Katsuki es un chico que se enamoró de su mejor amigo de la infancia Izuku, para no expresar sus sentimientos hacia las personas decidió escribir en un diario íntimo. Este libro es aquel diario el cual Katsuki escribía todos sus pensamientos y sentimientos a lo largo de los días.
NovelToon tiene autorización de 🪷daisies🪷 para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Decaido?
La oscuridad que envuelve a Izuku se ha hecho tan profunda, tan opresiva, que a veces siento que me ahoga también a mí. Ya no es solo una sombra que lo acecha, sino una presencia tangible, una niebla densa que lo envuelve por completo, ocultándolo a mi vista, a mi comprensión. Su habitual brillo, esa chispa de vida que lo definía, esa energía que siempre irradiaba, se ha extinguido por completo, dejando tras de sí un vacío inquietante, una tristeza profunda y desgarradora que me resulta… aterradora. No es la tristeza familiar, la que se disipa con una victoria o una buena pelea, la que se desvanece con el tiempo. Esta es diferente, más profunda, más oscura, más… persistente. Y me preocupa, me preocupa más de lo que jamás creí posible. Me preocupa hasta el punto de… de sentirme impotente.
He estado observándolo durante semanas, cada día con una creciente sensación de angustia. Su energía, antes desbordante, se ha reducido a una quietud casi enfermiza, un letargo que lo envuelve como una mortaja, un silencio que me impide llegar a él, que me impide comprender lo que le ocurre. Sus ojos, antes brillantes y llenos de una determinación inquebrantable, ahora reflejan una melancolía profunda, una tristeza que me corta la respiración, una tristeza que parece emanar de lo más profundo de su ser, una tristeza que me hace sentir una punzada de dolor en el pecho cada vez que lo veo. Sus hombros, antes erguidos con orgullo y fuerza, ahora están encorvados, como si soportara el peso del mundo sobre sus frágiles hombros, un peso que parece aplastarlo, que parece estar consumiéndolo lentamente. Incluso su sonrisa, esa sonrisa que a menudo me irrita, pero que también me… conmueve, ha desaparecido casi por completo, convirtiéndose en un recuerdo lejano, un destello fugaz que apenas asoma en momentos de distracción, antes de volver a sumergirse en la oscuridad que lo ha envuelto por completo, una oscuridad que me resulta cada vez más difícil de soportar.
He intentado hablar con él, innumerables veces. He intentado romper la barrera de silencio que ha construido a su alrededor, un muro invisible que me impide llegar a él, que me impide comprender lo que le ocurre, un muro que parece crecer cada día más alto, cada día más impenetrable. Pero mis esfuerzos han sido inútiles. Sus negativas, sus afirmaciones de que solo es estrés por los exámenes, son una máscara, una débil fachada que no logra ocultar la verdad que se esconde detrás, una verdad que me desespera. Lo conozco. Conozco a Izuku mejor de lo que él mismo se conoce. Y sé que está mintiendo. Sé que algo lo está atormentando, algo mucho más profundo y perturbador que el simple estrés académico. Algo que lo está consumiendo lentamente, algo que me aterra, algo que me hace sentir una impotencia abrumadora.
Hoy, lo vi en la biblioteca, su figura encorvada sobre un montón de libros, su rostro pálido y ojeroso, sus ojos hundidos en las sombras, como si estuviera intentando desaparecer en el propio silencio de la biblioteca, como si quisiera borrarse del mundo. Parecía agotado, desanimado, como una vela a punto de consumirse por completo, una vela que se apaga lentamente, inexorablemente, una vela que me da miedo ver extinguirse. Me acerqué, con la intención de preguntarle qué le sucedía, pero un gesto sutil, un movimiento casi imperceptible de su mano, me detuvo. Un gesto que me dijo, sin palabras, que necesitaba espacio. Que necesitaba tiempo. Que necesitaba… algo más. Algo que yo, por mucho que lo intente, no consigo comprender. Algo que me desespera.
Me alejé, la preocupación clavándose profundamente en mi pecho como una espina afilada, una espina que se niega a ser extraída, una espina que me causa un dolor constante, un dolor que se extiende por todo mi cuerpo, un dolor que me hace sentir… vacío. No es solo el estrés de los exámenes. Eso lo sé con certeza. Hay algo más, algo que se esconde bajo la superficie, algo que me preocupa profundamente y que no puedo ignorar. Algo que voy a descubrir. Porque no lo dejaré así. No voy a permitir que esa sombra lo consuma. No mientras yo esté aquí. No mientras yo pueda hacer algo para evitarlo. No importa el costo.
KB