OH! MÍ GENERAL

_Lale, cariño debes prepararte para la fiesta de tu cumpleaños ya los invitados empezarán a llegar._ Dijo Eli afuera de la habitación de Lale, quien estaba muy molesta porque habían hecho una fiesta para su cumpleaños supuestamente, pero era para presentarla como la prometida del segundo hijo del conde Ferris, llamado Dilan.

_Si madre ya voy, solo me falta poco, no debes preocuparte porque estaré ahí y no los avergonzare._ Dice esto con una voz fría y con unos gestos que bien podrían matar a alguien, si los gestos mataran.

>Lale, después de terminar de arreglarse bajo al salón principal de la casa. Durante estos cinco años se vieron beneficiados por el futuro compromiso con el hijo de un conde y los ayudó a agrandar la granja y construir una casa mucho más grande, claro está que Lale no se quejo porque podía hacer lo que quisiera siempre y cuando cumpliera con sus deberes y sus clases. Poco a poco fueron llegando los invitados y la familia Laurent los estaba recibiendo muy "felices". Cuando ya todos habían llegado, el señor Laurent habló.<

_Sean todos bienvenidos, hoy es un día muy importante porque no solo celebramos el cumpleaños número diez de nuestra querida hija, sino también se celebrará el compromiso de mi hija con el segundo hijo del conde Ferris._ Dijo el señor Laurent mientras que pedía que tanto Lale como el hijo del conde pasarán al frente para que todos los vieran.

>Lale avanzó hacia enfrente y esperaba que el muchacho apareciera, pero esto no sucedía, todos estaban impacientes cuando de pronto por la puerta apareció un joven de apariencia desordenada, y algo ebrio de aparentemente unos diecisiete años, claro que en ese momento comenzó a gritar.<

_¿Quiénes se creen que son para comprometerme con alguien inferior a mí?. Están locos si creen que me voy a casar con una mujer así, no tengan duda que si forzan el matrimonio, esa chica desaparecerá._ Terminando de hablar, el chico cae de lo mal que iba y queda ahí desmayado.

_¿Quién se cree éste bastardo?, como si yo quisiera algo así, además quién dice que es mejor que yo. ¡Pobre!, no sabe de lo que habla, si tan solo pudiera golpearlo en este momento._ Sé dijo Lale en su mente, por supuesto mostraba una cara de enojo y repulsión .

>Todos los presentes quedaron sorprendidos por lo que había sucedido, pues no solamente él hijo del conde había humillado a su familia, sino que Lale quedó en vergüenza por todo lo dicho por ese hombre. El conde Ferris pidió disculpas y decidió retirarse y llevarse a su tonto hijo y lamentablemente la fiesta se dio por terminada antes de empezar, por todo lo sucedido. Cuando ya todos se habían ido el señor Laurent habló con Lale.<

_Ya estarás contenta, por no querer tratar a tu prometido antes, ahora el no tiene ningún interés en ti._ Le dice esto a Lale con una cara llena de rabia a punto de querer golpear a la niña.

_Padre. Se equivoca y no me puede culpar por las tonterías que ese chico mal educado ha dicho frente a todos sus invitados, además yo no estoy de acuerdo con este matrimonio. ¿Vió como venía?, es claro que tiene problemas con la bebida._ Decia Lale con mucho coraje hasta que de pronto sintió un gran golpe en su mejilla izquierda. Sí, su padre la había golpeado.

_Te callas, y recuerda que si no contraes matrimonio con ese muchacho, lo harás con alguien más. Las mujeres como tú solo sirven para eso, casarse y darle prestigio a sus familias es lo que mejor saben hacer._ Después de decir esto, el hombre se va del lugar con mucha rabia aún. No puede creer la humillación que ha pasado.

>A Lale le empiezan a escurrir algunas lágrimas en el rostro, pero no hace ningún tipo de sonido. Mientras tanto su madre decide ir a dónde está y la abraza.<

_Tranquila cariño, verás que todo mejorará. Tú padre está algo enojado, pero cuando se le pase podra buscar a alguien adecuado para que sea tú marido, porque yo no voy a permitir que te case con ese chico que vino hoy.

_Si madre, ahora entiendo que lo único que les importa es el estatus, espero que realmente sean felices teniendo todo el dinero del mundo y que aunque no tengan donde gastarlo o en qué, nunca les falte. De mi parte te puedo decir que desde hoy has perdido a tú hija, porque decidiste esconderte en lugar de defenderme y confrontar a mi padre. Parece que el dinero de verdad ya te gustó. Ahora me retiro, con tu permiso._ Lale se va a su habitación y estando allí, ella se desahoga por el coraje que le hicieron pasar tanto el mequetrefe de su supuesto prometido y sus padres.

>No paso mucho tiempo para que se diera a conocer el rompimiento del compromiso de Lale, y su padre no perdió ningún minuto pues empezó a buscar a otro prospecto para que sea el afortunado. Pasaron dos años y por fin el señor Laurent había conseguido un vizconde que acepto casarse con la pequeña Lale, pero este hombre le doblaba la edad a la niña. Cuando Lale se enteró, quiso huir de la casa porque no iba a permitir por ningún motivo que ese matrimonio se llevara a cabo, pero un rayo de luz la hizo cambiar de opinión. Un día en el que salió a comprar una nueva espada, se encontró con la grandiosa noticia de que el nuevo Emperador había decretado una nueva ley donde todos los que quisieran alistarse en las fuerzas para ser parte de la milicia era libre de hacerlo fuera hombre o mujer, cosa que antes de ese tiempo no había sucedido. Lale tuvo una gran idea y regreso a su casa.<

_Padres, quiero hablar con ustedes._ Dijo Lale con una tenue sonrisa fingida. _ Me gustaría decirles que acepto gustosa el matrimonio con el vizconde siempre y cuando el matrimonio se lleve a cabo hasta dentro de un año, un día después de mi treceavo cumpleaños.

_¿A qué se debe este repentino cambio?, hasta hoy en la mañana no estabas dispuesta a hacerlo._ Dice el señor Laurent con una cara de sospecha