EL TRATO DE NUESTROS PADRES

La chica salió despavorida, pero no logró salir del callejón, a unos cuantos pasos de la salida se desplomó. Cayendo de llenó al suelo. Me sacudí el hombro y me acerque a ella, tal parece que se había desmayado. Estaba frustrada pero no la podía dejar ahí tirada, la carge asta mi auto, la recosté en los asientos traseros y la abrige con mi chaqueta. Maneje asta mi casa. después de unas horas ella despertó.

Narrativa de Liz.....

eran a las 6:35 a.m . Cuando me desperté estaba acostada en una cama, mire a mi alrededor y la habitación parecía tranquila, pero estaba atemorizada. Recuerdos llegaron a mi mente, el rostro de la chica que mato a mis perseguidores. En ese momento reaccioné y me di cuenta que estaba en casa de esa persona peligrosa. intenté salir de la cama pero me di cuenta que no tenía ropa puesta, estaba completamente desnuda lo único que llevaba apuesto eran vendajes mis heridas habían sido tratadas. tome las sábanas de la cama, me las envolvía alrededor. bajé de la cama pero me costaba mucho mantenerme de pie, estaba muy adolorida. Busque algunas prendas que pudiera utilizar, pero no había nada en los cajones y armario. me acerqué a la puerta, y para mi sorpresa la puerta estaba abierta, la jalé hacia atrás para abrirla. Y con cuidado caminé lentamente buscando una salida, al llegar a la sala vi a una chica sentada en el sofá tomando un café. mientras revisaba su celular y con su laptop abierta.

una chica totalmente diferente a la persona que recordaba de la noche anterior. ella levantó la mirada, y me miró, sin mostrar sorpresa en su rostro.

— vaya, estás despierta. me preguntaba cuánto tiempo tomaría que despertaras. — dijo mientras ponía la taza de café sobre la pequeña mesa de sala.

me mostre asustada. se quitó los anteojos y los pusó sobre la mesa, se estiró en forma relajante y con una sonrisa me hablo. me preguntó que si tenía hambre, no sabía que responder. me encontraba desconcertada. se puso de pie y se dirigió a la cocina, no parecía importarle que yo estuviese con ganas de escapar. ella estaba tan relajada.

— quiero irme de aquí, te agradezco que me hayas ayudado. pero, por favor quiero irme.

— ¿quieres irte?, no hay problema. pero en las condiciones en las que estás serás el blanco fácil de cualquier hombre, cualquier depredador en esta ciudad. y, no estaré ahí para protegerte. — respondió mientras preparaba el desayuno.

— ¿qué quieres de mi, porque me ayudas?. — pregunté con un poco de miedo.

— bueno me parece que estás muy delgada, quería ver si podía engordarte y después que ya estés gorda. Prosederia a picarte en pedazos y vender tu carne. y, no sé. tus órganos tal vez venderlos a muy buen precio. — habló sarcástica. mostrando una sonrisa dulce a la vez.

El escucharlarla me hizo temblar de miedo, estaba asustada y con más ansias quería salir corriendo de ahí. pero después cambio su expresión, se rió en burla. Y ella dijo que jamás aria algo asi. que solo era una broma. en realidad tenía curiosidad por saber de dónde era y por qué razón había llegado al estado Z. porque era perseguida por esos hombres. Que también noto mi cuerpo maltratado. preguntó si era una esclava o algo por el estilo. no tenía dónde ir, no había quien me defendiera hay, afuera y ella tenía razón sería blanco fácil para cualquier depredador. deje salir un suspiro cansado me acerqué quise contarle, pero no pude contenerme las lágrimas, no podía contar lo que me había pasado y por qué razón estaba así. ella solo sonrió y se dio la media vuelta dirigiéndose a una habitación. a los pocos minutos regresó con ropa en mano, me la entregó y me pidió que me vistiera. Regresé a la recámara en la que avía Estado anteriormente, me puse la ropa y regrese a la sala.

— WOW, te quedó perfecta, más tarde comprare ropa a tu medida.

— Mm.. Gracias, señorita?.... — preguntándome por su nombre.

— linzy ruran. — Elina respondió con una sonrisa llena de tranquilidad. — pasa al comedor, la comida está lista.

pasé al comedor, ella con toda esa amabilidad que me desconcertaba, como una persona podría ayudar a alguien sin más. me volvió a preguntar sobre mi origen, y el por qué estaba tan maltratada. Poco a poco le fui contando sobre mi y la vida que lleve antes de llegar al estado Z. Se mostró muy atenta y comprensible, me brindó un hogar y protección. Después de un tiempo me reveló que ella era la única hija del jefe de la mafia que dominaba el estado Z. Me sorprendió mucho la noticia pero ya no me importaba cuál fuera su verdadero origen. Le avía jurado lealtad sin importar que sucediera, gracias a ella tuve una nueva oportunidad para vivir una vida tranquila y feliz.