija del presidente en turno, Marbella Ponce de León, de su matrimonio procrearon tres hijos, Damián, Marbella e Ingrid. Siempre fue un hombre dedicado a sus negocios, pero también a su familia. Cuando Ingrid tenía un año de edad, su esposa fue diagnosticada con Cancer de páncreas, tan agresivo que solo bastaron seis meses para arrancarle la vida.
Él la amaba tanto que jamás pensó en rehacer su vida con otra mujer, Federico se dedicó a cuidar de sus hijos. La diferencia de edad entre cada uno de ellos era algo a considerar, sin embargo siempre han sido unidos. En un abrir y cerrar de ojos sus hijos mayores crecieron, como todo buen padre no estaba exento de batallar con ellos.
—Damián!.—le hablaba Federico mientras llamaba a la puerta de la habitación, su hijo mayor era un rebelde sin causa.
—No llego a dormir papá.—respondió Marbella
—De nuevo, estoy cansado de esto, sé que ya es un hombre pero tiene responsabilidades.—decía Federico
—Lo sé, ya papá no tiene caso, no te esfuerces lo que deberíamos hacer es irnos ya.—lo animaba Marbella, antes de marcharse. Damián llegó.
—Ve el estado en el que vienes, no tienes un poco de conciencia.—le llamaba la atención Federico
—Ya estoy aquí, y si no es mucha molestia, ahora iré a dormir, la cabeza me va a estallar.—respondió Damián
—No hemos terminado de hablar, ya es hora de que tengas un poco de responsabilidad o por lo menos te involucres más en la empresa, tienes tu propia oficina en la que nunca has puesto un pie.—lo seguía Federico mientras le llamaba la atención.
—Basta padre, no me necesitas en la empresa, tienes a mi tío como vicepresidente y a Marbella.—respondió Damián
—Pero tú serás el futuro presidente, no mi hermano o Marbella, también debes cortarte ese cabello. Damian debes estar presentable, eres la imagen de los Faberman.—le recordaba Federico
—Me daré un baño y llegaré a la empresa más tarde, lo prometo.—respondió Damián
Federico no entendía la actitud de su hijo, fue un gran estudiante, se graduó con honores y tenía una maestría. Un día simplemente se relajó, solo dedicándose a los excesos y al libertinaje. Escándalos tras escándalos, rodeaban la imagen del futuro presidente de telecomunicaciones Faberman.
Más tarde en la oficina, Federico revisaba los gastos de sus hijos, los más elevados eran de Damián.
—Rosaura, podrías pedirle a mi hermano que venga a mi oficina por favor.—le solicitaba Federico
—Enseguida señor.—respondió Rosaura
Su hermano José Luis atendió de inmediato el llamado, minutos después llegó hasta su oficina.
—Pasa por favor hermano.—le solicitó Federico
—A tus órdenes, no te ves bien.—respondió José Luis
—Necesito un consejo de mi hermano.—le decía Federico
—¿Ahora que hizo Damián?.—preguntó José Luis
—Nada, ese es el problema, que no hace nada de su vida. Tengo la lista de todas sus fallas. Siempre se la pasa de fiesta, sus gastos en la tarjeta están elevados, no tiene una relación formal, escándalos tras escándalos. El accidente que ocasionó en paseo de la reforma, afortunadamente fueron solo daños materiales, sale con diferentes mujeres cada semana, parece un vago con el cabello largo. Qué esperanza tengo que al morirme, quede al frente de nuestro trabajo de toda la vida, además de velar por sus hermanas.—respondió Federico
—Pero tienes a Marbella, es una excelente opción, Federico ella tiene la capacidad de quedarse al frente de esta empresa.—le sugirió José Luis
—No lo pongo en duda, pero su actitud caprichosa y visceral no ayuda en nada, le falta ese liderazgo. Además un día querrá casarse y tener una familia, dudo que en un futuro siga con la misma dedicación.—respondió Federico
—Tu última esperanza Ingrid.—agregó José Luis
—Mi adorada Ingrid aún es una niña solo tiene trece años, me he dedicado a cuidarla y educarla. Pero aún falta mucho para que se involucre en la empresa, tal vez me vaya de este mundo antes.—respondió Federico
—Hermano aún eres muy joven, ahora dime ¿cómo está todo con Adela?.—preguntó José Luis
—Bueno ella es maravillosa, he decidido casarme con ella, aún no se cual sea la reacción de mis hijos cuando se los diga. Pero cuando la conozcan espero que comprendan, debo tener a una compañera de vida han sido muchos años de mi soledad.—respondió Federico
—Así será hermano, bien para empezar te ayudaré con Damián. Pero te sugiero que lo nombremos vicepresidente, además ya es hora de que me retire del puesto. Es como darle el empujón, piénsalo y me confirmas.—le decía José Luis
—Es una buena idea, así podré darme un año sabático, para viajar con mi futura esposa por todo el mundo.—le contaba sus planes a José Luis. Su hermano era sin duda la persona de más confianza en el mundo, desde que enviudó lo había ayudado con sus hijos.
Más tarde Damián estaba en la alberca relajándose aún, sin importarle nada, había prometido ir a la empresa, pero simplemente no le dio importancia.
—Vaya, pero si es el rey de la ociosidad, que envidia me das.—le reprochaba Marbella
—No fastidies.—respondió Damián
—¿Qué pasó contigo hermano? no eres el mismo de antes.—preguntó Marbella
—Nada, solo estoy disfrutando de mi vida, algo que tú también deberías hacer. Te hace falta salir, divertirte, conseguirte un hombre, y no estar haciendo el intento de ser nuestra madre. Eres patética Marbella, además debo recordarte que a ti te conviene que yo me mantenga lejos de la empresa, siempre has luchado por tener la atención total de papá.—respondió Damián
—Lamentablemente esa atención solo la tienes tú, pero pienso en el futuro, sobre todo en el tuyo. Si mi padre muere recibirás la parte de tu herencia, y si sigues con tu vida de excesos quedarás en la ruina. Acaso crees que el dinero no se termina, se debe trabajar y sobre todo administrar, no solo estirar la mano.—trataba de hacer entrar en razón a su hermano
—Bien, lo lograste arruinaste mi momento, en verdad hermana te amo, pero encárgate de tu vida, deja que yo me encargue de la mía.—le dijo Damián
Mientras caminaba a su habitación, le llamó su amigo y cómplice de fiestas.
—¿Qué hay Javier?.—preguntó Damián
—Amigo, ayer te desapareciste. Adivino fuiste a tus encuentros con la mujer misteriosa.—respondió Javier
—Claro, ya estaba muy tomado. Además debo aprovechar las oportunidades que tengo de verla.—le contaba Damián
—Espero que no la quieras para algo serio, si no cómo vas a explicarle que no te llamas Javier.—le decía su amigo
—Me gusta los encuentros que tenemos, es gloriosa, pero es una arribista, solo quiere encontrar un millonario idiota que la mantenga. Yo solo la disfruto y ya, voy a arreglarme y te veo en una hora.—respondió Damián
—Excelente hermano, acá te espero.—respondió Javier y colgó.
Ingrid solo era espectadora de todo lo que sucedía en su hogar, a ella quien realmente le preocupaba era su padre. Le molestaba el egoísmo de sus hermanos, lo que ella no sabía, era que para su padre Ingrid era su fuerza, su luz y su motor para seguir. La más importante.
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