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YO NO SOY LA MUJER DEL PRESIDENTE

YO NO SOY LA MUJER DEL PRESIDENTE

Status: Terminada
Genre:Completas / Contratadas / Aventura de una noche / Amor a primera vista / Novia sustituta / Matrimonio arreglado
Popularitas:798.3k
Nilai: 4.7
nombre de autor: Coke del Castillo

Marta trabaja en un rincón oscuro de la oficina, porque no quiere ser vista. Pero el Presidente Joel del Castillo decide sacarla a la luz, como su mujer.

El es un playboy y ella un ratón de biblioteca. Ninguno de los dos cree en el amor, pero por cuestiones prácticas el necesita esposa y ella... ella no necesita nada de él, ¡pero no consigue quitárselo de encima!

Y así, entre tiras y aflojas, se pasan la vida. Es de suponer que es la clásica historia en la que terminarán juntos pero... ¿y si no?

NovelToon tiene autorización de Coke del Castillo para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Llamada a presidencia

Capítulo 4

Marta llegó al trabajo con renovada energía. Saber que ese día era su último allí, la tenía saltando y no eran pocas las personas que habían notado la extraña animación de esa muchacha que hasta ese día se había mostrado como alguien gris e insulso. Había dejado su carta de renuncia hacía una semana, y para decir la verdad, le importaba poco si le daban algún tipo de liquidación o no. Con tal de irse, lo que fuera.

Su jefa la miraba sin ocultar el disgusto, seguramente porque se quedaba sin víctima a la que martirizar. No le importo nada y menos la actitud de esa señora. Ella quedaba libre de ese yugo desde hoy. Adiós, adiós, ¡uh yeah!. Sonó su teléfono y ella miró a los lados por si había un error. Su terminal nunca había sonado antes porque nadie necesitaba en realidad contactar directamente con ella. No había error, sin embargo. Era su aparato el que sonaba con estridencia y antes de que siguiera llamando la atención sobre su puesto de trabajo lo descolgó, suponiendo que recursos humanos la contactaba, quizá para firmar algún documento necesario para causar la baja. Eso esperaba al menos. 

La llamaban de presidencia. Soltó el telefonillo sobre el soporte, desconcertada. No entendía esto. ¿Qué tenía que ver presidencia con su renuncia?. ¿Acaso las cartas de renuncia o despido pasaban por las manos del presidente?. En fin, la estaban esperando desde ese mismo momento. 

Eran doce plantas, las que debía subir para llegar a los altos estamentos de La Gorgona. Ella estaba en la planta menos dos y presidencia en la planta diez del edificio. Debía reconocer que estaba nerviosa mientras subía en el ascensor. Las manos le sudaban y el corazón le iba más deprisa de lo normal en el pecho. Sabía que era un poco tonto sentirse así porque no había nada malo que pensar, pero no podía evitarlo. No le gustaban los enfrentamientos ni tratar con extraños, ni le era grato caminar por las oficinas sintiéndose expuesta y a la vista de todos al caminar por entre las mesas. Pero respiro tratando de calmarse. Era solo un mal trago necesario. Ya quedaba menos para salir de ahí y olvidarse de todo esto. 

Llegó por fin a la planta correcta y bajó entre otras personas que obviamente llegaban de la hora del almuerzo. Lo que le recordó que ella aún no había comido y tenía la tripa pegada atrás. Trató de consolarse pensando que al bajar iría directamente a la cafetería. “Acabemos con esto”, se dijo. Apretó los puños y se dirigió por el pasillo hacia la oficina principal. Reconoció que el sitio era realmente hermoso, espacios abiertos, llenos de paneles de madera y acero, todo muy diáfano y moderno. Se respiraba un aire profesional y futurista, el tipo de empresa que inspira confianza en su eficiencia.

Al fondo una enorme sala acristalada presentaba una puerta doble que iba hasta el techo y en la que se incrustaban unas grandes letras metálicas en plata, formando la palabra PRESIDENCIA. Allí se dirigía con paso tímido hasta que vio con incredulidad a la persona que se sentaba a la mesa del despacho. Se acercó despacio, tratando de asegurarse de quién era exactamente y confirmando que sí, era el tipo que se le acercó en la calle, el del tropiezo en el vestíbulo. Era él sin duda, y era el Presidente. Esto hizo que Marta se detuviera de inmediato y sin pensar mucho, retrocedió hasta el ascensor de nuevo, que por suerte no había bajado aún.

Entró de nuevo al cubículo, y volvió hasta el sótano a recoger su bolso y de allí subió al piso tercero donde estaba el departamento de recursos humanos. Preguntó si quedaba algo pendiente por entregar o recoger, con respecto a su renuncia y el jefe del equipo comprobó su expediente y le confirmó que todo estaba en orden y que podía salir a la hora de siempre y ya la avisarían para el finiquito. Ella preguntó si podía solicitar las horas que tenía pendientes y adelantar la hora de salida y el hombre la miró extrañado.

