De la novela " Los hijos que me dió la vida", tuvimos la oportunidad de conocer la historia de David Montes, en "Amor a diez mil metros de altura"el hermano mayor de tres hermanos, ellos tuvieron que vivir una terrible perdida, pero gracias al amor incondicional de Alejandra, su segunda madre y Fernando, quienes cumplieron el rol de padres, ellos salieron adelante, ahora es el turno de Duvan y Dominic.
Se verán enfrentados a dos hermosas chicas, con personalidades totalmente opuestas, pero que poco a poco, van a demostrar, que la teoría de que los polos opuestos se atraen, es cierta, acompáñame en esta increíble historia.
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CAPITULO 24
-¡Imbécil!, rompiste mi nariz-- bufó el infeliz mientras presionaba su nariz ensangrentada.
- y pudo ser peor, tuviste el valor para venir a crear problemas en mi empresa, ahora aguántate-- le dije.
En ese momento se acercó Sara, se hizo a mi lado y acaricio mi brazo lastimado con mucha preocupación, me miró como implorando perdón, luego miró en dirección a su exnovio.
- Eres un maldito infeliz, no tienes por qué venir a lastimar a nadie solo porque ya no quiero estar contigo, no es culpa de los demás, es tu culpa, tus malos tratos, tus humillaciones, tu explotación, todo eso me cansó, además no te amaba, nunca lo hice, solo aguanté porque no quería darle la razón a mi familia de que no iba a poder sola y fracasé, no caí en cuenta que hace mucho lo hice al dar con una lacra como tú, viví un infierno a tu lado, a ti no te duele que ya no esté contigo, a ti lo que te molesta es que ya no tienes a la idiota que te patrocinaba tus adicciones, por qué eres un bueno para nada que no trabaja y solo sirve para vivir drogado-- aquel hombre soltó su nariz y empuñó sus manos con rabia.
- Maldita zorra desagradecida, fui el único que te abrió las puertas de mi casa cuando te saliste de tu casa y no querías regresar con tu familia -- le reprochó.
- ¿Casa?, ¿a eso le llamas casa? Un nido de ratas, que gracias a mi lo hice un lugar habitable, y no me digas desagradecida, por muchos años pagué todo, pagué tu caridad más de 100 veces, si hablamos de desagradecidos, ese eres tú -- le devolvió Sara.
- Esto no se va a quedar así-- amenazó.
- Por supuesto que no se va a quedar asi-- dijo mi padre quien llegó con unos policías -- son ellos-- los policías se acercaron y redujeron a los tres sujetos.
- Exijo que nos suelten, mire como nos dejaron, nosotros vamos a demandarlos, está cometiendo un error -- Gritaba aquel hombre.
- tienen derecho a permanecer en silencio, tienen derecho a un abogado y a una llamada, cualquier cosa que digan puede ser usada en su contra, quedan en custodia por perturbar la tranquilidad, por querer agredir a un ciudadano, y por invadir la propiedad privada ¿han entendido sus derechos?-- Los tres hombres asintieron sin refutar.
- Llevaremos las grabaciones de la camara de seguridad -- dijo mi hermano.
- y yo iré a dar mi declaración -- se ofreció Sara.
- Los involucrados también tienen que ir con nosotros, debemos tener la declaración de Ustedes -- dijo el oficial.
- Está bien, conduciremos detrás de ustedes-- habló por fin mi madre-- vamos, yo conduzco-- ninguno se atrevió a llevarle la contraria, mi mamá se veía bastante enojada.
- Oficial, pero Dominic necesita ser revisado, le lastimaron su brazo, nosotros vimos como le pegaron -- comentó Sara, yo la miré y la tomé de la mano.
- Puedo soportarlo oficial -- le dije al hombre que se había detenido a prestar atención a sus palabras, luego la miré -- gracias por preocuparte, pero estoy bien, aunque me duele, se que puedo aguantar un poco más-- ella negó con resignación, pero no tuvo otra opción que aceptar mi decisión.
Mi papá se subió adelante con mi mamá, y Duvan , Sara y yo atrás, en breves minutos, llegamos a la estación de policía, bajaron a los tres hombres esposados y los llevaron a las celdas que tenían ahí, nosotros entramos y nos sentamos en la sala de espera.
A mis padres y a Sara los pasaron primero, ellos dieron su declaración, mientras Duvan y yo permanecíamos en la sala de espera, al rato ellos salieron.
- Señor Montés -- dijo el oficial, Duvan y yo nos pusimos de pie a la vez-- ¿cuál de los dos fue con el que inicio este altercado?-- preguntó y Duvan se volvió a sentar, el oficial me hizo señas para que lo siguiera y yo avancé tras el.
Me llevó a una pequeña oficina, me invitó a sentarme, me pidió que diera mi declaración mientras el apuntaba detalles importantes en su laptop -- Favorablemente su novia avisó a su familia, según lo que ella nos contó, el la llamó a amenazarla, le advirtió que encontraría su lugar de trabajo, ella lo estuvo llamando pero usted no contesto su teléfono-- dijo, pero quedé con más dudas, que respuestas.
- ¿pero como hicieron para que mis padres y mi hermano llegaran a tiempo?-- pregunté.
- Usted le proporcionó un tarjeta de presentación a la chica, allí estaba su número, y el de su hermano, ella no dudo y lo llamó, le comento la situación y el aviso a sus padres, ella les recomendó ir a su trabajo a buscarlo, sabía los alcances de su exnovio, por suerte, su intuición no falló, pudo haber ocurrido una desgracia, quiero que sepa que tomaremos el caso con la seriedad que merece, vaya a que lo revise un médico y descanse, estaremos en contacto -- finalizó, yo me puse de pie, le agradecí y salí de la oficina, mi madre me vio y se puso de pie, luego me arropó en un abrazo, mi hermano y mi papá hicieron lo mismo, mientras Sara permanecía alejada.
Después de ese abrazo grupal, me acerqué a ella, mi familia salió de la estación y nos dejaron solos en la sala de espera.
- ¿Estás bien?, ¿te preocupa aquel tipo?-- ella seguía sin responder -- ¿quieres que retire los cargos?-- negó de inmediato.
- ni se te ocurra, es solo que me siento culpable de forma indirecta, por mi culpa pasaste por esto, por mi culpa ese idiota te lastimo, favorablemente no te hizo nada más, si no, no me lo habría perdonado nunca -- dijo afligida.
- No pienses tanto en eso, prefiero mil veces que me vino a buscar a mi, que a ti, no había forma de que me hubiese enterado, y eso sí me habría vuelto loco, pero estoy bien, mira el lado positivo, además iré al hospital para que me revisen el brazo -- ella asintió y luego me abrazó, intenté rodearla con mis brazos.
- ¡Auch!-- me quejé y ella me miró preocupada-- vamos al hospital de una vez, me voy a volver loco si sigues mirándome con pesar, vamos antes de que enloquezca-- ella sonrió triunfante.