Luego de morir Oriana entra a una de las últimas novelas que leyó. Amor sin barreras.
Una historia la cual le había parecido un poco patética la verdad, pero le encantaba ver cómo las cosas a la villana nunca le salían bien.
¿Podrá Oriana cambiar la suerte de nuestra jodida villana, sabiendo que de eso mismo depende su vida?
Nueva historia, odienme, critiquenme, pero está historia la llevo pensando desde hace un tiempo. Iré subiendo capítulo hasta que me acomode con la trama de las otra dos. Prometo no dejarlas colgadas. Bueno dicho esto... Empecemos .
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cap. 4
Esa tarde, Camila decidió bajar al jardín. Mientras caminaba, vio a lo lejos a Natalia conversando con el príncipe Luis. Al notar su presencia, ambos se separaron un poco, pues estaban demasiado cerca el uno del otro.
—¿Hermana, has salido a dar un paseo? —preguntó Natalia.
—Eso parece, pero sigan en lo suyo. Me iré hacia otro lado.
—Señorita Camila, puede acompañarnos si quiere —ofreció amablemente el príncipe.
—Se lo agradezco, pero no. No me gusta ser mal tercio.
Sin más, se dio media vuelta. Entonces Natalia comentó con una sonrisa maliciosa:
—Creo que mi hermana está celosa porque yo me comprometí primero.
Camila volteó con una sonrisa serena.
—No lo estoy, hermana. Padre desecha todos los días varias propuestas dirigidas hacia mí. Soy yo quien no quiere comprometerse. Primero me gustaría viajar, conocer lugares, culturas, gastronomía… diversas cosas antes de casarme y convertirme en una máquina destinada a dos cosas: atender a un esposo y tener hijos —se sacudió el vestido con gracia—. Paso. Tengo metas más importantes en mi vida.
El príncipe la miró intrigado.
—¿Cómo cuáles? No quiero ofenderla, pero dice que atender a un esposo y tener hijos no es un gran logro. ¿No es para eso que Dios creó a las mujeres? Lo dice la Biblia, no yo...
Camila sonrió con elegancia.
—En efecto, en la Biblia dice que la mujer fue creada de la costilla del hombre para ser su compañera y complemento. Pero muchos confunden eso con ser algo inferior. Si lo analizamos, la mujer sería más bien una versión mejorada del hombre. Aunque claro, todo es debatible según quién lo lea e interprete… el coeficiente intelectual influye bastante en estos temas —el príncipe frunció el ceño, y Camila continuó—. En cuanto a sus preguntas: mis metas son ser famosa. Tengo habilidades para la música y el canto. Espero ser reconocida por mi talento.
—¡Ja, ja, ja! Tú no cantas, mentirosa. Lo siento, alteza, mi hermana a veces inventa cosas —intervino Natalia.
—¿Miento? Yo no soy la que se hace pasar por alguien que no es —Natalia palideció al escucharla, y Camila sonrió con picardía—. ¿Quieren acompañarme al salón de música? Se los puedo demostrar.
Luis miró a ambas, serio.
—Vamos —dijo, y luego se volvió hacia Natalia—. ¿Qué quiso decir con eso de que tú te haces pasar por alguien que no eres?
—No lo sé… debe ser otra de sus mentiras. Ella ni canta ni toca ningún instrumento.
—¿Y entonces por qué hay un cuarto de música?
—Porque yo toco el piano.
Caminaron hasta el salón de música. Al llegar, Camila se sentó frente al piano y tocó algunas teclas con delicadeza. Luego comenzó a interpretar una de sus canciones favoritas:
> —He intentado casi todo para convencerte,
> mientras el mundo se derrumba todo aquí a mis pies...
(Siguió cantando con emoción y técnica impecable. La letra fluía desde el alma, llenando la habitación con una melancolía palpable.)
Cuando la última nota se apagó, el príncipe sonrió y aplaudió con entusiasmo.
—¡Bravo! ¿Dónde escuchó esa canción? Es muy sentida.
—Por ahí. Y sí, es muy triste también. Él se equivoca y le pide a ella que regrese, pero para ella ya no hay marcha atrás… aunque le duela.
—¿Y cómo termina?
—No lo sé. Él le dice que lo dejaría todo con tal de que lo perdone, pero ella parece no ceder, porque en toda la canción él le ruega sin lograr nada.
—Oh… debió amarla mucho. ¿Quién compuso esa canción?
—Sí… —respondió Camila, mirándolo con sorpresa, sin imaginar que alguien analizaría tanto una letra.
Natalia la observaba con el ceño fruncido. Camila notó su expresión y dijo:
—¿No te gustó la letra, hermana? Puedo cantar otra si quieres.
—No. Esta vez cantaré yo.
—Adelante.
Natalia se sentó en el piano y empezó a tocar. Lo hacía bastante bien. Pero al comenzar a cantar, Camila frunció el rostro.
—¡Para, para! ¡O romperás nuestros oídos! —dijo con ironía. Natalia se detuvo, molesta, justo cuando vio que el príncipe se cubría los oídos.
—Dios... cantas tan agudo que casi haces que me sangren los oídos. Me voy. Adiós, alteza.
Camila se disponía a salir, pero entonces escuchó a Natalia sollozar.
—¡Eres mala! Solo quería que mi prometido viera que también soy buena en la música…
Luis se acercó a ella y le habló con amabilidad.
—Tocas el piano bastante bien. Tienes talento.
Camila asintió con una leve sonrisa.
—Es verdad. Tantos años de práctica hacen que toques con delicadeza. Pero aún te falta pasión, sentimiento. No tienes por qué llorar. La música no es para cualquiera. Además, serás princesa heredera pronto. Tus obligaciones no te permitirán dedicarte a estas actividades.
Natalia, aún con lágrimas, sonrió levemente.
—Tienes razón…
—Yo, por otra parte, podré seguir deleitando a todos con mi música. Otra de las razones por las que aún no me casaría. Creo que tengo demasiado talento como para desperdiciarlo. Pero te deseo suerte, hermana.
Y sin dar tiempo a respuesta, se marchó, dejándola sin oportunidad de destilar su veneno.
Luis la miró irse y comentó:
—Nunca mencionaste que tu hermana fuera tan talentosa.
—No lo es. Cualquiera puede cantar y tocar el piano —replicó Natalia, irritada al ver la expresión del príncipe.
—No me siento bien. Lo veré otro día, alteza. Iré a descansar.
Sin darle tiempo a decir nada más, se marchó a su habitación. No podía creer que la tonta de su hermana la hubiera humillado frente a su prometido… y anteriormente, frente a su padre. Al llegar, arrojó todo lo que encontraba a su paso, presa de la ira.
—¡Ah… maldita… maldita bastarda! Pero ya verás… me cobraré todas…
Y sin más, se dejó caer sobre la cama, mientras continuaba con su rabieta.
1 no dijeron que otro poder tenía escondido la protagonista y porque no sabían cómo lo tomarían como si algo malo se aproximara
2 la relación de sus padres se supone que está mal visto que estén juntos pero no están ¿casados?