Desde luego podía coger las horas libres atrasadas sin problemas, pero se restaría del finiquito. Ella asintió y comentó que tenía una urgencia y se veía obligada a ejercer ese derecho. El hombre la miró, pero asintió y le firmó el permiso. Ya podía irse. La llamarían en unos días para liquidar. Ella se limitó a despedirse y salió sin mirar atrás. Ni siquiera sintió que debía despedirse de nadie en su departamento. No se había relacionado con nadie, su jefa no merecía ni un adiós, y los compañeros de planta jamás se habían dirigido a ella ni tratado de ser agradables, así que, simplemente se fue.

Lo de presidencia… no le interesaba. No había nada que ella tuviera que hacer en ese despacho con ese hombre. No le daba buena espina y lo menos que quería es que el tipo quisiera reclamarle por la manera en que lo trato el día que se vieron en la calle. Era difícil que se equivocara al pensar que probablemente se sentía ofendido porque ella no le puso asunto, ni cayó rendida a sus encantos. Ese tipo de hombres tenía el ego más grande que todo el cuerpo, y él era grande, verdaderamente. No estaba por la labor de aguantar a un niño rico mimado herido en su vanidad.

Ya imaginaba lo que el tipo estaría pensando… ¿Cómo se atrevía ella, que era tan poca cosa, una mujer del montón, a despreciarlo?. No era la primera vez que le sucedía algo así. Había vivido una situación parecida con su exnovio, en la universidad.

También era un niño rico que tenía de todo y se encaprichó con ella, hasta que la tuvo también aunque no en el sentido bíblico. Ella, por suerte, lo descubrió con otra mujer y luego se enteró de que no era con la única que la había traicionado. Cuando rompió con él, el muy descarado le dijo que quien se creía que era ella para romper. Según él, debía sentirse agradecida de ser su novia y terminarían cuando él quisiera no cuando dijera ella, que no era nadie. Marta no podía creer cómo había podido pensar que se había enamorado de semejante imbécil. El amor es realmente ciego.

Ella solo vio los colores verdaderos a partir de ese momento. No contento con todo, se dedicó a hacerle la vida imposible en la universidad y usaba su posición y su dinero para que todos sus profesores, muchos de sus amigos ricos e incluso la dirección del centro, le hicieran la vida muy difícil. Finalmente, tuvo que irse y terminar sus estudios en otra ciudad y en otra universidad, de menos renombre, pero donde pasó desapercibida.

Supo que él la buscó, pero gracias a sus padres que la apoyaron en esos malos momentos que vivió, pudo mantenerse oculta y dejar todo atrás. Por eso, identificó rápidamente el mismo perfil en el hombre de ligón, mujeriego y niño rico despiadado del que era el presidente de la Gorgona. No iba a arriesgarse a ponerse en su línea de tiro así que mejor marcharse sin más, haciendo caso al refrán que dice que una retirada a tiempo es una victoria. 

Mientras tanto en presidencia…

1
Rosa Berdeja
Excelente
Rosa Berdeja
Bueno
Vianey Euroza
Normal
claudia comezaña
Excelente
Dorkis Huerta
Buenas tardes, muy buena.
Nancy Ledgard Leon
pobre ya nada más falta que la orine un perro. será acaso que mató un duende?
Nancy Ledgard Leon
que loca, no hubiera sido más fácil un terapeuta,
Nancy Ledgard Leon
todo ese diálogo en lo que baje un ascensor en 10 pisos? cualquiera pensaría que venían de rodillas
Nancy Ledgard Leon
pero que suerte de esta criatura
Delvalle Glod
Excelente
Yasmary Gonzalez
/Sob//Sob//Sob//Sob//Sob/
Guadalupe Lara
Excelente
julia ninoska lugo gonzalez
Para el poca cosa que se olvidara de buscarla a aeropuerto y de ir cenar, después la grito y la quiere tener controlada. Buen descarado es que es.
julia ninoska lugo gonzalez
Yo también pensé que iba con todas por Martha. Pero esa tipa no viene con buenas intenciones de algo se tiene que dar el cuenta.
Alison Mendoza Sotelo
lo peor esq en mi pueblo era asi .te inventavan un embarazo y como no salía nada te lo hacían abortar ..cuantas veces me paso ni yo sabia y estaba embarazada y hasta aborte ..dios la gente chismosa
Aurora Romero
Excelente
Eneida Atencio
mis felicitaciones autora excelente su novela
Nirsa Minota
respeto el criterio de la autora ,pero para mí ella debió quedar con leo,porque el no le falló tuvieron un inconveniente que pudo haberse solucionado, pero bueno ame tu novela igual me pareció genial
Cruz Beatriz Bordones Hernández
Excelente
Ana Vargas
No tenia porque morir leo para que los protagonistas quedarán juntos... muy mal!!!
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